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En su primer mensaje al Congreso, Joe Biden desplegó una ambiciosa agenda progresista

Joe Biden marcó sus primeros 100 días de gobierno
Melina Mara

WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, marcó los primeros 100 días de su gobierno con un discurso en el Congreso en el que buscó inyectar optimismo a un país que ha comenzado a dejar atrás el calvario de la pandemia del coronavirus, y desplegó una ambiciosa agenda progresista anclada en el mayor plan de inversión pública desde la Segunda Guerra Mundial.

“Ahora, después de solo 100 días, puedo informarle al país: Estados Unidos está en movimiento de nuevo. Convirtiendo el peligro en posibilidad. Crisis en oportunidad. Retroceso en fuerza”, dijo Biden al abrir su primer mensaje ante congresistas, senadores y funcionarios de su gobierno reunidos en el Capitolio.

“Estados Unidos se está moviendo. Avanzando. Y no podemos detenernos ahora. Estamos en una competencia con China y otros países para ganar el siglo XXI. Estamos en un punto de inflexión en la historia. Tenemos que hacer más que reconstruir. Tenemos que reconstruir mejor”, afirmó luego.

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El discurso de Biden siguió una tradición de los últimos años de los presidentes de Estados Unidos de exponer ante el Congreso al comienzo de un nuevo gobierno en reemplazo al tradicional discurso sobre el “Estado de la Unión”.

Biden dará su primer mensaje sobre el Estado de la Unión el año próximo. Esta vez, utilizó el espacio para marcar los primeros 100 días de su presidencia, y presentar su visión para el país. La sesión dejó una imagen para la historia: por primera vez, dos mujeres aparecieron detrás del mandatario, la vicepresidenta, Kamala Harris, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

El presidente estadounidense brindó un discurso para marcar los primeros 100 días de su gobierno: “Es hora de hacer crecer la economía de abajo hacia arriba, y del medio hacia afuera”, definió.
MELINA MARA


El presidente estadounidense brindó un discurso para marcar los primeros 100 días de su gobierno: “Es hora de hacer crecer la economía de abajo hacia arriba, y del medio hacia afuera”, definió. (MELINA MARA/)

El mandatario aprovechó, además, la oportunidad para presentar formalmente su tercer plan desde que llegó a la Casa Blanca, bautizado “Plan para las Familias Americanas”, que prevé una inversión de US$ 1,8 billones para aumentar el gasto en educación, salud, y ampliar el respaldo a las familias con hijos, en particular, las familias de clase media. Si Biden logra avanzar todos los planes que ha puesto sobre la mesa terminará de desplegar una inversión pública de casi 6 billones de dólares, el equivalente a casi un tercio del producto bruto interno (PBI), una palanca pública nunca vista desde al menos la Segunda Guerra Mundial.

El nuevo plan incluye inversiones en educación y la salud infantil, créditos fiscales destinados a las familias de ingresos medios y bajos, prevé destinar 200.000 millones de dólares a la educación preescolar gratuita y universal para niños de tres y cuatro años, y más de 100.000 millones de dólares para estudios en colegios comunitarios, independientemente de los ingresos, durante dos años.

Fue un discurso como ningún otro en la Cámara baja del Capitolio. Debido a la pandemia del coronavirus, apenas hubo 200 invitados en vez de los habituales 1600. Los jueces de la Corte Suprema de Justicia estuvieron representados por el presidente del tribunal, John Roberts, y solo uno de los jefes del Estado Mayor Conjunto se acercó al Congreso.

Un mensaje económico

Biden dejó varias definiciones sobre sus planes de política económica, que apunta a revitalizar el papel del Estado con una multimillonaria inversión pública. Al promover sus iniciativas de infraestructura y empleo, Biden buscó respaldo de los republicanos al afirmar que ayudará al país a competir con el ascenso de China. “No hay razón para que las aspas de las turbinas eólicas no se puedan construir en Pittsburgh en lugar de Pekín”, dijo. Y aprovechó también para enviar un mensaje directo a los estadounidenses que “se sienten abandonados y olvidados” por los cambios de la economía, un mensaje que pareció dirigido a algunos de los votantes de Donald Trump.

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“Hay buenos hombres y mujeres en Wall Street, pero Wall Street no construyó este país. La clase media construyó el país. Y los sindicatos construyeron la clase media”, afirmó, y agregó luego: “La economía del derrame nunca funcionó. Es hora de hacer crecer la economía de abajo hacia arriba y del medio hacia afuera”.

Los planes y las definiciones de Biden generaron escozor entre los republicanos, que rechazan sus iniciativas por el hercúleo despliegue de gasto público que implican, y lo acusaron de dividir al país, a contramano de la promesa de unidad que llevó a la Casa Blanca.

“Necesitamos políticas y un progreso que nos acerquen. Pero tres meses después, las acciones del presidente y su partido nos están separando cada vez más”, dijo el senador republicano Tim Scott, que tuvo a su cargo la respuesta de la oposición.

Mike Pompeo, quien fue secretario de Estado de Donald Trump, dijo que Biden presentó “una agenda radical, socialista para los próximos cuatro años”.

Biden ensayó un tibio llamado a la unidad al decirles a los republicanos que está abierto a escuchar ideas, pero a la vez advirtió que el resto del mundo no está esperando. “Hacer nada no es una opción”, dijo. El mandatario pidió al Congreso que actúe aprobando leyes para doblegar la epidemia de violencia armada con más control a las armas, implementar una reforma migratoria, elevar el salario mínimo a 15 dólares, mejorar la cobertura de salud, atacar el racismo y garantizar el derecho a votar.

Luego de la violenta insurrección del pasado 6 de enero, que terminó por empañar la transición presidencial, Biden cerró su mensaje con un llamado a defender la democracia.

“¿Puede nuestra democracia superar las mentiras, la ira, el odio y los miedos que nos han separado? Los adversarios de Estados Unidos, los autócratas del mundo están apostando a que no puede. Creen que estamos demasiado llenos de ira, división y rabia. Miran las imágenes de la turba que asaltó este Capitolio como prueba de que el sol se está poniendo sobre la democracia estadounidense. Están equivocados. Y tenemos que demostrarles que están equivocados”, afirmó el mandatario. “Tenemos que demostrar que la democracia todavía funciona. Que nuestro gobierno todavía funciona y puede cumplir con la gente”, cerró.