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Estrella en dos siglos, Yoel Romero desafía todo para seguir relevante y su popularidad crece en el tiempo

Lucas Noonan/BELLATOR MMA

Ningún otro peleador y posiblemente ningún deportista cubano tenga una base de fanáticos tan amplia y profunda como Yoel Romero. Su triunfo el viernes pasado en Dublín sobre Melvin Manhoef confirmó una vez más que el “Soldado de Dios’’ ha alcanzado un estatus de leyenda en las artes marciales mixtas.

Un video de Romero como si estuviera mordiendo se convirtió en viral y llegó a millones de personas que se maravillaron con el triunfo del veterano sobre Manhoef gracias a un físico que resiste el paso del tiempo y unas habilidades que se niegan a erosionarse.

Estrella de dos siglos, lejos parecen aquellos tiempos en que solía dominar la lucha libre apoyado en una mezcla letal de técnica y fuerza que asombraba a todos y le hacía imponerse en torneos internacionales con facilidad tremenda, sin imaginar lo que aún hoy estaría en pie de guerra.

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Parece increíble, además, que el gladiador de Pinar del Río ganara su primera Copa del Mundo en Stillwater 1998 y su primer mundial amateur en Ankara 1999, para no hablar ya de la plata olímpica en los Juegos de Sidney 2000. ¿Quién iba a pensar que dos décadas más tarde se mantendría relevante?

Si al mismo Romero le hubieran dicho en ese 1998 que en el 2020 combatiría por la faja mundial de un circuito de artes marciales mixtas que por ese entonces -la UFC comenzó en 1993- estaba en su infancia, casi desconocido y que respondía al nombre de Ultimate Fighting Championship, quizá se hubiera reído en la cara del mensajero.

Pero aquí está, dos décadas más allá de sus momentos de gloria en la lucha libre, como una de las figuras más importantes de Bellator. Romero resulta un prodigio físico que desafía el tiempo y a los 45 años sigue siendo un hombre temido, evitado, cuyo nombre es recibido con una mueca de rechazo por la mayoría de los posibles oponentes.

Todavía recuerda las palabras de los doctores del Hospital Jackson cuando en el 2012 le dijeron tras sufrir una lesión en un combate de manera tajante: “tu carrera como deportista ha terminado, si es que quieres salvar tu vida’’, pero él estaba dispuesto a continuar.

La lesión en el cuello se produjo después de su debut estadounidense en la difunta asociación de MMA Strikeforce cuando cayó en septiembre del 2011 frente al brasileño Rafael Cavalcante. Otro se hubiera desplomado, pero jamás Romero, quien prometió volver a la jaula cuanto antes y contra todo pronóstico.

Yoel Romero hace rugir a Dublín con una actuación tremenda y envía al retiro a su oponente

De no operarse de inmediato, Romero habría quedado parapléjico e incluso podría perder su vida por la degeneración de los músculos en la zona afectada. Varias horas después en el quirófano y luego de 14 tornillos que le insertaron para fijarle las vértebras quebradas en el cuello, solo pensaba en su regreso al octágono.

Cuando regresó a la acción el 20 de abril del 2013 en el evento UFC on FOX 7, Romero no solo derrotó por la vía rápida a Clifford Starks sino que ganó el premio de Nocaut de la Noche. Entonces lloró como nunca antes dando comienzo a una serie de victorias que sellaron su ascenso en el ranking y le abrieron la puerta a peleas importantes contra Robert Whittaker, Israel Adesanya y Paulo Costa.

Para muchos resultó una sorpresa que lo cortaran de la UFC cuando era el número cinco en su división, pero opciones no le faltaron y Bellator, sabedora de su talento y de su valor, le ofreció el mejor acuerdo que hoy parece pagarle de vuelta a la empresa, porque la estrella de Romero crece en el tiempo y el espacio.