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Farmacéuticas se quedan con US$1.400 millones de dosis contra el COVID canceladas para países pobres

Un refrigerador que alberga un cargamento fresco de la vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson, supervisada por Covax, en Juba, Sudán del Sur, el 19 de octubre de 2021. (Lynsey Addario/The New York Times)
Un refrigerador que alberga un cargamento fresco de la vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson, supervisada por Covax, en Juba, Sudán del Sur, el 19 de octubre de 2021. (Lynsey Addario/The New York Times)

A medida que disminuye la demanda mundial de vacunas contra el COVID-19, el programa responsable de vacunar a los pobres del mundo ha estado negociando de manera urgente para tratar de cancelar sus acuerdos con las empresas farmacéuticas por las dosis que ya no necesita.

Hasta ahora, las empresas farmacéuticas se han negado a devolver 1.400 millones de dólares en anticipos por dosis ya canceladas, según consta en documentos confidenciales obtenidos por The New York Times.

Gavi, la organización internacional de inmunización que compró las vacunas en nombre del programa mundial de vacunación contra el COVID-19, COVAX, ha dicho poco públicamente sobre los costos de la cancelación de los pedidos, pero los documentos financieros de Gavi muestran que la organización ha intentado contener los daños financieros. Si no logra llegar a un acuerdo más favorable con otra empresa, Johnson & Johnson, podría tener que pagar aún más.

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Gavi es una organización no gubernamental con sede en Ginebra que utiliza fondos de donadores, como el gobierno de Estados Unidos y la Fundación Bill y Melinda Gates, para suministrar inmunizaciones a niños a los países con ingresos menores. Al principio de la pandemia, se le encargó la compra de vacunas contra el COVID-19 para el mundo en desarrollo (con una de las mayores movilizaciones de fondos humanitarios de la historia) y comenzó a negociar con los fabricantes de vacunas.

Unas negociaciones llenas de problemas

Las negociaciones empezaron mal. En un principio, las empresas excluyeron a la organización del mercado y les dieron prioridad a los países de ingresos elevados que podían pagar más para garantizar el suministro de las primeras dosis. Al final, Gavi llegó a acuerdos con nueve fabricantes.

No obstante, las vacunas no empezaron a llegar a los países en desarrollo en cantidades significativas sino hasta finales de 2021. Para cuando Gavi dispuso de un flujo constante de suministros, la demanda había empezado a disminuir: los países con sistemas de salud débiles tenían dificultades para administrar las vacunas y el predominio de la variante ómicron, que era más leve, mermó la motivación de la población para vacunarse. Ahora, COVAX está llegando a su fin, muy lejos del objetivo de la Organización Mundial de la Salud de vacunar al 70 por ciento de la población de cada país.

Los fabricantes de vacunas ganaron más de 13.000 millones de dólares por las dosis distribuidas a través de COVAX. Según los contratos, las empresas no están obligadas a devolver los pagos anticipados que Gavi les dio para reservar vacunas que al final se cancelaron.

Un participante en el ensayo de la vacuna Novavax en la Universidad Howard de Washington recibe una dosis, el 22 de enero de 2021. (Kenny Holston/The New York Times)
Un participante en el ensayo de la vacuna Novavax en la Universidad Howard de Washington recibe una dosis, el 22 de enero de 2021. (Kenny Holston/The New York Times)

Críticas a las farmacéuticas

Pero, ante la cantidad de dosis de vacunas que Gavi tuvo que cancelar, algunos expertos en salud pública criticaron la actuación de las empresas.

Los fabricantes de vacunas contra el COVID-19 “tienen una responsabilidad especial”, ya que sus productos son un bien social y la mayoría se desarrollaron con financiamiento público, afirmó Thomas Frieden, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro Resolve to Save Lives y exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

“Es mucho dinero que podría servir para hacer el bien”, afirmó.

Frieden añadió que otros grandes programas de salud mundial tienen presupuestos más o menos iguales a la cantidad a la que se aferran los fabricantes de vacunas. “Todo el esfuerzo de erradicación de la polio cuesta unos 1000 millones de dólares al año, lo que constituye una infraestructura enorme”, dijo.

Gavi llegó a acuerdos con Moderna, el Serum Institute de la India y varios fabricantes chinos para cancelar dosis innecesarias, con lo que renuncia a 700 millones de dólares en pagos anticipados, según muestran los documentos.

Otra empresa farmacéutica, Novavax, se niega a devolver otros 700 millones de dólares en pagos anticipados por vacunas que nunca entregó.

Gavi y Johnson & Johnson siguen envueltos en una amarga disputa sobre el pago de vacunas que Gavi le dijo a la empresa hace meses que no iba a necesitar, pero que la empresa fabricó de todos modos. Ahora, Johnson & Johnson exige que Gavi pague por las dosis una cantidad adicional que no reveló.

La organización mantenía una relación indirecta de suministro con Pfizer; el gobierno de Biden le compró mil millones de vacunas para donarlas a través de COVAX. El año pasado, Estados Unidos revisó su acuerdo con la empresa y convirtió un pedido de 400 millones de dosis en opciones futuras. La empresa dijo que no cobró ninguna comisión por cambiar el pedido.

Los términos de los acuerdos de Gavi se mantuvieron en secreto porque eran con empresas privadas. No se ha hecho público cuánto ganaron las empresas farmacéuticas con las vacunas canceladas.

Gavi y Johnson & Johnson se encuentran envueltos en una ardua pelea por el dinero de la cancelación de vacunas contra el covid. (Foto: Nikos Pekiaridis/NurPhoto via Getty Images)
Gavi y Johnson & Johnson se encuentran envueltos en una ardua pelea por el dinero de la cancelación de vacunas contra el covid. (Foto: Nikos Pekiaridis/NurPhoto via Getty Images) (NurPhoto via Getty Images)

Muchos miles de millones en vacunas

Los documentos dicen que los fabricantes obtuvieron, de manera colectiva, 13.800 millones de dólares en ingresos por las vacunas que se distribuyeron a través de COVAX. Ya se enviaron casi 1900 millones de dosis a 146 países. Gavi adquirió directamente más de la mitad y el resto fueron donadas por países de ingresos elevados.

De acuerdo con los documentos, los acuerdos de Gavi con Moderna y Serum tuvieron en cuenta que los fabricantes ya habían incurrido en costos como los de las materias primas.

En un acuerdo para cancelar más de 200 millones de dosis, firmado a finales del año pasado, Gavi aceptó que Moderna se quedara con un anticipo que había pagado. A cambio, se eximió a Gavi de hacer pagos adicionales por las dosis, lo que significa que se cancelaron a un costo “sustancialmente inferior” al previsto, según los documentos. Moderna también le concedió a Gavi un crédito de 58 millones de dólares para productos futuros, que es válido hasta 2030.

Gavi también hizo concesiones para salir de su acuerdo con el Serum Institute de la India. El organismo canceló 145 millones de dosis permitiéndole a la empresa quedarse con el dinero que Gavi había pagado por adelantado, para cubrir el costo de los materiales que ya se habían adquirido. Serum también le dio a Gavi una nota de crédito por un importe no revelado que la organización puede usar para adquirir las numerosas vacunas rutinarias que le compra a Serum todos los años.

Moderna y Serum declinaron hacer comentarios sobre las condiciones.

Pelea con Johnson & Johnson

Gavi y Johnson & Johnson están en desacuerdo respecto a 150 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 que Gavi encargó, pero que lleva meses intentando cancelar.

La organización esperaba que una parte significativa de esas dosis se distribuyera a finales de 2021, pero para entonces Johnson & Johnson había entregado menos de 4 millones de dosis. (El contrato de Gavi con la empresa no le exigía terminar las entregas en ese plazo). Cuando la empresa por fin estaba lista para aumentar sus entregas el año pasado, la demanda se desplomó.

Según los documentos, a mediados de 2022, los administradores de Gavi alertaron a la empresa de que no iban a necesitar esas dosis y le pidieron que dejara de fabricar nuevas dosis para COVAX.

Sin embargo, Johnson & Johnson siguió fabricando las vacunas e intentó entregarlas a finales de 2022, según los documentos. Ahora, de acuerdo con lo estipulado en el contrato, la empresa quiere que Gavi haga un pago adicional y acepte las vacunas.

Gavi propuso que la disputa pasara a mediación, pero la empresa “hasta ahora se ha negado a entablar negociaciones significativas”, según consta en los documentos. Algunas de las vacunas en litigio caducan a mediados de 2023.

Jake Sargent, portavoz de Johnson & Johnson, aseveró que la empresa había puesto a disposición de COVAX las dosis solicitadas y había mantenido informada a Gavi sobre los detalles de la producción.

En las negociaciones con Novavax, Gavi reclama el reembolso de 700 millones de dólares que gastó en anticipos para las vacunas.

Gavi había estado esperando que las entregas de Novavax comenzaran ya en el verano de 2021, pero la compañía echó a perder su producción de vacunas. Como consecuencia, Gavi no procedió a realizar los pedidos de las vacunas que había reservado en un principio. Novavax dijo que se trataba de un incumplimiento de contrato, lo canceló y se quedó con los 700 millones de dólares.

La disputa sigue sin resolverse. En un comunicado, la empresa afirmó que espera negociar un nuevo acuerdo para suministrarle sus vacunas a Gavi.

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