Anuncios
U.S. markets closed
  • S&P 500

    4,967.23
    -43.89 (-0.88%)
     
  • Dow Jones

    37,986.40
    +211.02 (+0.56%)
     
  • Nasdaq

    15,282.01
    -319.49 (-2.05%)
     
  • Russell 2000

    1,947.66
    +4.70 (+0.24%)
     
  • Petróleo

    83.34
    +0.61 (+0.74%)
     
  • Oro

    2,405.00
    +7.00 (+0.29%)
     
  • Plata

    28.74
    +0.36 (+1.27%)
     
  • dólar/euro

    1.0660
    +0.0014 (+0.13%)
     
  • Bono a 10 años

    4.6150
    -0.0320 (-0.69%)
     
  • dólar/libra

    1.2372
    -0.0066 (-0.53%)
     
  • yen/dólar

    154.6340
    +0.0340 (+0.02%)
     
  • Bitcoin USD

    63,937.77
    +424.28 (+0.67%)
     
  • CMC Crypto 200

    1,376.80
    +64.18 (+4.89%)
     
  • FTSE 100

    7,895.85
    +18.80 (+0.24%)
     
  • Nikkei 225

    37,068.35
    -1,011.35 (-2.66%)
     

El futuro de los videojuegos. El modelo de suscripciones y el streaming complican una fusión gigante

En enero, Microsoft, que fabrica la consola Xbox, acordó comprar Activision Blizzard, editora de títulos que incluyen la franquicia Call of Duty, por US$69.000 millone
En enero, Microsoft, que fabrica la consola Xbox, acordó comprar Activision Blizzard, editora de títulos que incluyen la franquicia Call of Duty, por US$69.000 millone

La película más taquillera del año hasta el momento, Top Gun: Maverick, recaudó US$1000 millones en su primer mes. El videojuego más grande, Call of Duty: Modern Warfare II, facturó la misma cantidad en solo diez días. Estimulada por la pandemia, que hizo que el gasto en videogames aumentara casi un 25% en 2020, los ingresos de la industria de los videos juegos alcanzarán este año los US$170.000 millones, aproximadamente cinco veces más que la facturación del negocio del cine.

El crecimiento de los videogames está llamando la atención de los entes reguladores. En enero, Microsoft, que fabrica la consola Xbox, acordó comprar Activision Blizzard, editora de títulos que incluyen la franquicia Call of Duty, por US$69.000 millones. Es la adquisición más grande en la historia de Microsoft y, con mucho, la más grande en la industria de los juegos. Los reguladores de 16 países han investigado el acuerdo. En los últimos dos meses, la Autoridad de Mercados y Competencia de Gran Bretaña (CMA) y la Comisión Europea han analizado la operación en detalle. Se espera que la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) tome una decisión de manera inminente. Si alguno de esos tres megareguladores dice que no, se podría terminar el juego.

La industria del videojuego se adentra en una nueva primavera

PUBLICIDAD

La preocupación inmediata de los reguladores es el mercado de las consolas. Durante dos décadas, Sony y Nintendo han corrido con ventaja en las “guerras de las consolas”, incluso cuando los problemas de la cadena de suministro han inhibido las ventas de la última PlayStation de Sony. No obstante, a Sony le preocupa que los jugadores puedan abandonar la PlayStation si Microsoft hace que Call of Duty sea exclusivo para Xbox. Alrededor del 45% de los propietarios de PlayStation juegan a esta franquicia, según datos de la consultora Midia Research.

La queja de Sony no parece menor. “Ninguno de los jugadores de consola está en condiciones de predicar la exclusividad”, dice George Jijiashvili de Omdia, una compañía de investigación, quien señala que Sony ha mantenido los juegos de PlayStation como Uncharted y God of War fuera de Xbox. Microsoft, por su parte, dice que mantener Call of Duty en PlayStation, donde genera cientos de millones de dólares al año, es “un imperativo comercial para la economía de la industria”. Hace unas semanas, ofreció a Sony un contrato de diez años para mantener Call of Duty en la plataforma. Phil Spencer, que dirige el negocio de Xbox, le dijo más tarde al sitio Verge que PlayStation obtendría no solo “el próximo juego [de la serie, sino] el siguiente, el siguiente, el siguiente, el siguiente, el siguiente”.

Esas garantías podrían haber sido suficientes alguna vez. Ya no. Dos datos complican el cuadro.

Uno es un cambio en el clima regulatorio. Los expertos de Microsoft se quejan de que, hasta hace unos años, el acuerdo de Activision se habría concretado. Últimamente, sin embargo, muchas voces se han vuelto contra las grandes empresas tecnológicas, alarmados por su crecimiento rapaz. (El año pasado, Microsoft se convirtió en la segunda compañía, después de Apple, en romper la marca de US$2 billones en términos de capitalización de mercado, aunque su valor ha disminuido desde entonces). Bajo la conducción de Lina Khan, una nueva directora nombrada el año pasado, la FTC inició investigaciones contra Amazon y Meta, entre otras compañías. En septiembre, los jueces europeos confirmaron una multa de más de US$4000 millones contra Google por abusar de su poder de mercado en los sistemas operativos móviles.

Avanzada inglesa

La CMA de Gran Bretaña, energizada por el Brexit y con un personal aumentado, ha emergido como un nuevo jugador en la lucha antimonopolio. La organización está investigando las plataformas publicitarias de Google y Meta, el mercado de Amazon y los navegadores móviles de Apple y Google. El mes pasado ordenó a Meta dar marcha atrás con la adquisición de Giphy, una plataforma de memes. Pocos habían considerado ese trato como un problema. La CMA ha declarado una preferencia por soluciones “estructurales”, como obligar a las empresas a vender partes de su negocio, en lugar de las “comportamentales”, como prohibirles hacer ciertas cosas. Eso preocupa a Microsoft, que parece estar preparado para aceptar restricciones en el uso de Call of Duty, pero no se atrevería a dejarlo pasar la oportunidad de quedarse con la franquicia.

Sony objeta la compra de Activision Blizzard porque teme que la saga Call of Duty se transforme en un juego exclusivo de Xbox; Microsoft dice que ofrecerá el juego en PlayStation mientras esa consola siga en venta
Sony objeta la compra de Activision Blizzard porque teme que la saga Call of Duty se transforme en un juego exclusivo de Xbox; Microsoft dice que ofrecerá el juego en PlayStation mientras esa consola siga en venta - Créditos: @Shutterstock

La segunda complicación es un cambio en el mercado de los juegos. Microsoft juega con la debilidad de su posición. “Último lugar en consola, séptimo lugar en PC y nada en móvil”, como le dijo a CMA. Sin embargo, ha tomado la delantera en el negocio emergente de las suscripciones de juegos y está bien posicionado en el aún más nuevo de los juegos basados en la nube, en el que la acción se transmite, al estilo de Netflix. Microsoft representa el 41% del mercado de suscripciones, frente al 30% de Sony y el 10% de Nintendo, según la consultora Ampere Analysis. Entre los servicios de suscripción con bibliotecas de juegos, el servicio Game Pass de Microsoft tiene una participación del 57%.

Agregar Call of Duty a la biblioteca de Microsoft haría que Game Pass sea aún más atractivo, independientemente de la disponibilidad continua del título en PlayStation. De hecho, como dice Jijiashvili, “hará que Game Pass sea aún más valioso cuando tenga este juego disponible en otro lugar por US$60″.

Un cambio hacia las suscripciones y los juegos en la nube podría “remodelar el panorama competitivo”, argumenta la CMA, que teme que la fusión de Activision pueda “inclinar... el mercado a favor de Microsoft antes de que futuros rivales tengan la oportunidad de desarrollarse”. Sin embargo, no está claro cuándo, o si, ese cambio realmente sucederá. Los juegos por suscripción están creciendo rápidamente, pero incluso en cinco años representarán menos del 10% del gasto en juegos, estima Ampere.

De la pantalla al CV. El gaming es la nueva estrella de las habilidades laborales

La transmisión desde la nube es aún menos popular. Google cerrará Stadia, su servicio de juegos en la nube, en enero próximo. El servicio Luna de Amazon aún no ha despegado. Microsoft, que ejecuta por separado Azure, la segunda red en la nube más grande del mundo, está bien posicionada para este tipo de servicios, siempre y cuando el negocio se consolide. Pero por el momento, los servicios de transmisión en la nube representan mucho menos del 1% del gasto en juegos.

Al defender su adquisición de Activision, “el argumento de Microsoft se sitúa en el presente”, dice Piers Harding-Rolls de Ampere, mientras que “la CMA se centra más en el potencial y las implicaciones a más largo plazo”. La mayoría de los observadores esperan que la adquisición se lleve a cabo eventualmente, con algunas condiciones; bloquear el acuerdo sobre la base de cómo podría verse el mercado de juegos en un futuro lejano sería difícil de defender para los reguladores. No obstante, la miopía de los fiduciarios en el pasado al revisar las fusiones tecnológicas los ha vuelto muy atentos a las implicaciones de los acuerdos de hoy. Microsoft está jugando el juego de las fusiones en el escenario más difícil.