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Los demócratas deben admitir que Trump está impulsando la economía

Donald Trump en plena campaña en 2016. Fuente: Reuters
Donald Trump en plena campaña en 2016. Fuente: Reuters

Quizá los recortes fiscales de Trump no terminen bien pues es probable que eleven las tasas de interés más de lo esperado, lo cual podría aumentar la inflación. Por otra parte, la deuda adicional que el Tío Sam ha asumido para financiar los recortes solo hace que aumentar la carga para los futuros contribuyentes.

Sin embargo, al menos hasta el momento, los recortes fiscales parecen estar teniendo el efecto deseado: están impulsando las ganancias de las empresas, reactivando la inversión y, en algunos casos, beneficiando a los trabajadores comunes. Las acciones están alcanzando nuevos récords, la confianza sigue aumentando y nadie vislumbra una recesión en el futuro inmediato.

Por otra parte, los demócratas en Washington creen que les aguardan grandes éxitos en las elecciones legislativas de 2018, una buena oportunidad para hacerse con el control de la Cámara de Representantes y una posibilidad remota de dominar el Senado. Sin embargo, podrían pecar de ilusos. Mover la maquinaria económica no es fácil, y Trump, a pesar de su belicoso maquiavelismo, lo está logrando. De hecho, la economía podría alcanzar su punto máximo justo cuando los votantes acudan a las urnas en noviembre.

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Unas 100 compañías, incluidas AT&T (T), Apple (AAPL), Boeing (BA) y American Airlines (AAL), anunciaron crecimientos, bonificaciones, mejoras de las prestaciones o nuevas inversiones tras la reducción fiscal de 1,5 billones de dólares que Trump firmó en diciembre. Este año la mayoría de los estadounidenses notarán un aumento de su poder adquisitivo, a medida que el gobierno modifique sus tablas de retención y los impuestos se lleven una mordida más pequeña. Cuando hace poco Yahoo Finanzas analizó dichos cambios, descubrimos que un trabajador normal que gana 60.000 dólares al año recibiría 112 dólares adicionales por mes, es decir, 1.344 dólares anuales.

Los recortes de impuestos no cambiarán la situación de la clase media luchadora. Los que más ganan serán quienes más se beneficien de una mayor reducción de impuestos. Sin embargo, los más favorecidos podrían ser quienes poseen acciones ya que los precios de las mismas aumentaron mientras se esperaba la aplicación de los recortes fiscales y han seguido incrementándose tras la promulgación de la ley.

También existe un poco de teatralidad en los anuncios corporativos. Es probable que algunos sean falsos, pensados para ganarse el favor de Trump o enmascarar las malas noticias. Por ejemplo, Walmart anunció que aumentaría su salario mínimo mientras cerraba 63 almacenes y despedía a miles de trabajadores. En este sentido, algunas compañías pueden estar otorgándole a Trump el crédito por aumentos que de todos modos iban a llegar porque eran necesarios para mantener a los trabajadores en medio de la escasez de ofertas en el mercado laboral. Otras empresas podrían estar ayudando a sus trabajadores con el objetivo de autoinmunizarse contra las recompras de acciones o los aumentos de dividendos que llegarán más adelante este año, lo que beneficiaría a los accionistas en lugar de a los empleados.

Adaptándose a los recortes fiscales

Aún así, los cambios que ocurran tras la reducción de impuestos representarán dinero real para los trabajadores reales. Hace poco Goldman Sachs advirtió que “los inversionistas pueden estar sobreestimando el crecimiento de las ganancias como resultado de la reducción de impuestos ya que gran parte del beneficio terminará desapareciendo”. Lo que Goldman Sachs quiere decir es que las empresas, para seguir siendo competitivas, gastarán gran parte de las ganancias tributarias inesperadas en el aumento de los salarios, el mantenimiento de los trabajadores y la reducción de precios. Si eres accionista, esa es una mala noticia. Sin embargo, si eres una persona común y corriente, resulta ventajoso ya que un ahorro fiscal mayor del esperado beneficiará a los trabajadores y consumidores.

Todo esto ocurre a medida que el mercado laboral se fortalece, la escasez de mano de obra sigue su curso y se prevé un aumento de los salarios. En este sentido, Moody’s Analytics predice que este año la tasa de desempleo descenderá del 4,1% actual a un 3,5%, lo cual representaría el nivel más bajo desde 1969. Esta situación debería propiciar el aumento de los salarios haciendo que los trabajadores perciban el 2018 como “un punto de inflexión en el crecimiento salarial”, comentó Moody’s Analytics. La empresa de pronósticos espera que se produzca un crecimiento salarial del 3,5% en 2019, de manera que este sería el mejor año de auge económico desde 2005.

Obviamente, todo no se debe a la reducción de impuestos de Trump, pero usualmente los presidentes se llevan el crédito o la culpa por los cambios que se producen en la economía durante su mandato. Las encuestas recientes muestran que los estadounidenses se están adaptando, por ejemplo, a la reducción de impuestos de Trump, una medida que no fue tan popular cuando la firmó a finales de diciembre. El índice de aprobación aumentó del 37 al 46% en la última encuesta del New York Times, y podría seguir incrementándose a medida de que los votantes se percaten que los recortes de impuestos no desencadenarán un Apocalipsis, al menos no ahora, sino que podrían ayudar a la mayoría de las personas al menos durante este año y el siguiente. ¿Se trata de un gran cambio? No. Sin embargo, es mejor de lo que muchos votantes creen haber recibido de Washington últimamente.

Es probable que la reducción de impuestos nunca llegue a generar las suculentas ganancias que prometieron algunos republicanos. Sin embargo, no es su objetivo, siempre y cuando las personas piensen que saldrán ganando. Es probable que los recortes fiscales empeoren la desigualdad de ingresos, pero no lo sabremos hasta dentro de un tiempo. Mientras tanto, los votantes decidirán este próximo mes de noviembre en las urnas, dependiendo de si se sienten mejor con Trump o no.

Es obvio que Trump es impopular y tiene un índice de aprobación lamentable, lo que resulta casi increíble debido el precio récord que han alcanzado las acciones y lo sólido que ha hecho al mercado laboral. Sin embargo, los demócratas serían muy ilusos si piensan que para obtener la victoria en noviembre basta oponerse a Trump. Los problemas económicos casi siempre dominan las elecciones, y con el regreso de los buenos tiempos, los votantes simplemente no creerán a los demócratas que afirman que las medidas económicas de Trump son terribles. En realidad, no son tan malas. Son bastante buenas y están mejorando.

Los demócratas aún podrían lanzar un mensaje convincente este año si insisten en restaurar la dignidad del gobierno, empoderar a las mujeres, arreglar el quebrado sistema de salud o restablecer los mecanismos de protección medioambiental. Sin embargo, la economía no será un problema en 2018, por lo que parecerá que los demócratas que afirmen que las medidas económicas Trump no funcionan viven ajenos a la realidad, como todos los otros políticos que Trump ya ha derrotado.

Rick Newman