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La NASA está ultimando un nuevo Concorde: vuelven los aviones supersónicos

En los años 60 cuando los ingenieros aeroespaciales se imaginaban los viajes en avión del futuro, solo estaban obsesionados con una cosa: el tiempo. Para ellos, lo más importante era que un viajero pudiera hacer miles de kilómetros lo más rápido posible. Y de esa obsesión nació el Concorde, sin duda, el avión comercial de pasajeros más elegante (y por supuesto, veloz) de la historia.

El Concorde voló por primera vez en 1969. Fue construido a partir de los trabajos conjuntos de los fabricantes British Aircraft Corporation (británico) y Aérospatiale (francés). Su gran poderío era su velocidad: podía hacer cualquier ruta aérea en la mitad de tiempo que los demás aviones a reacción. Su velocidad máxima era de Mach 2,02 (2.140 kilómetros hora) y su altura de máxima de vuelo era de 18.300 metros, números que duplicaban a los de otros aviones comerciales.

El X-59, el nuevo Concorde que la NASA está ultimando. (Lockheed Martin)
El X-59, el nuevo Concorde que la NASA está ultimando. (Lockheed Martin)

Pero a pesar de que era capaz de cubrir la distancia entre París y Nueva York en tan solo 3 horas y media, solo dos aerolíneas confiaron totalmente en el avión: British Airways y Air France (otras como Singapore Airlines realizaron algunos vuelos sueltos con él).

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El poco ‘éxito’ de este avión se debía a su carísimo mantenimiento. Por ejemplo, sus frenos eran especiales para poder lograr parar velocidades de hasta 400 kilómetros por hora y tenían que ser cambiados cada pocos vuelos. Lo mismo pasaba con las ruedas. Por no hablar de su enorme gasto de combustible (muy superior al resto de aviones) y del hecho que sus pilotos tuvieran que ser entrenados de una manera especial (y tuvieran un sueldo más elevado que el resto de sus compañeros).

A todos estos problemas hay que sumar el trágico accidente del vuelo 4590 de Air France, que se estrelló tras un incendio provocado por el golpe de una de sus ruedas con el propio avión, que reventó en la carrera de despegue al chocar con un objeto de apenas 40 centímetros que se había desprendido de otro avión que acaba de usar la pista.

Ahora, los ingenieros aeroespaciales solo tienen una obsesión a la hora de diseñar un avión: hacerlos más eficientes para que no consuman tanto combustible y generen más dinero a las aerolíneas. Por eso en ellos caben más pasajeros y son más ligeros, para que no necesiten tanto combustible para levantar el vuelo (y mantenerlo).

Pero esta tendencia parece que se va a romper gracias a un proyecto conjunto de la NASA y el fabricante Lockheed Martin: el avión X-59, y tal como detalla el Daily Mail. es el sucesor del Concorde.

El X-59 será un poco menos rápido que su antecesor, pero tendrá una diferencia que le hará mejor: será mucho más silencioso. Cuando el Concorde sobrepasaba la barrera de la velocidad del sonido, generaba un enorme ruido llamado ‘Sonic Boom’. Ese sonido era tan bestial que el avión solo podía romper la barrera del sonido cuando se encontraba sobre el mar, porque era tan fuerte que rompía ventanas. Sin embargo, el X-59 será capaz de hacerlo con muchos menos decibelios.

El X-59, que podría volar por primera vez en 2021, alcanzará una altitud de 16.000 metros y una velocidad de 1.500 kilómetros hora. No son cifras tan espectaculares como las del Concorde, pero harán que consuma menos combustible y sea menos ruidoso. Lo que no se sabe todavía es cuántos pasajeros podrán volar en él.