Monotech: enojo de un sector estrella por una iniciativa impulsada por Massa

El proyecto de monotributo tecnológico (conocido como monotech), que permitiría a los freelancers facturar hasta US$30.000 anuales sin necesidad de liquidarlos en el mercado de cambios, consiguió ayer media sanción en Diputados y está más cerca de convertirse en ley. Esta posibilidad alertó a distintos empresarios de la economía del conocimiento porque entienden que la medida impulsaría a más empleados a dejar sus trabajos en relación de dependencia para cobrar más trabajando para el exterior. Según sus cálculos, unos 20.000 trabajadores ya se pasaron al “mercado blue”, a los que podrían sumarse otros 30.000, indicaron.

Siguiendo con la visión de las compañías, esto redundaría en un “ecosistema más débil, menos exportaciones y menos recaudación para el Estado en términos de aportes y contribuciones e impuesto a las Ganancias”, mientras que los dólares que ingresen “se irían al mercado informal”. Además, señalan que podría dar lugar a “usos fraudulentos”. En tanto, desde el Gobierno sostienen que esto permitiría a los freelancers regularizarse algo en lo que coinciden los tributaristas.

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Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, la entidad que nuclea a empresas exportadoras de servicios, dijo que hasta ahora no se habían pronunciado sobre el monotech porque afecta sobre todo a las pequeñas empresas, pero que con la media sanción “necesitan salir a hablar porque es malo para todo el sector porque introduce una asimetría salarial obvia”.

“Un monotributista va a poder cobrar US$2500 por mes y las empresas que exportan tienen que ingresar los dólares al tipo de cambio oficial, salvo un 30% que puede ser de libre disponibilidad si sus ventas trimestrales al exterior se incrementaron. Esto genera una distorsión que es mucho mayor para las pymes que no exportan. El monotech, que puede tener lógica para algún sector, para el ecosistema del conocimiento es una amenaza grande porque amplía la posibilidad de fuga”, aseguró.

Por su parte, Gustavo Guaragna, CEO de Snoop Consulting y responsable del Observatorio Permanente de la Industria del Software y Servicios Informáticos de la Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi), dijo que hoy se estima que, solo en el sector del software, unos 20.000 trabajadores han migrado a formas de contratación con algún nivel de informalidad y que “esta situación empeoraría con el monotech”.

“El número actual de empleados asciende a 150.000. Si el 20% migra, vas a tener otros 30.000 más trabajando para afuera, lo que va a ser durísimo para la industria de software local, porque estamos hablando de los perfiles más experimentados y no hay una fábrica de seniors y semi seniors en la Argentina. Son los mismos que se van moviendo de un lado a otro y muy probablemente vuelquen sus dólares al mercado informal”, describió.

Por otro lado, dijo que, si el proyecto finalmente es aprobado, el sector debería pedir “igualdad de condiciones”, lo cual es casi imposible porque el marco regulatorio que regula a las empresas argentinas es distinto al de las compañías del exterior que pueden contratar freelancers argentinos. En segundo lugar, se tendría que solicitar el acceso a más dólares de libre disponibilidad, indicaron.

Por su parte, Galeazzi dijo que “lo ideal es que el proyecto no prospere” porque, incluso si las empresas que exportan tuvieran un cupo para igualar los US$2500 mensuales, las más debilitadas serían las empresas que no venden servicios al exterior.

“La verdadera solución a esto es la normalización del mercado de cambios: que esta brecha deje de existir o se atenúe lo más rápido posible. Al haber una distorsión cambiaria tan grande, aparecen soluciones como esta que generan más distorsiones. Si un empresario que tiene la posibilidad de exportar ve esto va a estar impulsado a asentarse afuera y contratar a argentinos como monotributistas. Se está abriendo una brecha para que suceda esto: simular empresas que operan afuera”, sostuvo.

Consultado por LA NACION, Sebastián Domínguez, CEO de SDC Asesores Tributarios, consideró que la herramienta del monotech es “necesaria”, porque hoy los profesionales facturan en negro, pero también dijo que es “un parche que puede dar lugar a usos fraudulentos”.

“Puede pasar que haya empresas que, en vez de facturar y liquidar al tipo de cambio oficial, hagan facturar a monotributistas que saquen dólares en efectivo y se los den a las compañías, cobrándoles un porcentaje, y entonces las firmas los vendan al blue. Son efectos no deseados del régimen porque no se resuelve el problema de fondo”, detalló.

En tanto, Cesar Litvin, CEO en Estudio Lisicki, Litvin & Asoc, dijo que, quien trabaje para el exterior, puede hacer un “rulo” para convertir los dólares en pesos o ir al dólar blue, pero que “es una herramienta que mejora las condiciones de los que estaban en la informalidad total”: los que quieren estar ajustados a derecho, pero no pueden porque nadie va a querer liquidar a $200 cuando puede conseguir $400.

Conocida la media sanción, el ministro de Economía, Sergio Massa, dijo que es un “enorme paso hacia la regularización financiera y tributaria de los gamers y programadores freelance que cobran en moneda extranjera y que desean tener sus ingresos en la Argentina”.

“Agradezco enormemente a Cecilia Moreau, Ariel Sujarchuk, Guillermo Michel, al bloque del Frente de Todos y a todos los diputados que, más allá de las banderas políticas, la apoyaron, para que los jóvenes tengan herramientas que pongan en valor toda su capacidad. Medidas como esta son clave para que desde el Estado sigamos generando condiciones y oportunidades que permitan impulsar el crecimiento de la Economía del Conocimiento, uno de los grandes sectores que producen empleos de calidad y fortalecen nuestras divisas”, afirmó vía Twitter.