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Columna de opinión sobre energía de Juan David Quijano, CMO de Bia
Imagine que son las 6:30 p.m. de un viernes lluvioso en cualquiera de las grandes capitales de nuestro país. Piense cómo es el panorama de movilidad en esos momentos: la alta demanda por cuenta de todos aquellos que quieren llegar pronto a su casa, después de una larga semana laboral.
Ahora, suponga que al solicitar un servicio de transporte, la oferta disponible no le muestra el precio que le costaría el desplazamiento; solamente, se lo informará al concluir el viaje. ¿Se atrevería a tomar un servicio bajo estas condiciones?
Pues bien, esa situación, a la que usted seguramente se negaría para evitar alguna sorpresa con las tarifas dinámicas, es un buen símil para describir el escenario actual al que se ven enfrentados los usuarios del mercado de energía eléctrica en Colombia.
Estos, que únicamente cuentan con una factura mensual, llena de datos técnicos que pocos se detienen a estudiar, y que sigue llegando de la misma forma a como llegaba hace cuatro décadas, no tienen más opción que pagar y procurar apagar uno que otro bombillo para que la cuenta eventualmente baje.
Increíblemente, ese contexto sigue pasando, pese a que otras industrias, como la inmobiliaria, la financiera y la de transporte, entre otras, dieron el salto hacia la digitalización desde hace años; y en especial, pese a la coyuntura de inflación por la que se atraviesa, la subida en las facturas de energía eléctrica y las ambiciosas metas globales que se persiguen para descarbonizar la economía.
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Lo más curioso del tema es que, según un estudio desarrollado por la comercializadora de energía eléctrica, Bia, cerca de un 85 % de los usuarios a nivel nacional están conformes con su servicio actual de energía; lo que, volviendo al símil, equivaldría a tomar servicios de transporte urbano en hora pico sin conocer previamente el precio y, aun así, quedar satisfecho con los cobros que se hacen.
En este punto, es posible que el lector se esté preguntando: ¿acaso hay tarifas dinámicas y horas valle en el mercado nacional de energía eléctrica?, ¿se pueden conocer los precios de las facturas previamente, como sucede en Uber, por ejemplo? o ¿hay algo que reemplace la tradicional factura de papel y tinta que llega mensualmente?
Lo primero que vale mencionar es que en Colombia estamos próximos a que las entidades regulatorias del mercado de energía rompan el esquema homogéneo de cobros (tarifa monomia), en el que consumir electricidad cuesta lo mismo a las 3:00 a.m. que al mediodía.