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Los latinos insisten en hacerse escuchar tras años de ser ignorados en Hollywood

Tanya Saracho, una escritora, productora y directora mexicoestadounidense que ha luchado para alcanzar el éxito en la televisión, en Londres, el 5 de noviembre de 2020. Parece que cada victoria viene seguida de una derrota. (Frederike Helwig/The New York Times)
Tanya Saracho, una escritora, productora y directora mexicoestadounidense que ha luchado para alcanzar el éxito en la televisión, en Londres, el 5 de noviembre de 2020. Parece que cada victoria viene seguida de una derrota. (Frederike Helwig/The New York Times)
Tanya Saracho, una escritora, productora y directora mexicoestadounidense que ha luchado para alcanzar el éxito en la televisión, en Londres, el 5 de noviembre de 2020. Parece que cada victoria viene seguida de una derrota. (Frederike Helwig/The New York Times)
Tanya Saracho, una escritora, productora y directora mexicoestadounidense que ha luchado para alcanzar el éxito en la televisión, en Londres, el 5 de noviembre de 2020. Parece que cada victoria viene seguida de una derrota. (Frederike Helwig/The New York Times)

Tanya Saracho consiguió su primer trabajo como escritora para televisión en la telenovela de Lifetime “Criadas y malvadas” en 2012. La contrataron para cumplir con una cláusula de diversidad.

Esta se ha vuelto una práctica común cuya finalidad es fomentar la inclusión. En un intento por hacer que los equipos de escritores —que desde hace mucho han sido dominados por hombres blancos— sean más diversos, los estudios pagan el salario de un escritor perteneciente a una minoría para que la producción del programa no tenga que hacerlo. Saracho considera esta idea noble pero también ineludiblemente problemática.

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“Te marginan y te tratan como ‘el otro’ y luego esperan que seas el mediador cultural, el embajador y el defensor de todas las culturas, no solo la tuya”, dijo Saracho, de 44 años, en una entrevista reciente en video. “Es una responsabilidad enorme. Estuve a punto de renunciar todos los días”.

En lugar de eso, Saracho perseveró y alcanzó el éxito en una industria que no siempre ha recibido con brazos abiertos a alguien como ella: una escritora “queer” interesada en explorar su ascendencia mexicoestadounidense en la televisión. Escribió para las series de HBO “Looking” y “Girls” y pasó tiempo escribiendo para “How to Get Away With Murder” de Shonda Rhimes. Su gran oportunidad llegó cuando Marta Fernandez, entonces vicepresidenta ejecutiva de programación original en Starz, la invitó a crear un programa, “Vida”, sobre dos hermanas distanciadas que regresan a su barrio de Boyle Heights, en el este de Los Ángeles, para el entierro de su madre. La serie, que se estrenó en 2018, lidiaba con temas como la gentrificación y la integración a través del prisma de la familia. Fue bien recibida por la crítica y durante tres temporadas sirvió de ejemplo de lo que es posible cuando se les da oportunidad de triunfar a las voces infrarrepresentadas.

Sin embargo, “Vida” fue cancelada en marzo. Después, en junio, ABC también puso fin al único programa de la cadena que tenía un elenco primordialmente latino, “The Baker and the Beauty”. Y aunque CBS volvió a transmitir la cuarta temporada trunca de la nueva versión con enfoque latino de “Un día a la vez” en octubre, el futuro de ese programa sigue siendo incierto (Netflix lo canceló por primera vez en 2019).

Para muchos de los latinos que trabajan en Hollywood, parece que cada victoria viene seguida de una derrota, un tira y afloja constante que nunca parece rectificarse.

“Es genial que ‘Vida’ haya existido, pero ahora ya no está”, afirmó Saracho, quien comenzó su carrera como dramaturga en Chicago, donde cofundó una compañía teatral y una alianza para dramaturgos latinos. “’Un día a la vez” ya tampoco está. No hemos llegado a nada”.

De acuerdo con un estudio del Gremio de Escritores de Estados Unidos, Oeste (WGAW, por su sigla en inglés) publicado en junio, aunque los latinos hispanos conforman el 18,3 por ciento de la población, representan solo el 4,7 por ciento de los guionistas de largometrajes y el 8,7 por ciento de los escritores para televisión. En un estudio de 2019, la Iniciativa de Inclusión Annenberg de la Universidad del Sur de California se refirió al trato que reciben los latinos en Hollywood tanto frente y detrás de la cámara como “una supresión”.

Las estadísticas desalentadoras, aunadas a experiencias personales, motivaron a Saracho, Gloria Calderón Kellett (“Un día a la vez”) y a las otras dieciséis autoras-productoras latinas que conforman el grupo de Untitled Latinx Project a empezar a promover su propia causa.

A mediados de octubre, el último día del Mes Nacional de la Herencia Hispana, la agrupación envió una carta pública a Hollywood en la que exigía un cambio en una industria que los ha ignorado desde hace mucho. Llevaba los nombres de 276 creativos latinos, incluyendo a guionistas de cine y nombres conocidos como Lin Manuel-Miranda, John Leguizamo, Eva Longoria y el escritor y productor Phil Lord (“Spider-Man: Un nuevo universo”). En ella también establecieron peticiones específicas: que se dejen de contar nuestras historias sin nuestra presencia, que empiecen a aprobar más de nuestros proyectos, que reflejen la diversidad de nuestra población y que nos contraten para proyectos que no se traten de la comunidad latina.

La carta llegó a los buzones de entrada de Hollywood poco antes de las elecciones de 2020, que pusieron de manifiesto la diversidad de latinos que hay en Estados Unidos. Los latinos conforman el segundo grupo electoral más grande del país, pero no pueden clasificarse en un mismo bloque. Por ejemplo, los latinos de Florida y Texas, incluyendo a muchos de ascendencia cubana y venezolana, votaron por el presidente Donald Trump, mientras que los latinos jóvenes y progresistas de Arizona, entre ellos varios de ascendencia mexicana, se pronunciaron a favor de Biden.

Eso fue un claro recordatorio de que agrupar a puertorriqueños, cubanos, mexicoestadounidenses y a otros en un solo grupo racial monolítico, tal como lo ha hecho Hollywood durante décadas, subestima sus experiencias e inquietudes discrepantes. Stacy L. Smith, fundadora de la Iniciativa de Inclusión Annenberg de la Universidad del Sur de California, dijo en una entrevista que los personajes latinos en las películas hollywoodenses casi siempre se retratan como “criminales, personas de bajos recursos, inmigrantes, aislados, hambrientos”.

El representante demócrata de Texas, Joaquin Castro, líder del Caucus Hispano del Congreso, ahondó más en el tema y argumentó que estas representaciones tienen consecuencias en la vida real. Hace poco en una columna de la publicación comercial de Hollywood, Variety, Castro escribió: “Se puede trazar una línea clara entre la falta generalizada de representación positiva de los latinos en pantalla y el aumento en los crímenes de odio en contra de nuestras comunidades”.

El Untitled Latinx Project es uno de los grupos que están tratando de cambiar eso. El año pasado, las mujeres miembro se asociaron con Franklin Leonard y su compañía, The Black List, que busca promover los mejores guiones inéditos en Hollywood, para crear la lista inaugural de latinos en la televisión, que llamaron Latinx TV List. Esta contiene pilotos originales de una hora y media hora escritos por al menos un guionista latino y que incluyen un personaje prominente de origen latino o latinoamericano. Los programas en las primeras tres posiciones de la lista cerraron tratos con el servicio de emisión en continuo Hulu. Muchos también consiguieron contratos con agencias de representación.

“Encontramos a diez escritores grandiosos que son latinos y que son igual de buenos que cualquiera que ya esté trabajando como escritor profesional”, dijo Leonard.

Los activistas afirman que estos hallazgos demuestran que el problema en Hollywood no es una falta de voces creativas de las cuales escoger sino una falta de ejecutivos dispuestos a apoyar y dar una oportunidad a nuevos talentos.

“Si la gente estuviera tan comprometida con la diversidad y la inclusión como dice estarlo, entonces tomaría decisiones diferentes”, comentó Calderón Kellett. “Es por eso que Tanya y yo alzamos la voz y hablamos sobre la desigualdad que vemos de manera constante y tratamos de exigir un cambio real”.

Saracho y Calderón Kellett seguirán forjando sus propias trayectorias. Calderón Kellett firmó un contrato global con Amazon Studios el año pasado. Saracho firmó uno en agosto de este año con Universal Content Productions, el estudio de televisión de NBCUniversal, que, además de producir nuevas series, creará una incubadora de talento para creadores latinos.

Saracho ahora se encuentra en Londres, colaborando con el músico independiente Johnny Flynn en un nuevo piloto para UCP llamado “Love Story” que se enfoca en una desgarradora historia de amor por temporada. La primera entrega contará la historia de dos mexicoestadounidenses que viven en Londres y se enamoran de una misma persona que se dedica a la música. (Flynn está escribiendo la música y ayudándole a Saracho a navegar el mundo de la música británica alternativa antifolk).

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company