Harris vs Trump: las claves de la diferencia de su programa económico
Las propuestas económicas de Harris
La demócrata Kamala Harris, actual vicepresidenta del país, ha expresado en discursos, mítines y debates su apoyo incondicional a la continuidad de muchas de las medidas del presidente Joe Biden.
A diferencia de la carrera presidencial en 2020, la campaña de Harris se aleja de muchas de sus posturas más progresistas, como el interés en un sistema de seguro de salud de pagador único o la prohibición del fracking. Los pilares económicos de Harris son la reducción del precio de los medicamentos, la condonación de la deuda de los préstamos estudiantiles y la eliminación, por completo, de las denominadas ‘tasas basura’.
La elevada inflación que afecta al país sigue siendo una de las principales preocupaciones de los estadounidenses, que luchan por hacer frente al elevado coste de la vida. La gestión económica se centrará en la atención sanitaria (infantil, de la tercera edad y permisos familiares más asequibles y disponibles).
La vicepresidenta también quiere ampliar a todos los estadounidenses, y no solo a los afiliados a Medicare, el actual límite mensual de 35 dólares para los gastos en insulina y el próximo límite anual de 2.000 dólares para los gastos en medicamentos recetados.
Con respecto a las ‘tasas basura’, la candidata demócrata quiere continuar la senda de Biden y revelar todos los cargos relativos a eventos, alojamiento y alquileres de coches. Además, a principios de agosto, la administración propuso prohibir a las aerolíneas cobrar a los padres tasas adicionales por sentar a sus hijos junto a ellos.
Harris quiere poner el foco en la especulación con los precios y la reducción de los costos. De este modo, trabajará por prohibir comisiones ocultas y recargos sorpresa por demora que los bancos y otras empresas emplean para aumentar sus beneficios.
Quiere mantener la propuesta puesta sobre la marcha cuando era senadora y precandidata presidencial en 2020; la denomina LIFT the Middle Class Act (Ley para elevar la clase media) o también conocida como Livable Incomes for Families Today (Ingresos dignos para las familias de hoy). Dicha medida habría costado unos 3.000 millones de dólares en diez años. Su objetivo es retomar, para las familias de clase media y trabajadora, un crédito fiscal reembolsable de hasta 6.000 dólares al año por pareja, contribuyendo así a los gastos de manutención. La prestación se recibiría mensualmente para no recurrir a préstamos con tipos de interés demasiado elevados.
Mayor deducción fiscal para las pequeñas empresas
Harris desea multiplicar por diez la deducción fiscal para las nuevas pymes. Éstas se pueden deducir hasta 5.000 dólares de los gastos subvencionales de puesta en marcha del año en el que comienzan a operar, según datos oficiales. Harris planearía aumentar la deducción fiscal hasta 50.000 dólares y permitir que las empresas esperar a reclamar esa deducción hasta el año en que obtengan beneficios por primera vez.
En base a esto, quiere facilitar su funcionamiento y reducir la burocracia para facilitar los negocios transfronterizos y garantizar que un tercio de los contratos federales vayan a parar a pequeñas empresas. Además, Harris pedirá que se impulse la inversión en instituciones financieras de desarrollo comunitario (CDFI).
Ayudas a la vivienda
Harris plantea un plan cuatrienal multipartito que fomente la vivienda asequible en el país. Contempla la concesión de una ayuda inicial de hasta 25.000 dólares y una desgravación fiscal de 10.000 dólares para los compradores de primera vivienda.
Además, promueve incentivos fiscales para constructores, especialmente para viviendas de alquiler asequibles, construyendo un fondo de 40.000 millones de dólares destinados a viviendas innovadoras. De igual modo, se prohibirían herramientas algorítmicas de fijación de precios, suprimiendo las ventajas fiscales de los inversores.
Prohibición de precios abusivos. Desgravación fiscal por hijos. Centrada en limitar el precio de los alimentos, quiere poner el foco en este aspecto para frenar las perturbaciones del mercado. En otro orden, incluye la ampliación de la desgravación fiscal por hijos de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense de hasta 3.600 dólares, frente a los 2.000 dólares anteriores. También se añadiría un nuevo crédito fiscal por hijo de hasta 6.000 dólares para clases media y bajas en su primer año de vida.
Reducir los impuestos sobre las propinas. El objetivo es acabar con los impuestos federales sobre éstas. Ella apoya un límite de ingresos y requisitos que impidan que los gestores de fondos de cobertura y los abogados puedan aprovecharse de la medida. Además, contempla un aumento del salario mínimo.
Las propuestas económicas de Trump
Por su parte, el candidato republicano, ha enfocado su campaña en sus méritos. Mientras fue presidente de Estados Unidos, Donald Trump logró reducir la tasa impositiva corporativa del 35% al 21%. Ahora plantea una nueva reducción de la tasa impositiva corporativa del 21% al 15%, centrándose especialmente en las empresas nacionales.
Además de reducir los gravámenes a productores locales, quiere fomentar la exención de propinas en impuestos para atraer a los trabajadores del sector servicios.
A esto se le suma su interés por prohibir hipotecas a inmigrantes no documentados, además de destinar terrenos federales a la construcción masiva de viviendas.
Trump quiere imponer aranceles a los socios comerciales de EEUU, así como extraer más petróleo, gas natural y carbón, que podría derivar en una reducción del costo de la vida. De igual modo, especialmente tras su alianza con Elon Musk, quiere desarrollar el mercado de vehículos eléctricos y de energías renovables.
Con respecto al asunto de la vivienda, los republicanos plantean medidas para ayudar a los compradores de nuevas viviendas. Para ello, trabajan en reducir las tasas hipotecarias, abrir porciones limitadas de tierras federales y promover la propiedad de viviendas a través de incentivos fiscales. Asimismo, se brindaría apoyo a quienes accedan por primera vez a una vivienda, suprimiendo regulaciones innecesarias que aumentasen los costos.
La carrera presidencial hacia el 5 de noviembre está en su máximo apogeo y tanto los demócratas como los republicanos siguen perfilando las medidas económicas de sus programas para lograr atraer a los más indecisos.