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Joel González: "Da igual de dónde vengas; puedes ser campeón olímpico"

Barcelona, 18 jun (EFE).- El taekwondista Joel González (Figueres, 1989), que el lunes anunció su retirada, poniendo fin a una carrera que le ha llevado a ser campeón olímpico, mundial y europeo, aseguró que con su trayectoria ha demostrado que "da igual de dónde vengas" para llegar a lo más alto.

"Da igual la ciudad pequeña o grande en que nazcas. Puedes ser campeón olímpico, puedes conseguir un sueño, puedes llegar a donde nadie se esperaba que un taekwondista español iba a llegar, que es a lo más alto de unos Juegos. Eso es fuerza e ilusión para las generaciones que vienen", dijo en una entrevista concedida a EFE.

González ganó el oro en -58 kilos en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y el bronce en -68 en los de Río 2016, pero lo que guarda como "lo más bonito" de su trayectoria son los valores que ha "ido añadiendo día a día".

Lo peor, sin embargo, han sido las lesiones, que cómo él mismo describe llegaron "una tras otra" en los últimos cinco años, desde su última medalla olímpica.

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"Las lesiones son un trayecto muy complicado. Saber que de golpe vales y cuando te lesionas ya no vales. Lo más amargo que te puedes llevar del deporte de élite son dos cosas: el darte cuenta que tampoco eres tan importante, porque viene otro y te quita el puesto, y las lesiones", afirmó.

González, con la retirada de esta semana, ya se ha alejado de la presión del más alto nivel, que, en sus palabras, hace que "estés siempre en el ojo del huracán" para "demostrar a todo el mundo que sigues valiendo".

"Al final, te alivia quitarte de todo eso, te alivia también el saber que tú has dado el cien por cien", reflexionó con una madurez alejada del niño que entró por primera vez en un gimnasio de artes marciales.

Y es que a Joel González la pasión por el taekwondo le llegó de la mano su padre, un mecánico de coches que montó un gimnasio en 2001 a raíz de su devoción por Bruce Lee.

"(El taekwondo) me enganchó desde el primer momento y empecé a hacer este deporte que me lo ha dado todo", reveló sobre sus primeros pasos, con brillo en la mirada, el campeón olímpico.

A los 31 años y tras una vida dedicada a él, González ha dejado el taekwondo aunque todavía no sabe lo que le deparará el futuro, más allá de pasar este "verano con la familia", como no había podido hacer desde "hace muchos años".

"Me gustaría poderme dedicar a una cosa que fuera relevante, que viera que he podido cambiar algo, que he podido mejorar algo. Sea involucrado en el deporte, que me encantaría, o en la criminología, que la he estudiado. O en las dos cosas juntas, como también he investigado corrupción deportiva", adelantó.

Lo que es evidente es que el campeón de Figueres no va a vivir de rentas, ya que como él mismo reconoce uno se dedica al taewkondo "por amor al arte".

"Puedes vivir bien, digamos decentemente, estando entre los tres mejores del mundo. Hasta ahí puedes vivir bien ese año o el año siguiente", describió, porque "una vez que bajas del tres del mundo, ya la beca va como un trabajo normal y corriente de la gente normal, del día a día".

"Tú te lo juegas todo en un campeonato un día. Y el no llegar al cien por cien físicamente o estar psicológicamente un poco inquieto, con nerviosismo, te afecta mucho y te hace pensar que no solo luchas por un sueño sino por poder vivir el año que viene", lamentó.

Miquel Muñoz

(c) Agencia EFE