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Las "diosas de internet" chinas que ganan 37.000 dólares al mes

En un enorme país en el cual el mundo del audiovisual y del espectáculo está dominado de punta a cabo por las grandes corporaciones, existe sin embargo una industria creciente que, por su naturaleza, crea un acto individual, íntimo, y que mantiene su carácter personalizado.

Es el nuevo mundo del streaming o transmisiones en vivo a través de internet, un sector que apenas lleva un año en pleno auge. En 2016 se hicieron nada menos que diez mil millones de descargas.

Lele Tao. Foto de BBC.
Lele Tao. Foto de BBC.

En un país con una población digital de 300 millones, claro está que este fenómeno emergente ha logrado un impacto que no se puede equiparar con ningún otro.

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A estas jovencitas que ya no graban desde su cuarto de adolescente sino en un estudio con cámaras web incorporadas se les conoce como las “diosas de internet”. Allí -según cuenta un reporte de CNN- cantan, chatean con sus fans y participan en juegos online.

Y por esta labor, Lele Tao, por ejemplo, una de las figuras entrevistadas para el reportaje, se hace de unos 37.000 dólares al mes; todo gracias a los regalos que le hacen sus seguidores a través de la red, la mayoría hombres jóvenes que se han convertido de la noche a la mañana en fanáticos suyos.

Claro, no todo ese dinero es para ella. Lele debe entregarle una buena parte a su agencia, en donde Max, el multimillonario fundador de “streaming MJ” lo controla todo.

Empresas de representación

El caso es que aquí, como en cualquier otra compañía de casting y representación, hay personas que observan el entorno a través de las redes sociales, para luego captar y fichar a sus nuevas estrellas.

Según el reporte, Max y su esposa, Xiaowei, descubrieron a Lele en 2012. A partir de ese momento decidieron explotar su potencial.

“Produjimos un programa en el portal de internet Tencent y me di cuenta de que Lele era buena -relata Max-. Tras nuestra primera colaboración, tuve una primera impresión suya muy positiva”. “Pero ella no habría llegado muy lejos si se hubiera quedado con la agencia con la que trabajaba -acota-. Así que traté de ‘cazarla’”.

Max cuenta que al acto se puso en contacto con once de los amigos de Lele, y entre todos la convencieron.

De acuerdo con su relato, esta chica de apenas 24 años hacía “tan solo” entre tres y cuatro mil dólares al mes.

“Apenas unos miles de dólares”, añade Xiaowei. “Pero ahora se ha convertido en la número uno de su plataforma de streaming -reconoce Max con satisfacción-. Creo que es la primera streamer que hemos desarrollado desde sus inicios hasta la cima”.

Lele Tao. Foto de BBC
Lele Tao. Foto de BBC

Sin embargo, Lele ha acusado a Max de haberle engañado, por lo que ella ahora gana menos de lo que él le prometió.

Por su parte, Max achaca estos conflictos a los “cambios de humor” de su clienta. Cuando esto se produce, pues cancela sus actuaciones. “Cuando las streamers tienen cambios de humor solemos cancelar sus shows -explica-. Reactivamos sus canales cuando se les pasa y así pueden estar en plena forma”.

Por ello Lele no ha firmado el contrato por ocho años que Max le ha ofrecido, y que estipula que la empresa retenga el 50% de los ingresos de la joven, así como el control sobre más aspectos de su vida personal.

Según se lee en ese documento, si Lele quisiera cancelar este contrato tendría que abonarle a Max nada menos que 1,2 millones de dólares.

¿Por qué tanto éxito?

Que el streaming tenga tanta pegada en China puede explicarse en su cultura y su historia mismas.

“En la antigua China, la gente solía actuar en las calles a cambio de dinero -explica Max-. Y después nació el Bund de Shanghái, la zona del malecón de la ciudad, a comienzos de la era moderna”.

“Yo solía ir a los cabarets en el Bund con mi padre cuando tenía entre 15 y 16 años. Allí actúan cantantes. Y la gente les da propina si les gustan”, continúa.

Ahora, en plena era de internet, los jóvenes en China “viven vidas completamente digitales y por eso hay mercado para una gran variedad de actuaciones en la red”. “El streaming en directo es la última forma de entretenimiento online. A la audiencia le gusta pagar a los cantantes por sus actuaciones y, a cambio, ellos ganan dinero con su trabajo. Eso es normal en China”.

Además, aquí se establece un vínculo entre la artista y su público, siempre en directo y a través del chat. “Cuando entrenamos a nuestras streamers -precisa Max-, les decimos que traten a sus fans como si fueran miembros de su familia.” “Así -concluye-, cuando Lele compite con otros streamers, los fanáticos cumplen su función”.

Uno de estos seguidores, de nombre Sha Ge, confiesa a BBC haberse gastado ya unos 15.000 dólares en Lele. “Para mí es una superestrella”, reconoce.