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La verdadera razón del boicot de Trump a Huawei es el 5G, no el espionaje

Donald Trump odia a Huawei. ¿La excusa de su veto a la segunda fabricante mundial de teléfonos móviles? Oficialmente, que sus dispositivos son en realidad aparatos de espionaje del Gobierno chino. No le falta razón: cualquier fabricante de tecnología o empresa de internet que quiera operar en el gigante asiático debe permitir una puerta trasera para que las autoridades chinas puedan fisgar en la vida de sus usuarios. Además, Huawei utiliza tecnología patentada por el Ejército chino, así que sus gerifaltes podrían tener acceso a sus datos. Pero en teoría, estas dos circunstancias solo se dan en China y no fuera de sus fronteras.

Esto lo sabe Trump y lo supo en su día Obama, el primer presidente de los Estados Unidos en sembrar la duda sobre Huawei. Pero si desde América se desconfiaba de la empresa china, ¿por qué justo ahora Trump ha pedido que las compañías de su país no hagan negocios con Huawei? La explicación está en la tecnología 5G.

Trump odia a Huawei, pero no por los motivos que él hace ver. (AP Photo/Alex Brandon, File)
Trump odia a Huawei, pero no por los motivos que él hace ver. (AP Photo/Alex Brandon, File)

La tecnología 5G, la que sustituirá a las actual 4G, es una red de telefonía inalámbrica que permite descargas de hasta 1 Gbps por segundo. En la actualidad, las redes de fibra óptica permiten descargas de 600 megas, al menos en España, lo que supone un 60% de velocidad de lo que ofrecerá el 5G. Pero estas redes no solo destacan por su velocidad, sino por su casi nula latencia. Eso significa que un ordenador podrá enviar datos y descargarlos sin que se produzcan retrasos.

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La poca latencia hace que el 5G sea la red perfecta para el Internet de las cosas, esa vastísima red que se nos viene encima y que va a conectar a Internet a dispositivos tan dispares como lavadoras, aspiradores o coches. Por ejemplo, si un automóvil está conectado a la red 5G sabrá de inmediato la posición, la velocidad y la dirección de otro coche conectado a la red 5G, lo que permitirá que ambos se conduzcan de forma autónoma sin que haya un accidente. Otra de las aplicaciones de la poca latencia del 5G se verá en las salas de operaciones: los médicos podrán operar a distancia sin temor a que el robot que esté tratando al paciente tarde en obedecerlos.

Es decir, el 5G es un negocio monstruoso ya que va a cambiar nuestras vidas para siempre. ¿Y quién es la empresa que más ha investigado el 5G y mejor infraestructura tiene para implantarlo? Exacto, Huawei. Como se puede apreciar en este gráfico elaborado por Statista, la empresa china es, de lejos, la más avanzada en este aspecto.

La carrera por el 5G (Statista)
La carrera por el 5G (Statista)

Por ese motivo, países como España, Alemania o Francia han firmado acuerdos con Huawei para que instalen sus antenas 5G en su suelo. Trump tiene un temor: que esas antenas sean en realidad dispositivos espías que identifiquen la posición de cualquier ciudadano europeo y que además consigan obtener cualquier dato que proceda de sus teléfonos móviles y ordenadores. Por no hablar de todas las máquinas que estén conectadas al Internet de las cosas.

¿Huawei trabaja como un espía al servicio del Gobierno de Pekín? Nadie ha podido demostrarlo. Ni siquiera dos investigaciones encargadas por los gobiernos de Países Bajos y de Reino Unido. Así que puede que Trump esté frenando a la empresa china por un motivo más empresarial, para que Intel o Qualcomm, dos empresas americanas, puedan recortar la distancia que les separa de uno de los grandes negocios que están a la vuelta de la esquina.

Además, China tiene un PIB que crecerá el doble que el de los Estados Unidos en 2019, un dato que hiere el orgullo de Trump, que ve en el país el rival a batir. Y la batalla del 5G es una de las más importantes en esta guerra.