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Los problemas legales de Trump podrían beneficiar al mercado de valores

El presidente Trump está desmoronándose debido a que los fiscales lo han relacionado con delitos federales y han detallado vínculos previamente desconocidos con funcionarios rusos. Eso no significa necesariamente que Trump tenga que enfrentarse a un proceso de destitución, pero sí significa que sus próximos dos años en el cargo estarán marcados por dificultades legales que probablemente lo dañarán desde el punto de vista político.

En tiempos normales, la agitación política en la cima del gobierno de los Estados Unidos no sería beneficiosa para los mercados financieros. Pero en el caso de Trump, la vulnerabilidad legal podría forzar al presidente a moderar las políticas comerciales que actualmente están desconcertando a los inversores, aliviando los mercados en lugar de añadir más estrés.

Los problemas legales de Trump se dividen en tres grandes categorías. El primero implica violaciones en la financiación de su campaña. Ahora los fiscales federales también han vinculado a Trump con delitos del 2016 relacionados con pagos ocultos a dos mujeres con las que había mantenido relaciones. El ex abogado de Trump, Michael Cohen, se declaró culpable de delitos relacionados con la financiación de la campaña, entre otras cosas, por su papel en esos pagos. Y los fiscales afirman que Cohen “actuó en coordinación y bajo la dirección del Individuo-1”. Y ese individuo-1 es Trump. Por tanto, los fiscales alegan que Trump cometió los mismos delitos por los que Cohen puede ir a la cárcel.

Es probable que los fiscales no presenten cargos contra Trump mientras ocupe el cargo, y quizá no es muy inteligente que los demócratas de la Cámara de Representantes traten de destituir a Trump por violaciones en la financiación de su campaña. Se trata de delitos graves, pero a los votantes podrían parecerles tecnicismos que carecen de la seriedad necesaria para ponerle fin a una presidencia. Los demócratas parecen recordar que la popularidad de Bill Clinton aumentó a finales de la década de 1990, después de que una Cámara controlada por los republicanos intentara destituirlo por mentir bajo juramento y obstruir la justicia. Muchos votantes pensaron que el juicio tenía un trasfondo político y nunca debería haber ocurrido. Lo mismo podría pasar con Trump.

Posibles problemas legales relacionados con negocios en Rusia

El segundo gran problema de Trump es la investigación del abogado especial Robert Mueller sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016. Vale aclarar que todavía no existe evidencia pública de que Trump conspirara con los rusos, lo cual sería ilegal, pero hasta el momento Mueller ha descubierto que los rusos habían contactado a al menos 14 personas involucradas en la campaña presidencial de Trump. Además, Trump intentaba hacer negocios en Rusia mientras se afianzaba en la nominación presidencial republicana de 2016, lo cual sugiere que sus puntos de vista inusualmente favorables respecto a Rusia podrían deberse a que quería hacer negocios allí. Como mínimo, sería un gran conflicto de intereses, y podría representar un delito.

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Trump también podría enfrentarse a problemas legales relacionados con evasión fiscal y otras prácticas comerciales poco fiables que los fiscales han descubierto en medio de varias investigaciones. Una vez más, hay que aclarar que hasta el momento no existe evidencia pública directa de que haya cometido un delito, pero el negocio de Trump nunca había estado sometido al tipo de escrutinio al que se enfrenta ahora. El New York Times, por ejemplo, describió recientemente cómo Trump y su familia estuvieron involucrados durante décadas en un “fraude manifiesto” para evadir impuestos. Trump insiste en que pagó todos los impuestos, pero los fiscales ahora también están investigándolo por evasión fiscal.

Los problemas legales de Trump afectan a los mercados financieros porque estos tienen en cuenta su popularidad, la cual determina a su vez su fuerza política. Si Trump cuenta con un apoyo sólido, le será más fácil imponer aranceles, tener mano dura con sus socios comerciales y pedir paciencia a los agricultores y otras personas perjudicadas por sus guerras comerciales. Pero a medida que el capital político de Trump se evapore, le resultará más difícil lidiar con China y convencer a los estadounidenses para que soporten el dolor a corto plazo que provocan los aranceles. No cabe dudas de que China sabe que Trump quizá no termine su primer mandato, y si lo hace, es probable que llegue muy resentido a la recta final. Y cuanto más tiempo puedan soportar, más débil será Trump.

(Foto de Win McNamee/Getty Images)
(Foto de Win McNamee/Getty Images)

Hace poco los mercados se desplomaron debido a las señales que indicaban que Estados Unidos y China estaban muy lejos de lograr un acuerdo comercial, lo cual aumentó los temores de que se apliquen más aranceles y empeoren las relaciones a inicios de 2019. Pero los mercados no están teniendo en cuenta la debilidad de Trump, por la cual es más probable que encuentre la manera de llegar a un acuerdo con China y no se arriesgue a intensificar sus disputas comerciales.

Trump ya es el presidente menos popular desde la Segunda Guerra Mundial. Los votantes lo rechazaron firmemente en las elecciones de mitad de mandato, lo cual cedió el control de la Cámara a los demócratas con un margen cómodo. Eso provocará innumerables audiencias sobre los problemas legales de Trump y varios escándalos. Los republicanos del Senado quieren establecer nuevos límites a la autoridad de Trump para imponer aranceles y podrían tomar medidas inusuales para anular la política de Trump hacia Arabia Saudita, tras su tibia respuesta ante el asesinato del periodista Jamal Khashoggi a manos de agentes saudíes vinculados al príncipe heredero de la corona. Trump incluso está teniendo dificultades para encontrar un jefe de personal para la Casa Blanca, un trabajo por el cual los políticos ambiciosos normalmente se pelearían. Todos esos son signos de que un presidente está perdiendo fuerza, y los fiscales ni siquiera han presentado su caso contra Trump.

Los aranceles pesan sobre los mercados y los consumidores

Después de la reunión del 1 de diciembre entre Trump y el presidente de China, Xi, ambos acordaron posponer cualquier medida comercial punitiva hasta el 1 de marzo, mientras intentan llegar a un acuerdo. A los mercados no les gustó lo que pasó a continuación ya que cada parte describió la “tregua” de manera diferente y el equipo de Trump incluso se contradijo. Sin embargo, los mercados han pasado por alto que retrasar la “tregua” y la correspondiente decisión hasta el 1 de marzo o incluso más tarde, hará que Trump tenga más problemas legales que interfieran con todo lo que quiere hacer.

Sabemos que Trump sigue de cerca el mercado de valores y lo considera un barómetro para medir el éxito de su administración. El veredicto de este año es preocupante ya que los mercados presentaron una tendencia bajista en 2018, a pesar de los fuertes recortes de impuestos corporativos que aumentaron las ganancias. Los aranceles de Trump pesan sobre las acciones porque elevan los costos para las empresas y los consumidores e impiden el crecimiento. Así que intenta imaginar cómo será Trump dentro de tres meses, en medio de más revelaciones sobre posibles violaciones de la ley y quizá incluso teniendo que enfrentarse a cargos criminales, decidiendo golpear aún más las acciones al duplicar o triplicar sus aranceles a China, o imponer nuevos aranceles a los automóviles importados, como ha amenazado con hacer.

Predicción: eso no sucederá, simplemente porque Trump no tendrá la capacidad para hacerlo. Los aranceles de Trump ya están comenzando a provocar problemas que se extienden a la economía real y se manifiestan mediante una subida de precios, la disminución de los planes 401 (k) y la vacilación de la confianza de los consumidores y las empresas. Incrementar los aranceles cruzará una línea roja que afectará directamente a los consumidores de manera innegable. Si Trump no fuera controvertido y tuviera autoridad, con un índice de aprobación del 60% o más, podría persuadir a los estadounidenses de que la subida de los precios y la pérdida de negocios a corto plazo justificarían una ganancia a largo plazo. Pero un Trump dañado e inestable no podrá hacerlo. Su índice de aprobación se hundiría por debajo del 30, perdería apoyo clave en su propio partido y les daría a los demócratas de la oposición más munición para usar contra los republicanos en la campaña de 2020 ya que ni siquiera pueden hacerse cargo del mercado de valores.

Al debilitar a Trump, esos fiscales lo están hiriendo en el comercio. Los mercados todavía no se han dado cuenta, pero lo harán.

Rick Newman