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Un genocidio y una herida sin sanar: la historia detrás de ‘La Llorona’

Aunque pareciera que se trata de otra clásica historia de terror, La Llorona es un filme de Jayro Bustamante que aborda uno de los episodios más oscuros en la historia de Guatemala.

La cinta tuvo su estreno el en Festival de Cine de Venecia en 2019 y fue reconocida por la última edición de los Globos de Oro, donde compitió por Mejor Película en lengua no inglesa.

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Los hechos reales detrás de La Llorona

El llamado genocidio maya ocurrió en Guatemala entre 1981 y 1983 y fue parte de la guerra civil que duró más de 30 años. El gobierno militar realizó una masacre de indígenas mayas con el argumento de que ellos colaboraban con la guerrilla financiada por la Unión Soviética y Cuba.

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Pero el escándalo no termina ahí; pues en 2013, el ex jefe de Estado Efraín Ríos Montt fue condenado por este echo. Sin embargo, al poco tiempo su sentencia fue anulada y falleció cinco años más tarde sin pagar por este crimen.

jayro bustamante
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El director Jayro Bustamante. Foto: Cortesía

La herida de este echo quedó tan abierta en los guatemaltecos que Jayro Bustamante reconoce que cualquier cineasta, escritor y artista tiene la necesidad de hablar sobre el tema.

Pero había un gran problema, pues la misma gente ya no quiere recordarlo. Entonces, tuvieron que hacer una estrategia distinta: “entrarle a la audiencia con un personaje que les sea grato y querido como la Llorona”, menciona el director.

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El uso del horror y el realismo mágico para contar la historia de un genocidio

El uso de esta leyenda popular en toda Latinoamérica es una mera herramienta que ayuda a desarrollar la historia, pues Jayro Bustamante recuerda que lo realmente importante de la película es “entender si estos genocidas, que normalmente carecen de empatía, cuando están solos muestran algún remordimiento o culpabilidad“.

La Llorona sigue a la familia de Enrique Monteverde, un general retirado que estuvo al frente del genocidio. Luego de ser absuelto, pareciera que el espíritu de la Llorona se libera en la casa de este hombre que escucha lamentos por las noches.

Esto coincide con la de Alma, una nueva empleada doméstica con intenciones ocultas y que tiene una relación muy grande con el genocidio.

La cinta usa elementos tradicionales de la leyenda que todos conocemos: como los sollozos en medio de la noche, o la presencia constante del agua.

Aunque esta Llorona no es aquella que llora por despecho, pues Jayro Bustamante decidió enfocarse más en la versión de una mujer justiciera.

Toda esta tensión del sentido de justicia recae en María Mercedes Coroy, quien aunque no tiene muchos diálogos, dice todo con su mirada.

Y aunque La Llorona se enfoca en el sufrimiento de los guatemaltecos ante este hecho, su mensaje y su dolor es algo que resuena en todos.

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Pero hacer La Llorona no fue tan sencillo, no solo por la temática y la combinación de géneros. Sino también por las amenazas, disfrazadas de consejos, que tuvo la producción durante el rodaje.

“La ex ministra de relaciones internacionales trató de detener el rodaje; estábamos filmando en la casa del embajador francés y trató de declararlo persona non grata si no paraba el rodaje”, comenta Jayro Bustamante.

Al final de cuentas, la película se filmó también en la embajada francesa y en la mexicana, y en la Universidad Jesuita.

Pero eso no fue todo, ya que esto apresuró toda la producción y la película quedó lista en tiempo récord: un año.

La película ya está en cines desde este 29 de julio.