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Del 'Greferendum' al 'Grexit', relato de una negociación fracasada

El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, el 27 de junio de 2015 en una ruenión del Eurogrupo en Bruselas

La reunión de la última oportunidad entre Grecia y sus acreedores acabó en la peor de las pesadillas tras cinco meses de pulso, con una ruptura de la negociaciones, precipitando al país a la suspensión de pagos y a una posible salida de la zona euro.

"Un momento, tenemos una llamada...". Ya ha comenzado el sábado en el 13º piso de la Comisión Europea, cuando los negociadores griegos se levantan de la mesa. Acaban de enterarse de que el primer ministro Alexis Tsipras ha convocado, sin aviso previo, un referéndum sobre la oferta que le han hecho sus socios. Unas horas antes, Grecia decía estar preparada para seguir negociando y doblegar a sus acreedores. En unas horas, decidió cruzar la línea roja.

Para Bruselas, es un golpe bajo: el escenario del referéndum cae en el peor momento, en la recta final de las negociaciones cuando estaban en el "98%-99%", dice un participante. "Tsipras disparó demasiado pronto", asegura.

La atmósfera era gélida el sábado a la llegada a Bruselas de los ministros de la zona euro para la quinta reunión en diez días, en la que se pensaba sellar el acuerdo tras dos cumbres de mandatarios entre medias. Muchos ministros "están hartos". "No es la primera vez que el gobierno griego provoca una y otra vez el drama", dice el ministro eslovaco de Finanzas, Peter Kazimir.

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El cansancio se suma a la frustración de no avanzar y de no haber tenido durante la mayor parte de las negociaciones un documento de partida. "Se enteraban del estado de las negociaciones a través de filtraciones" en la prensa, relata un responsable europeo.

"Decepción", "sorpresa negativa", "ruptura unilateral de las negociaciones", los griegos están en el centro de las acusaciones. El torbellino Yanis Varoufakis, el ministro griego de Finanzas, llega vestido de negro. En la sala de reuniones, sus homólogos le ignoran, hasta una palmada en la espalda del finlandés Alex Stubb, pese a que es del campo de los duros. Varoufakis "vive en una realidad paralela", piensa un diputado.

- Cierta "empatía" -

Empiezan las negociaciones. Rápidamente, los 18 rechazan la demanda de Atenas de prolongar un mes el programa de asistencia financiera para poder celebrar el referéndum del 5 de julio. Una forma más de ganar tiempo, se lamentan en la sala. El francés Michel Sapin muestra cierta "empatía", según algunos participantes. Su colega Varoufakis se lo agradece y más tarde hablará de "su amigo" en el seno del Eurogrupo. El griego llegará incluso a consultar al servicio legal europeo para verificar si los 18 colegas pueden tomar una decisión sin su acuerdo.

Durante este tiempo, la sala de prensa, abarrotada, se agita. Circulan rumores sobre el final de la reunión y sobre una rueda de prensa inminente de Varoufakis. Pero será al final el holandés Jeroen Dijsselbloem, el presidente del Eurogrupo, el que tome la palabra. Con voz entrecortada y tono solemne anuncia que el plan de asistencia financiera del que se beneficia Atenas desde 2012 "concluirá el 30 de junio", en tres días. Se ha consumado la ruptura y la zona euro da "un salto a lo desconocido", según las palabras del irlandés Michael Noonan.

Es "un día triste para Europa", dice Varoufakis, al irse de Bruselas precipitadamente mientras sus colegas siguen reunidos. "Dijo todo lo que tenía que decir", resume Michel Sapin.

La zona euro pierde a uno de sus miembros, una configuración totalmente inédita, y empieza a negociar un "plan B", el escenario catastrófico para el que todo el mundo utiliza ahora un eufemismo: "Las consecuencias".

En la mesa, se discute sobre el control de capitales y sobre la situación de los bancos. Muchos quieren creer que un impago de Grecia, seguido por una salida del euro, no tendrá consecuencias para su país. "No crean que 'Grexit' es sólo Grecia", advierte un responsable.

Se ha vivido "un momento histórico en el peor sentido del término", resume una fuente próxima de las negociaciones.