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Mercosur: cinco desafíos para un acuerdo que necesita renovarse

El acuerdo entre países, que cumplió 30 años el 26 de marzo, conforma la 5 economía del mundo, según la página oficial del Mercosur; agrupa a una población de 295 millones de personas, con exportaciones por US$ 250.000 millones en 2020 (US$272.000 millones en 2019 y un pico de US$300.000 millones en 2011). Sin embargo, los expertos aseguran que está lejos de su potencial. “Esto se visualiza en que, en el Mercosur, las exportaciones representan el 15% del PBI del bloque, cuando en otras regiones del mundo este porcentaje supera en promedio el 30% y hasta el 40%”, afirma Marisa Bircher, ex Secretaria de Comercio Exterior y Directora de Comercio, Inversiones e Integración de la Fundación de Argentina Global. “El Mercosur tiene acuerdos comerciales vigentes con menos del 10% del mercado mundial”, agrega.

Allí fueron el 18,2% de las exportaciones totales de la Argentina, y un 26,6% de sus importaciones, según el informe de Indec Intercambio Comercial Argentino de 2020. En 2019, esas cifras fueron un 19,5% y 24,9% respectivamente.

Justamente, dos grandes acuerdos convalidados en 2020 recuerdan al Mercosur que una gran parte del mundo fortalece los lazos económicos, estableciendo bloques con beneficios para quienes los integran. Por un lado, desde Asia, el RCEP, un pacto de libre comercio entre 15 países que sumados tienen el 30% del producto mundial y que generan el 28% del comercio internacional del planeta. También, ese año entró en vigencia el nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (ex NAFTA), Marcelo Elizondo, Director General de la Consultora DNI, recuerda que existen en el mundo unos 310 acuerdos de apertura regional económica vigentes, mientras que en 2010 eran poco más de 200. Dentro de ellos se genera alrededor del 60% de todo el comercio trasfronterizo global.

En este contexto, el Mercosur recorre un camino empedrado, no solo porque el balance de su comercio internacional y entre países miembros da como resultado un margen escaso, sino porque hay declaraciones de líderes extranjeros que plantean cambios que la Argentina ve con reticencia.

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El bloque integrado por la Argentina Brasil, Uruguay y Paraguay, fundado en 1991 enfrenta desafíos en un momento clave para la debilitada economía de los países miembros. Dos de ellos quedaron expuestos de manera tajante en la reunión de presidentes el día del aniversario del bloque: la flexibilización para que se puedan llegar a acuerdos bilaterales por fuera del Mercosur, que piden los tres socios de la Argentina, con un enfático Uruguay a la cabeza, y la baja de aranceles. En ambos casos, la Argentina queda sola en una posición oficial que busca ir “caso por caso” y no hacer una reforma general.

Dentro de los múltiples ajustes que necesita el Mercado Común del Sur para conformar un bloque competititivo y, sobre todo, que lleve a la industria a un crecimiento exponencial, hay 5 claves para tener en cuenta.

1- La relación con Brasil:

El canciller argentino, Felipe Solá, reconoció hace unos días, en una entrevista a EFE, que Brasil y la Argentina, las dos mayores economías del bloque, no coinciden en varios aspectos sobre el futuro de Mercosur. Pero la realidad es que la Argentina no tiene mucho margen para pelear, aunque los primeros mandatarios Alberto Fernández, y Jair Bolsonaro, están lejos de tener una relación fraternal. Para la Argentina, Brasil es el mayor destino de exportaciones, aunque para Brasil nuestro país es el cuarto, según datos de Marcelo Elizondo

Tomando como base 2019, ya que 2020 fue un año fuera de lo común por la pandemia de Covid-19, según un trabajo de Julio Calzada y Desiré Sigaudo para la Bolsa de Comercio de Rosario, más del 80% de lo exportado por la Argentina al Mercosur lo compra Brasil. El país vecino también absorbe el 35% de nuestras exportaciones industriales y es un mercado “crucial para muchos productos agropecuarios nacionales beneficiados por el Arancel Externo Común (AEC). Allí llegan el 10% de nuestras exportaciones primarias, entre ellas, el 38% de los despachos de hortalizas y legumbres”, se lee en el informe.

Al respecto, en una reunión virtual organizada por la UCA, The Millenium Project, Centro Latinoamericano de Globalización y Prospectiva, Programa Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la UBA, Argentina Conversa, el Instituto de Planeamiento Estratégico y CIPPEC, el analista Jorge Castro dijo que “el fundamento político del Mercosur es la alianza estratégica entre Brasil y la Argentina. Esto significa que el protagonismo de la Argentina en la política mundial sólo es posible a través de una acción conjunta y combinada con Brasil en el sistema global”.

2 Intercambio comercial:

Según Elizondo, el Mercosur es, de la veintena de acuerdos regionales de integración que existen en todo el mundo, el que menos relación exportaciones/PBI logra: menos de 15% contra más del 30% en el promedio mundial. Algunos casos, como la UE, es más de 50%. Las exportaciones del bloque equivalen solo al 1,4% del total mundial

Pero también hay mucho camino para recorrer en materia de intercambio entre socios. Bircher asegura que es el bajo nivel de comercio intrabloque. “Mientras que el 13% del comercio es interno, en otros ese porcentaje supera el 50%. Por ello otro de los caminos para lograr el objetivo de consolidar nuestro proceso de integración es trabajar en la eliminación de las barreras no arancelarias que hoy son la mayor dificultad para nuestros operadores comerciales a la hora de comercializar sus productos en la región. Gran parte de estas barreras son sanitarias y fitosanitarias”, dice la ex funcionaria.

El Mercosur sigue ofreciendo oportunidades de comercio intrarregional beneficioso para todos sus integrantes que aún no han sido aprovechadas, en particular cuando vemos un retroceso de su comercio intrarregional que está un 35% más bajo de su pico histórico en 2011”, dijo en el encuentro virtual Miguel Ángel Rodríguez, VP de la Unión Industrial Argentina (UIA),

3 Flexibilidad:

Es uno de los grandes temas que dividen las aguas. Solá aseguró hace unos días que “una cosa es que la Argentina se niegue a flexibilizar y no quiera hacer convenios, y otra cosa es que la Argentina no quiere flexibilizar porque quiere hacer convenios con todos, los cuatro juntos”.

Más allá del ríspido intercambio entre los presidentes de Uruguay y la Argentina en el último encuentro, para Elizondo, la aspiración de flexibilización del rígido marco jurídico para permitir acuerdos comerciales bilaterales con autonomía con terceros mercados, que impulsa Uruguay y Brasil, “es una respuesta ante la escasez de dinamismo comercial”.

4 Arancel común:

“El elevado Arancel Externo Común (que casi triplica el arancel promedio mundial) es considerado por Brasil un obstáculo para la internacionalización de sus empresas”, explica Elizondo. “el arancel promedio en frontera en el mundo disminuyó desde 15,5% hace 25 años a 5,5% hoy (en el Mercosur el arancel promedio más que duplica el promedio mundial).

Según Bircher, mientras que los países del Mercosur tienen un arancel de importación promedio del 14%, otros países como Chile y Perú tienen aranceles de importación promedio del 6% y 3% respectivamente. En el caso de UE el arancel promedio es del 6%. Agrega que, luego de 30 años, el Arancel Externo Común no contempla a todos los sectores y tiene unas 300 perforaciones discrecionales por país.

Además las empresas y pymes argentinas al momento de importar desde terceros países insumos críticos o bienes de capital que no se producen en el país terminan pagando aranceles altos que afectan su competitividad, cuando muchas veces los necesitan para exportar.

5 Mercosur-UE:

La ratificación del acuerdo por parte de los 27 países de la UE parece cada vez más lejos. Hace unos días, 450 asociaciones y ONG’s unidas en el colectivo Stop Ceta-Mercosur hicieron un llamado a los gobiernos para que abandonen el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur por causas vinculadas al problema para el ambiente la destrucción del Amazonas y también cuestionaron los métodos de cría animal.

A juicio del canciller argentino, el asunto ambiental sirve para que a los sectores agrícolas y ganaderos de Europa “no les quiten privilegios para no tener que competir con nosotros, que somos mucho mas competitivos que ellos en la mayor parte de los productos”.

La macroeconomía

Por fuera de estos 5 puntos que son una causa común para el Mercosur, la Argentina tiene su propia prioridad, Se trata de ordenar la macroeconomía para que el costo argentino, signado por una enorme carga impositiva, deje de perjudicar al resto de los países al encarecer los términos de intercambio.

“Nuestros problemas macro son severos, somos la rara avis del Mercosur”, afirma Pablo Dragún, director del Centro de Estudios de la UIA. “Tiene que haber reglas claras, sostenidas en el tiempo y trabajar en una agenda de competitividad”. El economista se refiere a los costos locales que, además de los laborales o los impositivos se suman a los costos de financiamiento y a los logísticos, entre otros, además de la inseguridad jurídica.

También Dragún se refiere a que “la Argentina exporta tributos, sin poder mantener un esquema de normalidad macroeconómica. El industrial argentino quiere competir en una cancha nivelada. Acá el riesgo empresario es enorme”, sintetiza.•