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El metaverso de Mark Zuckerberg es una idea peligrosa que puede crear un mundo incluso peor que el actual

Los medios de comunicación se han llenado de rumores sobre el metaverso después de que Facebook anunciara que iba a cambiar su nombre por el de Meta para representar un cambio estratégico y una importante inversión en la creación de un universo virtual. Para los que no están familiarizados, el metaverso promete una realidad digital en la que los participantes pueden ponerse unas gafas de realidad virtual y navegar con una versión estilizada de sí mismos, llamada avatar, a través de lugares de trabajo virtuales, lugares de entretenimiento y otras interacciones.

Los participantes también podrían jugar a juegos inmersivos y quizás comprar algunos bienes virtuales por el camino, con todo tipo de accesorios digitales para sus avatares, hasta mercancía digital coleccionable aún no definida. Algunas de las visiones más amplias del metaverso incluyen una moneda digital y una economía de fabricantes que diseñan y venden estos bienes virtuales en tiendas virtuales, generando en última instancia dinero del mundo real.

El propietario del metaverso, por supuesto, recopilará trozos de las distintas transacciones y, presumiblemente, utilizará su conocimiento de cada ser del metaverso para venderles bienes reales y virtuales. Es decir, que se creará una versión idéntica (pero peor) del mundo real en el que ahora vivimos.

El metaverso de Mark Zuckerberg
El metaverso de Mark Zuckerberg

Si todo esto le suena vagamente familiar, es posible que haya estado expuesto al último impulso del metaverso a principios de la década de 2000. Empresas serias como IBM y productos de entretenimiento como el todavía operativo Second Life defendían capacidades y características muy similares, incluyendo las mismas oficinas virtuales, conciertos y compras que Mark Zuckerberg mostró en su anuncio de la marca Meta. Los defensores del metaverso señalan que la potencia de procesamiento, el coste y las redes limitaban estas primeras iteraciones del metaverso, problemas que una década de evolución tecnológica ha resuelto en gran medida.

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Los defensores también sugieren una larga lista de beneficios del metaverso. Es fácil imaginar que ponerse al día con los colegas en una sala de conferencias virtual antes de una reunión es más agradable que la incómoda charla que se intercambia con una cabeza parlante demasiado grande o pequeña en Zoom. O la posibilidad de que un equipo de diseño inspeccione virtualmente la fábrica en la que el producto está cobrando vida.

La creación del metaverso ha tenido una gran repercusión. En los meses siguientes, el entusiasmo por el "metaverso" y sus corolarios -las NFT, la tecnología blockchain, las criptomonedas y otros conceptos de la llamada "Web3"- han disparado su cotización.

Un mercado de 800.000 millones de dólares

Pero no solo estos negocios modernos -que no dejan de tener un tufo a estafa- se han emocionado con la llegada del metaverso. Los analistas afirman que el metaverso tiene "el potencial de alterar casi todo en la vida humana", dijeron los analistas de Jefferies, dirigidos por el estratega de renta variable Simon Powell, en un comunicado distribuido en diciembre. Bloomberg Intelligence describió el metaverso como una "oportunidad de mercado de 800.000 millones de dólares".

Las principales empresas de videojuegos, como Ubisoft, fabricante de "Assassin's Creed", y Square Enix, fabricante de "Final Fantasy", han anunciado nuevas iniciativas en la Web3: La primera introdujo NFT y un sistema de pago basado en criptomonedas, mientras que la segunda declaró que 2021 sería "el año del metaverso" y anunció un gran impulso en el sector emergente en 2022.

La semana pasada conocimos incluso que gigantes del mundo real como la cadena de hipermercados Walmart iban a abrir su propia sede en el metaverso, para que la gente pusiera comprar en los pasillos virtuales de sus negocios.

En un sentido, es una visión de un mundo futuro que toma muchos conceptos que existen desde hace tiempo, como los mundos compartidos en línea y los avatares digitales, y los combina con tendencias de reciente aparición, como la propiedad del arte digital a través de la tecnología NFT y las "propinas" digitales para los creadores.

En otro sentido, es una visión que toma nuestra realidad actual -en la que ya se puede pasar el rato en salas de chat virtuales en 2D o 3D con amigos que utilizan o no auriculares de RV- y añade más oportunidades de monetización y publicidad. Es decir, como el mundo real, pero peor.

Alguien va a vender el hardware para acceder a este futuro, y alguien va a crear el software que lo popularice, y Zuckerberg está dejando claro que quiere que Meta sea líder en ambos frentes.

No es de extrañar, pues, la fiebre del oro de inversores y empresas del mundo tecnológico: El vídeo de Meta, y el compromiso de Zuckerberg con el "metaverso", les ha convencido de que es la próxima gallina de los huevos de oro. Las empresas están convencidas de su potencial, pero ¿lo están los ciudadanos del mundo?

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