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Las vacas y sus residuos, un problema que va en aumento

Vaca pastando en los lagos de Covadonga, Asturias.(Imagen gratuita vista en Pixabay).
Vaca pastando en los lagos de Covadonga, Asturias.(Imagen gratuita vista en Pixabay).

¿Sabías que una vaca lechera produce alrededor de 50 kilos de estiércol al día? Teniendo en cuenta que en España tenemos un censo bovino que ronda los seis millones y medio de animales, tras un cálculo es sencillo emerge un dato escalofriante. Cada día, nuestras vacas depositan 325.000 toneladas de excrementos en nuestros pastos y granjas. Eso son casi 120 millones de toneladas anuales de estiércol solo en España. Y eso solo por hablar de nuestro país, porque en nuestro entorno la cosa empeora. Por ejemplo en Francia hay más de 20 millones de vacas, y si cambiamos de continente vemos que en Argentina más de 50 millones mientras que en la India (donde se les considera sagradas) hay más de 300 millones.

No es de extrañar, que recientes trabajos de investigación hallan llegado a conclusiones sumamente preocupantes. Para 2030, las granjas de animales (y aquí se incluyen también a pollos y cerdos) del planeta producirán 5 billones de toneladas de heces anuales, de los cuales la gran mayoría provendrá del ganado vacuno. Y eso es un gran problema, tanto que estoy tentado de decir que si no encontramos soluciones el planeta puede irse a la mierda (con perdón) ya que si no se gestiona bien su manejo, esos excrementos y purines pueden ir a parar a nuestros ríos y lagos, algo que no solo ocurre en países en vías de desarrollo.

Si eres de los que crees que en nuestro entorno, donde tendemos a alejar las granjas de proteína animal de los núcleos urbanizados, no corremos este peligro. ¡Pregunta en Cataluña!

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Es cierto, en los países en vías de desarrollo el problema es mayor, porque humanos y animales comparten muchas veces los mismos espacios, y por lo que puedo leer el asunto va a empeorar. Tened en cuenta lo sucedido en China, donde la producción de proteína animal se ha quintuplicado entre 1980 y 2010 a consecuencia del crecimiento económico del país y del aumento de su clase media.

Y ojo, hoy solo os voy a hablar del problema de los excrementos vacunos. En Holanda por ejemplo, el país con las mejores vacas lecheras del mundo, los ganaderos producen mucho más estiércol del que pueden emplear como fertilizante. Vamos a dejar de momento otros problemas muy serios relacionados con el ganado vacuno, aunque voy a dejar un apunte referido también a China. Durante las tres décadas antes mencionadas, las emisiones de gas invernadero se han doblado, y recordemos que el metano producido en las flatulencias vacunas, es 80 veces más eficiente que el CO2 en eso de atrapar el calor.

En fin, como vemos en el mundo hay al menos dos problemas: o tenemos demasiadas vacas y no podemos gestionar sus residuos adecuadamente, o bien los humanos tenemos un problema de imaginación y debemos sacar ingenio de donde podamos para “agarrar la vaca por los cuernos”.

Estiercol de vaca – un problema mundial. (Imagen gratuita vista en pixabay).
Estiercol de vaca – un problema mundial. (Imagen gratuita vista en pixabay).

¿Cómo solucionarlo? Bien, ahí van una serie de ideas que he podido encontrar por la red. Seguro que mis lectores pueden aportar alguna más:

1 Seguir el ejemplo de Shitexpress.

En efecto, hay personas que creen que deberían abrirse vías de contacto entre los productores de fertilizante animal y los usuarios interesados en este producto: por ejemplo los ancianos urbanitas que se entretienen saludablemente cuidando un huerto. En base a esta idea estoy seguro de que algunos podrían comprar bandejitas de auténtico estiércol (sin glúten por supuesto) para abonar sus verduritas. Reíros, pero el dueño de Shitexpress dice que se está forrando con esto.

2 Dejar de comer vaca

¿Por qué no? En Australia han recomendado sustituirla por carne de canguro y si no soportas la idea de tener que matar a ningún bicho para comer su carne, siempre podemos esperar a las granjas de carne artificial. Sea como sea, si reducimos el consumo de carne, el número de animales descenderá y entonces el problema podría atenuarse.

3 Dejarlo en el campo y no hacer nada

En los campos de mi comunidad autónoma (Asturias) uno puede encontrar preciosos ejemplares de escarabajo ( véase: joyas en el estiércol). Si el estiércol se depositara en lugares poco transitados y de alto valor ecológico, tal vez pudiéramos contribuir a que los insectos recuperasen su número. ¿No sería bonito ver a turistas armados con cámaras de fotos persiguiendo escarabajos de colores? Después de todo, si los cadáveres de las vacas contribuyen a mantener las poblaciones de buitres, una buena parte del estiércol de nuestras reses deberían dejarse sobre el campo haciendo lo que siempre han hecho, fertilizando y ayudando a que la vida se renueve.

4 Producir energía

Puede parecer extraño, pero esto ya se hace con las cacas de gallina y en muchos países africanos, comunidades que viven de forma sostenible (como esta en Ruanda) experimentan con el potencial del así llamado “flexi biogás” para convertir el estiércol de vaca en gas con el que cocinar.

Discos de estiercol empleados como combustible para hacer fuego. (Imagen gratuita vista en Pixabay).
Discos de estiercol empleados como combustible para hacer fuego. (Imagen gratuita vista en Pixabay).

5 Construir casas con él

De nuevo en África, es común mezclar el estiércol con adobe para fabricar casetas tradicionales, aunque no vamos a proponerte vivir como en la tribu. Hace unos años, la Universidad de Michigan llegó a una conclusión sorprendente: todos los desechos de animales podían emplearse para la construcción. Después de todo, los excrementos de vaca son muy ricos en celulosa y materia vegetal. ¿Si los muebles de Ikea se construyen con aglomerado de serrín, por qué no sustituir este residuo maderero por estiércol desecado?

6 Reciclar sus materiales valiosos

En 2030, la producción mundial de heces del planeta va a contener 100 millones de toneladas de fósforo, 30 millones de toneladas de potasio y 18 millones de toneladas de calcio. Todos esos minerales son valiosos. Solo hay que estrujarse un poco el cerebelo y dar con una forma de aprovechamiento sostenible. Es una pena que no podamos hacer lo mismo con el metano de las flatulencias vacunas. Teniendo en cuenta que cada animal produce entre 3 y 4 litros cada día de este gas (que van a parar a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global) si de algún modo pudiéramos capturarlo, nuestras centrales térmicas podrían generar electricidad quemándolo en lugar de emplear gas natural. ¿Te suena raro recolectar pedos de vaca? Pues ya hay quien lo ha hecho.

¿Se os ocurren más alternativas?

Me enteré leyendo The Guardian.