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La bajada de impuestos de Trump está metiendo a Estados Unidos en un agujero

El presidente Donald J. Trump celebra los seis meses de su bajada de impuestos en la Casa Blanca en una foto del año pasado (Créditos: Patsy Lynch/MediaPunch/IPX).
El presidente Donald J. Trump celebra los seis meses de su bajada de impuestos en la Casa Blanca en una foto del año pasado (Créditos: Patsy Lynch/MediaPunch/IPX).

La bajada de impuestos y la desaceleración económica van a erosionar la fortaleza fiscal de Estados Unidos durante la próxima década, así lo asegura un nuevo informe de Moody’s Investor Service, la agencia de calificación de bonos. En algún momento, Moody’s podría reducir la calificación crediticia de la nación, que hasta ahora tiene su grado más alto.

La advertencia de Moody’s cuestiona la promesa principal del presidente Trump según la cual la bajada de impuestos por valor de 1,5 billones de dólares que se aprobó el año pasado se pagaría sola e incluso generaría más ingresos fiscales, nada más y nada menos, porque el crecimiento económico “se dispararía como un cohete” en cuanto la bajada de impuestos surgiera efecto. Los economistas de la Casa Blanca pronosticaron que los ingresos familiares aumentarían a 4.000 dólares o más gracias a una fuerte bajada de impuestos a las empresas.

Nada de esto está sucediendo ni parece que vaya a pasar. La economía creció con un sólido 4,2% en el segundo trimestre, el mayor nivel desde 2014, pero Moody’s Analytics pronostica un crecimiento de solo un 2,9% para todo el 2018, y lo mismo para el 2019. Según la firma de pronósticos, luego caerá al 0,9%. Si es así, el crecimiento económico con Trump tendrá un promedio de solo un 2,2% al año, casi igual que durante el segundo mandato del presidente Obama.

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Por su lado, el déficit presupuestario federal aumentó de un 3,5% del PIB en 2017 a un 3,8% en 2018. Moody’s espera que al finalizar este año fiscal alcance el 4,8% del PIB y que aumente a un 8% hacia 2028. La carga de la deuda fiscal es la más pesada de entre todos los países que son calificados con la Aaa de Moody’s, la calificación más alta.

Las ganancias empresariales están aumentando, pero los ingresos fiscales de las empresas se van hacia otro lugar.
Las ganancias empresariales están aumentando, pero los ingresos fiscales de las empresas se van hacia otro lugar.

Cuando la economía está fuerte, como ocurre ahora, la carga de deuda del gobierno normalmente baja en lugar de subir. Eso es así porque tanto las empresas como la gente ganan más dinero y, por tanto, pagan más impuestos, pero la bajada de impuestos de Trump ha debilitado las fuentes de ingresos, lo cual hace que se incremente el déficit.

Los ingresos fiscales de las empresas cayeron un 31% en el año fiscal 2018, que terminó en septiembre. Esta caída se debió principalmente al recorte de impuestos a las empresas de un 35% a un 20%. Los ingresos fiscales de personas individuales aumentaron un 6,1% en 2018, pero eso fue básicamente por la inflación, el crecimiento poblacional y un 1,7 millones de nuevos trabajos creados en 2018.

El déficit aumentó desde 666.000 millones de dólares en 2017, antes de la bajada de impuestos, a 779.000 millones de dólares en 2018, cuando la bajada de impuestos ya llevaba en vigencia ocho meses. Es probable que el déficit se acerque a 1 billón de dólares este año, una brecha sin precedentes en una economía que supuestamente crece. A fines de la década de los 90 y a principios de los 2000, el desempleo era casi tan bajo como ahora, pero el gobierno tuvo superávit presupuestario durante cuatro años consecutivos.

“La fortaleza fiscal de los Estados Unidos se reducirá gradualmente a partir de 2019 en adelante”, escribía Moody’s Analysts en su informe. “Un incremento persistente del déficit fiscal hará que la deuda federal y la carga de los intereses alcance niveles históricos, lo que en última instancia recaerá sobre la calificación de crédito soberano”.

La brecha entre el gasto y los ingresos del gobierno se está ampliando de forma histórica.
La brecha entre el gasto y los ingresos del gobierno se está ampliando de forma histórica.

Moody’s ve varios riesgos asociados a la multiplicación del déficit. Es probable que el pago de los intereses sobre la deuda aumente desde el 7% de los desembolsos federales totales, antes de la bajada de impuestos, hasta el 16% en 2028. Eso deja menos dinero para defensa, carreteras, préstamos estudiantiles y todo lo demás. También aumenta la presión para reformar y posiblemente reducir el gasto en Medicare, Medicaid y seguridad social, que van a tener que enfrentar sus propios problemas de solvencia durante las próximas décadas.

En 2011, Standard & Poor’s redujo la calificación crediticia de Estados Unidos un peldaño. Algunos analistas pensaron que, como resultado, el Tío Sam tendría que pagar más para pedir dinero prestado, pero eso no pasó. Como prestatario, Estados Unidos goza de un estatus privilegiado y único gracias al papel del dólar como moneda más usada en el mundo, lo cual mantiene alta la demanda de bonos del Tesoro estadounidense y bajas las tasas de interés.

Pero ese privilegio puede volvérsele en contra, si adopta el mal hábito del descuido y los excesos. Moody’s dice que “revisará” su calificación de crédito de los Estados Unidos ‒en otras palabras, rebajar la calificación del Tío Sam‒ si “los legisladores no tienen una capacidad de respuesta decisiva para mitigar la adversa dinámica fiscal del país”. Parecería que en este momento no tienen esa capacidad.

Rick Newman