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Miguel Poveda, cual hijo pródigo, muestra su madurez en su regreso a La Unión

La Unión (Murcia), 2 ago (EFE).- El cantaor Miguel Poveda ha vuelto a demostrar esta noche que se encuentra en un gran momento de madurez artística en su vuelta al Festival Internacional del Cante de las Minas, donde ha presentado su último espectáculo, 'En concierto'.

El artista de Badalona, que protagonizó en 1993, con tan solo 20 años, uno de los momentos históricos del festival arrasando con su voz para llevarse la Lámpara Minera, ha vuelto cual hijo pródigo a La Unión, donde ya atesora un Castillete de Oro en 2008 y una calle con su nombre desde 2010, año de su anterior visita a la Catedral del Cante.

Esta vez, La Maquinista de Levante, que sustituye al Antiguo Mercado Público como escenario principal, ha sido testigo de la voz del badalonés, de padre murciano y madre manchega, que ha comenzado su recital versionando la 'Oda a Walt Whitman", poema de Federico García Lorca.

A continuación, ha llegado el turno de 'El uvero', la bulería 'Palitroque' y 'Esta noche mando yo', que han servido de introducción a un espectáculo basado en el flamenco, la poesía, la copla y la canción andaluza.

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El cantaor, enfundado en una chaqueta blanca que contrastaba con un escenario sobrio, ha estado acompañado de Paquito González a la percusión, Miguel Soto 'El Londro' a las palmas y el cante, Carlos Grilo a las palmas, el bailaor 'El Choro' y los guitarristas Dani Casares y Diego del Morao.

En una presentación en la que ha resumido su momento actual sobre el escenario no puede transitar sin García Lorca, a quien ha dedicado sus tres últimos discos, ni sin ir "de la mano" de la canción andaluza, como ese 'Quítame el beso de anoche', de Miguel Vargas Jiménez.

Poveda ha retomado los directos con una gira iniciada en abril tras un año sin poder presentar en vivo su último disco de estudio, titulado -ironías del destino- "El tiempo pasa volando" (2018), con el que cerraba la trilogía dedicada a Federico García Lorca, completada por "Sonetos y poemas para la libertad" (2015) y "Enlorquecido" (2018).

Una emotiva 'Carta a Regino Sainz de la Maza', guitarrista amigo de Federico García Lorca, ha dado paso a una diversidad musical que permite pasar al artista badalonés de un palo flamenco a un bolero y acabar con 'Hey', de Julio Iglesias, o 'Voy a perder la cabeza por tu amor', de José Luis Rodríguez 'El Puma', sin perder un ápice de intensidad en su voz y en su manejo del escenario.

La explanada de la Maquinista del Levante ha colgado la primera gala con el 'No hay billetes' que constata la expectación que ha despertado el regreso de Poveda tras diez ediciones del festival sin hacerlo, y que ha convertido en un repaso por la memoria sonora de la España del siglo XX.

Tras un interludio en el que el cabeza de cartel ha dejado un tema para el lucimiento de su cuadro, el cantaor ha vuelto al escenario con su faceta más jonda, como su interpretación de 'Malagueñas y abandolaos', unas bulerías, unos tangos o unas seguiriyas, que han despertado los olés del público unionense, que esperaba como agua de mayo el derroche flamenco de la Lámpara Minera de 1993.

Poveda, que ha cambiado su chaqueta blanca por un chaleco negro con el perfil y el nombre de Enrique Morente, ha proseguido con su versátil repertorio con un cante de ida y vuelta -una guajira- dedicado a los "hermanos" de Cuba, que "lo están pasando regular", defendiendo que el "ser humano debe ser libre".

Uno de los momentos más emotivos del concierto ha sido cuando ha subido al escenario, invitada por Poveda, Encarnación Fernández, doble ganadora de la Lámpara Minera en 1979 y 1980, cantando ambos por mineras acompañados a la guitarra por el hijo de la cantaora, Antonio Muñoz.

El artista catalán ha clausurado por alegrías la quinta jornada del festival, que ha comenzado con la actuación, dentro del ciclo "El cante en la calle", de Celia Romero, que se alzó con la Lámpara Minera en 2011, con tan solo 16 años.

Previamente, la organización ha entregado el galardón Pecho Cros, en la categoría de Artes Plásticas, a la escultora María Dolores Fernández Arcas, y del Castillete de Oro a Juan Jiménez Alcaraz, por su trabajo en la dirección del Festival Internacional del Cante de las Minas durante varias ediciones.

(c) Agencia EFE