Yahoo Finanzas Así trabaja Netflix en la sombra para hacerse de oro con el 'merchandising' de 'El juego del calamar'
El juego del calamar es la última serie de moda. Tendencia en la redes sociales y, parece ser, también en los patios de algunos colegios (con la alarma social que eso ha generado), en los disfraces y maquillajes del cercano Halloween y hasta en los ataúdes. Y también, claro, en la tienda oficial de Netflix, donde los productos inspirados en la popular serie surcoreana copan las primeras posiciones de su portada. La plataforma de streaming ha encontrado una suerte de gallina de los huevos de oro seriéfila y no quiere dejar pasar el negocio. Por eso, y para protegerlo, ha pedido registrar la marca en al menos 12 territorios según publica el sitio Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Se trata de un movimiento más que lógico por parte de Netflix dado el éxito y el interés generado por la serie. La información publicada por el citado sitio señala que la compañía fundada por Reed Hastings y Marc Randolph habría solicitado registrar como marca Squid Game (título en inglés de El juego del calamar) en al menos 12 lugares entre los que se encontrarían Argentina, Canadá, la Unión Europea, Malasia, Perú, Filipinas, República de Corea y Estados Unidos. De aprobarse sus solicitudes, Netflix tendrá los derechos exclusivos de explotación.
Registrar como marca el título de una serie es una forma de protegerse y poder actuar en el caso de que se lancen productos de merchandising con ella no oficiales. El empuje comercial que está teniendo esta serie hace prever que las cifras pueden ser importantes. A día de hoy, se pueden comprar multitud de artículos relacionados con la serie a través de Internet. Es más, en una simple búsqueda se puede ver cómo en este poco tiempo hasta se ha creado una tienda bajo el nombre de la serie en la que se pueden encontrar desde llaveros a máscaras pasando por posavasos. La demanda es tal que hay un aviso de que es posible que lo pedido no llegue antes de Halloween.
Pero ese es un canal no oficial, que es precisamente de lo que se quiere proteger Netflix al registra la marca. En su tienda oficial (Netflix, como HBO, tiene una pero no está operativa en España), la portada está dominada por los productos de El juego del calamar. Aunque, por ahora, su catálogo se limita a camisetas y sudaderas y Funkos en pre-reserva.
Para explicar el movimiento del registro de marcas solicitado por la compañía estadounidense, en OMPI ponen el ejemplo de Filipinas, donde la solicitud se presentó hace solo diez días y afecta a siete de las 45 categorías que componen la Clasificación de Niza, encargada de regular las marcas registradas. En el caso filipino Netflix ha pedido registrar la Squid Game para productos como juegos, alfombrillas de ratón, bolsas, guantes de cocina, silbatos, tarjeteros, disfraces, moldes de galletas…
El volumen de negocio en torno a El juego del calamar se entiende bastante bien en base a los datos publicados hace solo unos días por Bloomerg según los cuales se valoraba que la serie, cuyo presupuesto de producción había sido de 21,4 millones de dólares (18,4 millones de euros), había tenido un valor de impacto de casi 900 millones de dólares (775,5 millones de euros). El cálculo hecho por este canal se basaba en métricas internas de Netflix.
Aunque los datos de audiencia de la plataforma no son del todo transparentes y quienes escriben de series suelen tomarlos con pinzas, desde Netflix han asegurado que El juego del Calamar ha sido su mejor lanzamiento en series con 111 millones de espectadores desde que se estrenase el pasado 17 de septiembre. El trono lo había ocupado hasta entonces Los Bridgerton con 82 millones en sus primeros 28 días.
