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Marco Rubio: Biden está empoderando al régimen de Maduro y permitiendo que otros países hagan lo mismo | Opinión

Biden está empoderando al régimen de Maduro y permitiendo que otros países hagan lo mismo

El presidente Joe Biden presume de sus esfuerzos por defender la democracia mundial contra los males del autoritarismo. Pero aquí mismo, en nuestro propio hemisferio, está otorgando legitimidad a una dictadura brutal a expensas de importantes aliados democráticos.

En el 2019, el mundo presenció con horror como el narco-dictador venezolano Nicolás Maduro golpeó, asesinó y encarceló a manifestantes para mantener su control ilegítimo. Bajo el liderazgo del presidente Donald Trump, y con apoyo bipartidista del Congreso de EEUU, nuestro país se negó rotundamente a reconocer al régimen de Maduro y se comprometió públicamente a apoyar al presidente interino Juan Guaidó como líder legítimo de Venezuela.

El panorama de hoy, evidencia que el presidente Biden está a punto de abandonar su apoyo a Guaidó para apaciguar a la base progresista de su partido.

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En marzo, el presidente Biden envió una delegación secreta a Caracas, ofreciendo levantar las sanciones de EEUU, si Maduro acordaba regresar a negociar con la oposición venezolana (por supuesto, el presidente no consultó a Guaidó antes de tomar esa decisión). La expedición causó daños graves a la reputación internacional de Guaidó, dividió y debilitó a la oposición y le otorgó a Maduro un enorme impulso de relaciones públicas.

Aliados cercanos como Colombia quedaron atónitos por la ingenuidad y el error de cálculo del presidente Biden. Como era de esperar, ahora se preguntan cuánto pueden confiar con el apoyo estadounidense en el futuro.

Mientras tanto, otros líderes han tomado el compromiso del presidente Biden con Maduro como una señal para restablecer los lazos con Caracas. En abril, el presidente argentino Alberto Fernández anunció que reconocería oficialmente a Maduro como líder legítimo de Venezuela y llamó públicamente a “todos los países latinoamericanos a hacer lo mismo”. Desde entonces, aproximadamente 34 países del mundo han reanudado relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro.

Actualmente, la administración Biden está a punto de empeorar la situación al abrirle la puerta a la industria petrolera de Venezuela y al levantar las sanciones en contra del sobrino de Maduro, Carlos Erik Malpica-Flores. Esta decisión legitima aún más a Maduro en la escala internacional y podría fortalecer su control ilegítimo sobre el pueblo venezolano al atraer más recursos a su narcorégimen. Esto sucedió porque el presidente Biden está rodeado de apologistas del régimen de la era de Obama y simpatizantes marxistas que buscan acercarse a dictadores en toda Latinoamérica, incluidos Díaz-Canel de Cuba y Ortega de Nicaragua. En el caso de Venezuela, el comercio de petróleo es solo una excusa conveniente para restablecer lazos con un gobernante autoritario.

No tenemos nada que ganar con el petróleo venezolano. La corrupción y la incompetencia del narcorégimen han hundido a la industria energética de Venezuela, al punto que su producción apenas supera el 5% de la de Rusia. Si queremos aumentar nuestros suministros de energía, lo lógico es habilitar la producción de petróleo y gas natural en EEUU en vez de buscar la ayuda de un matón ilegítimo.

Pero la lógica y la razón no cuentan mucho hoy en día. Una y otra vez, esta administración se ha puesto del lado de la extrema izquierda del Partido Demócrata. Estas acciones no prometen nada bueno para la futura política de EEUU hacia nuestro hemisferio.

Hasta donde sabemos, la administración Biden no ha invitado a Maduro a la Novena Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Los Ángeles este junio. Pero se necesitará mucho más que eso para revertir el daño causado a Guaidó y a los defensores de la democracia en Venezuela.

Solo le queda un camino correcto al presidente Biden. En vez de escuchar a la base de la extrema izquierda en su propio partido y otorgar más concesiones a dictadores, Biden debe reafirmar públicamente el apoyo de nuestra nación al presidente interino Guaidó y continuar insistiendo en elecciones libres y justas al igual que abogar por la liberación inmediata de todos los presos políticos en Venezuela. Continuar legitimando a Maduro tendrá consecuencias desastrosas para la seguridad nacional de EEUU y la estabilidad de la región en su conjunto.

Mientras tanto, el Congreso de EEUU debe actuar para hacer lo que el presidente Biden no hará. Insto a mis colegas para que aprueben mi proyecto de ley que busca evitar que EEUU compre petróleo venezolano y fomente el autoritarismo en nuestro propio hemisferio.

Marco Rubio es un senador federal republicano que representa a Florida.