Esto es lo que entiende Apple por lowcost: el iPhone Xr cuesta 859 euros

Vivimos en la era del lowcost. Viajar de Málaga a Londres puede ser más barato que subirse a un taxi en la misma ciudad andaluza y llegar a un pueblo que esté a menos de 10 kilómetros. Llenar el carro de la compra con productos de marca blanca y no arruinarse es lo habitual. Por eso, la palabra ‘lowcost’ centra toda la atención del consumidor. Es como un imán: nadie quiere gastar de más. Hasta las marcas de lujo se han apuntado a esta moda. Como Apple. Lo que pasa es que en Cupertino tienen una idea muy diferente a la que nosotros tenemos de precio reducido.

Tim Cook y los suyos jamás dirán que tienen un móvil lowcost en su catálogo. Pero dan a entender que sí lo tienen. Se llama iPhone Xr y fue presentado ayer. Decimos que lo dan a entender porque está hecho con piezas más económicas y carece de funciones que sí tienen otros modelos de la marca. Por ejemplo, el iPhone Xr es igual que el iPhone Xs (el móvil de alta gama de la compañía), pero en vez de tener una pantalla OLED (más brillante, con mayor definición y con mejor contraste), el iPhone Xr tiene una pantalla LCD. Además, en vez de tener dos cámaras traseras, solo tiene una. ¡Ah! Y su parte posterior está hecha con materiales menos nobles.

Por eso el iPhone Xr cuesta 300 euros menos que el iPhone Xs (que vale 1.159 euros) y 400 euros menos que el iPhone Xs Max. Es el iPhone lowcost, pero cuesta una pasta: ni más ni menos que 859 euros.

Pero Apple no ha inventado la estrategia de vender un producto carísimo como si tuviera un precio rebajado. Es más, es una práctica de lo más habitual en el mundo de la tecnología. El otro día vimos como los mejores móviles que hay ahora mismo en el mercado no son los más caros. Por ejemplo, el Honor 10 es my similar a un Huawei P20, pero cuesta menos de la mitad: por 330 euros nos podemos hacer con uno de ellos. Honor es una marca de la propia Huawei, en la que vende sus teléfonos más económicos.

Sin embargo, aunque es un precio muy atractivo, los móviles de Honor no paran de subir de precio. Y lo mismo se puede decir de Xiaomi: aunque son teléfonos muy buenos, con piezas de gran calidad, cada vez son más caros. Y eso, en el mundo de la tecnología, es una paradoja, como vamos a demostrar.

Los reproductores de DVD, los de Blu-ray o las televisiones planas siempre han salido al mercado costando un dineral. Sin embargo, con el paso del tiempo, sus precios han bajado a la vez que sus prestaciones se disparaban. ¿El motivo? La alta demanda y la producción en masa. Sin embargo, con los smartphone pasa justo lo contrario: cuánto más populares son, más caros resultan.

Puede que el problema no esté en las marcas y haya que buscar responsables en los fabricantes de piezas, que poco a poco han ido subiendo sus tarifas, a pesar de que cada vez tenían pedidos más jugosos. Sea como sea, parece que en el mundo de los smartphone la palabra lowcost es casi siempre un engaño.