Anuncios
U.S. markets closed
  • S&P 500

    5,071.63
    +1.08 (+0.02%)
     
  • Dow Jones

    38,460.92
    -42.77 (-0.11%)
     
  • Nasdaq

    15,712.75
    +16.11 (+0.10%)
     
  • Russell 2000

    1,995.43
    -7.22 (-0.36%)
     
  • Petróleo

    82.81
    -0.55 (-0.66%)
     
  • Oro

    2,331.10
    -11.00 (-0.47%)
     
  • Plata

    27.25
    -0.11 (-0.39%)
     
  • dólar/euro

    1.0701
    -0.0003 (-0.03%)
     
  • Bono a 10 años

    4.6520
    +0.0540 (+1.17%)
     
  • dólar/libra

    1.2461
    +0.0009 (+0.07%)
     
  • yen/dólar

    155.3360
    +0.5480 (+0.35%)
     
  • Bitcoin USD

    63,702.55
    -2,423.06 (-3.66%)
     
  • CMC Crypto 200

    1,383.46
    -40.64 (-2.85%)
     
  • FTSE 100

    8,040.38
    -4.43 (-0.06%)
     
  • Nikkei 225

    38,460.08
    +907.92 (+2.42%)
     

El final: el momento en que las vacas avanzan sobre un campo devastado por la sequía

La hacienda en un maíz en Bigand, Santa Fe
La hacienda en un maíz en Bigand, Santa Fe

En medio de la sequía que ha devastado a la zona agrícola núcleo, la principal del país, por estos días se están viviendo momentos dramáticos de parte de quienes, con el fin de intentar salvar algo, le están dando maíces en planta a las vacas. Una de esas postales, que quedó registrada en un video, se observó en Bigand, en el sur de la provincia de Santa Fe. Allí, según un video que envió Alejandro Giorgi a este medio, se ve cómo un lote de hacienda avanza sobre un maíz que se había sembrado tras la cosecha de trigo.

“En la zona se sembró más de 50.000 hectáreas y hay por encima de un 80% de pérdida”, comentó el técnico. “Muchos van a pastoreo directo [de las vacas sobre los lotes] o a picado [para luego suministrar como reserva]”.

Por una oferta insuficiente, el valor de la hacienda trepó un 14,38% en el Mercado Agroganadero

PUBLICIDAD

Para el experto, la situación en la zona es “irreversible” para estos cultivos. Además, según dijo, los maíces sembrados más tarde pueden seguir en carrera, aunque con pérdidas del 50% si llueve en los próximos días.

La imagen en Bigand se ve en otras zonas, como en Carlos Tejedor, en la provincia de Buenos Aires. “Se empezaron a pastorear sojas”, contó Dante Garciandía, de la Asociación Rural de Carlos Tejedor.

Ayer, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) dijo que la producción de soja en la zona agrícola núcleo, que históricamente es la más productiva del país e incluye al sudeste de Córdoba, el sur de Santa Fe y el norte bonaerense, será de solo el 23% versus lo planificado al inicio de la campaña.

Impacto

“En la región núcleo, la campaña comenzó esperando producir 19,7 millones de toneladas de soja (escenario normal de clima). Pero sin lluvias que pongan un piso, los recortes productivos continuaron. Recapitulando, el 9 de febrero la estimación bajó a 10,4 millones de toneladas; el 2 de marzo, a 6,5 millones de toneladas; y a este 16 de marzo se reajustó a 4,5 millones de toneladas”, indicó la entidad.

El pastoreo de una soja en Carlos Tejedor. Foto: Dante Garciandía
El pastoreo de una soja en Carlos Tejedor. Foto: Dante Garciandía

Agregó: “Lamentablemente, se repite la advertencia de dos semanas atrás respecto de que la situación todavía puede empeorar. Por el momento, se estima que la cosecha solo será el 23% de lo que se esperaba a principios del ciclo”.

En quince días, la sequía y la ola de calor recortaron en 2 millones de toneladas la producción en esa región. Y se desplomaron en ese contexto las expectativas de rendimiento. “El rinde promedio de la región se calcula en 15 quintales por hectárea, versus los 40 quintales por hectárea que se anticipaban inicialmente. La ola de calor y la falta de lluvias sumaron superficie perdida, además de caída de productividad”, señaló.

En este contexto, los primeros lotes cosechados con soja muestran una pobre performance del cultivo. Al respecto, ejemplificó: “En Corral de Bustos -sudeste cordobés- ya se están levantando los primeros lotes: los rindes rondan los 10 a 15 quintales por hectárea. Son lotes de soja de primera que se arrebataron por las altas temperaturas de las últimas semanas”.

Además de la falta de lluvias, los cultivos se vieron golpeados por la intensa ola de calor. “La otra variable que se acopló a la falta de agua y le dio la estocada final a los cultivos, fue la persistencia de temperaturas extremas que no cesaron desde finales de febrero. No hay registros en los últimos 100 años de una ola de calor tan larga en el tiempo -18 días consecutivos- y con temperaturas mínimas y máximas tan elevadas”, precisó la BCR.