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Esta “fiesta” no va a poder ser pagada por el campo

Habrá fuertes pérdidas económicas para los productores
Habrá fuertes pérdidas económicas para los productores

Empiezo por el título, cargado de ironía. Estamos muy lejos de ver fiestas por estos días, como sector no nos sentimos ni creemos pagadores ni salvadores de nada, sin que esto signifique negar que en la mayoría de las crisis de nuestra historia se le confiscó al agro y a la producción para apalancar problemas económicos que en la mayoría de los casos responden a mala praxis de nuestros dirigentes de turno. El motivo es simple, no tiene con qué.

Entre la sequía histórica potenciada por acumulación de años “Niña”, las heladas fuera de fechas y golpes de calor se generó un estado de situación de gran impacto negativo a nivel país que fue muy marcado en las zonas más productivas y de mejores suelos, en la zona núcleo concretamente. Donde se ven muchos lotes con rinde cero. Situación que productores de la región nunca vivieron, lo más cercano es el recuerdo de algún cuento de sus abuelos.

Por la sequía, el ingreso de divisas del primer trimestre podría derrumbarse al menor nivel en 16 años

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Para completar la temática de esta película de terror, los costos necesarios para implantar esos cultivos que hoy no van a rendir fueron históricamente altos. Explicados por diversos motivos, pero principalmente por conflictos mundiales entre pandemia, guerra, fletes marítimos más condimentos locales como restricciones a importaciones por falta de dólares (para el único sector que genera dólares).

Las lógicas de mercado en general dicen que, si baja la oferta por baja en la producción los precios deberían tender a subir, pero hay un dicho que siempre un profesor nos decía que “no hay nada más ilógico que esperar que los mercados respondan a la lógica”.

Nuestro vecino y pujante país espera un récord histórico en producción de soja. El mercado espera que Brasil coseche cerca de 155 millones de toneladas, según las últimas estimaciones de Agroconsult. Esto le pone el freno de mano a la respuesta en precio a la escasa cosecha local proyectada, que en líneas generales los que andamos por los campos siempre nos parecieron algo subestimadas. Probablemente porque la pérdida que generó la combinación de sequía más golpe de calor durante semanas fue a una velocidad mucho más rápida que los reportes y las estimaciones. Otro factor no menor es la calidad de los granos que se van a cosechar.

Sequia en campos de Chabas, productor Juan Javier Berinc
Decenas de campos quedaron sin sembrar - Créditos: @Ricardo Pristupluk

En trigo y maíz las intervenciones están haciendo lo suyo, como siempre. El girasol, que nadie habla, fue el único que productivamente está terminando una cosecha aceptable (salvo algunas zonas) pero con precios muy por debajo de los esperados, vale menos que la soja. Esto no sucede desde hace muchos años.

Crisis

El fin de todo este cuento es que el productor no estaría compensando vía aumento de precios la baja producción, generando resultados muy negativos en las empresas agropecuarias. Con todo lo que esto implica dentro de las mismas empresas, en las familias que trabajan, fleteros, contratistas, comercios, acopios, corredores y toda la actividad en las localidades del interior y, finalmente, en nuestro país.

Como toda crisis generalizada nos tiene que dejar al menos enseñanzas, marcar una agenda. Tranqueras a dentro y hacia fuera. En lo inmediato subsistir para poder seguir produciendo es el objetivo.

El mercado siempre alguna oportunidad ofrece. Un ejemplo totalmente actual y que le quedan horas de vida es la posibilidad de rolear deuda en dólares vía tarjetas de crédito Agro o SGR a 360 días con tasas muy baratas comparadas con las tasas implícitas que tiene el dólar futuro. Pasando una deuda en dólares a pesos y a un año con la posibilidad de licuar hoy la deuda en torno del 40 o 45%. La famosa tasa negativa que tanto hablamos. En términos domésticos debo 100 dólares y voy a devolver entre 55 y 60 dólares en un año.

Esto puede tener un impacto muy alto en el resultado final. Por supuesto que misma estrategia se puede usar para comprar insumos para la próxima campaña.

Tenemos que profesionalizar la gestión del riesgo. Desde riesgo climático tomando coberturas como seguros multirriesgo que hoy es un bien muy escaso pero casualmente uno de los motivos de que sea escaso es que pocos lo toman y de esa forma la ecuación riesgo/beneficio no es favorable para las reaseguradoras internacionales ya que esta muy concentrado ese riesgo.

Sobre el riesgo precio, hay muchas herramientas disponibles para generar coberturas, poner pisos de precio sin comprometer físico. Vender físico y quedar abierto a una posible suba etc. Si esto no lo maneja, siéntese con su acopio o corredor de confianza que le tiene que ofrecer una solución.

En cuanto a lo productivo, la situación actual de malezas resistentes, complejidad en mezclas de productos, implementación de cultivos de servicio, estrategias de fertilización, tecnologías de gestión para una agricultura por ambientes y digitalizándose requieren una profesionalidad no negociable.

Hablando de negociaciones, los actuales formatos de alquileres donde el riesgo esta 100% concentrado en el que produce esta cada vez más evidenciado que no es sostenible en el tiempo. Recordemos que más del 70% de la producción se hace sobre campos arrendados. Empezar a compartir el riesgo es el camino a sistemas más robustos como lo son las siembras asociadas, donde el dueño de la tierra la aporta, el contratista puede aportar labores, el productor los insumos y el técnico el gerenciamiento.

Miles de combinaciones posibles pero que generan un negocio que resiste mucho más en las crisis en todo sentido. Desde lo económico y financiero hasta en lo emocional. No es lo mismo perder solo que en equipo y cuando se gana las estrategias y fuerza para crecer se multiplican. Unificamos objetivos y todos son parte. Es el año no digo para salir corriendo a cambiar a estos sistemas pero seria interesante analizarlos, al menos.

Por último, es necesario y fundamental que los dirigentes se den cuenta la importancia de la agroindustria en nuestro país y dejen de verlo como un adversario o el amigo que le pido dinero cuando no llego a fin de mes.

Estamos a pocos meses de las elecciones, todos los candidatos deberían tener como aliado estratégico para salir de esta crisis y empezar a crecer como país al agro y toda su cadena. No es solo responsabilidad de ellos, también necesitamos una dirigencia agropecuaria que realmente represente al sector y esté abierta a trabajar en conjunto en todos los niveles, por localidad, provincia y Nación.

Es clave que los ciudadanos se involucren y particularmente los productores, comprometiéndose cada día más con una producción creciente y sostenible en el tiempo potenciando el rebote que muchos creemos se va a dar para que la salida de esta crisis sea el inicio de un cambio real como país. Es posible.

El autor integra Lartirigoyen & Cía SA