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Muerte de jóvenes reclutas ensombrecen la ‘victoria’ de Cuba sobre incendio de Matanzas

Uno quería ser neurocirujano y era fanático del equipo de futbol Real Madrid. A otro le encantaba jugar baloncesto. A un tercero le gustaba posar para selfies y mostrar sus tatuajes.

Uno por uno, los rostros de los jóvenes cubanos que probablemente murieron mientras combatían un incendio que comenzó el viernes de la semana pasada en una instalación de almacenamiento de petróleo en el puerto de Matanzas han estado apareciendo en las redes sociales esta semana. Ellos se encuentran entre las 14 personas que, según las autoridades cubanas, están desaparecidas pero aún no han sido identificadas oficialmente.

Al menos cuatro —Leo Alejandro Doval Pérez de Prado, Michel Rodríguez Román, Adriano Rodríguez Gutiérrez y Fabián Naranjo Nuñez— cumplían el servicio militar obligatorio y tenían poca experiencia como bomberos, según testimonios de familiares y amigos en las redes sociales.

Eran todos muy jóvenes y llenos de sueños, lamentaron sus familiares. Y ahora ya no están, lo que ha provocado una serie de preguntas sobre por qué las autoridades los enviaron a la primera línea de respuesta a uno de los incendios más peligrosos que han ocurrido en Cuba en varias décadas.

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“¿Quién va a asumir la responsabilidad de llevar a esos niños sin experiencia a una escena tan peligrosa?,” preguntó Yanelys Naranjo González, familiar de Fabián Naranjo Nuñez, en Facebook. ¿Quién les ordenó que debían colocarse en la zona roja donde serían alcanzados por las llamas si aumentaba la fuerza del incendio, como ocurrió?”

Ella dijo que Naranjo Núñez cumplía el servicio militar en la brigada de bomberos del aeropuerto de Varadero.

Una brigada de la Cruz Roja que estuvo trabajando en el lugar del incendio hizo un minuto de silencio frente a su casa en Matanzas, en un pequeño tributo, dijo en Facebook uno de los socorristas, Esteban Grau.

El gobierno no ha dicho quién estaba al mando de la operación en el lugar del incendio. Dada la falta de rendición de cuentas de la que suelen disfrutar los oficiales militares de alto rango en Cuba, y cómo el gobierno ya está enmarcando la respuesta al desastre como exitosa, es poco probable que las preguntas planteadas por las familias se respondan con una investigación independiente.

El viernes por la mañana, funcionarios gubernamentales dijeron que se extinguió el incendio que consumió la mitad de la capacidad de almacenamiento de petróleo en la base de superpetroleros de Matanzas, lo que el líder cubano Miguel Díaz-Canel calificó de “epopeya” y una “victoria”.

Si bien los cubanos han recibido con agrado la noticia, el tono triunfalista en las declaraciones del gobierno y la cobertura de los medios estatales ha molestado a quienes se han conmovido por el destino de los jóvenes reclutas.

“Digamos todos no al Servicio Militar Obligatorio en Cuba”, escribió en Twitter Leonardo Fernández Otaño, historiador y activista cubano residente en La Habana. “Ni un sueño roto más”.

“No los mató el fuego; los mató el Servicio Militar Obligatorio”, escribió Amilcar Pérez Riverol, científico cubano radicado en Alemania. “Murieron cumpliendo una ley absurda. Basta ya de niños mártires”.

Muchos comenzaron a compartir el hashtag #NoAlSevicioMilitarObligatorio, incluido Manuel Alejandro Marrero, hijo del primer ministro del país, Manuel Marrero. Según un informe del sitio de noticias independiente ADN, publicó el mensaje en una historia de Instagram, una función que permite a los usuarios publicar contenido que desaparece en 24 horas.

‘¡No te quiero héroe!’

Leo Alejandro Doval Pérez del Prado, de 19 años, lucía sorprendentemente guapo, según muestran las imágenes publicadas por su tía Yunia Doval en Facebook. Acababa de graduarse del preuniversitario y esperaba inscribirse pronto en la escuela de medicina. A los estudiantes aceptados en las universidades se les reduce el servicio militar de tres años a uno.

Una foto de 2018 de Leo Alejandro Doval Pérez de Prado, quien probablemente murió la semana pasada mientras combatía un incendio en el puerto de Matanzas, dijeron familiares.
Una foto de 2018 de Leo Alejandro Doval Pérez de Prado, quien probablemente murió la semana pasada mientras combatía un incendio en el puerto de Matanzas, dijeron familiares.

Pero Doval dijo que eran sus valores los que más extrañaría, y lo describió como “cariñoso”, “noble” y “valiente”.

“¡Yo no te quiero héroe, mi niño, te prefiero cobarde! ¿Por qué nunca se me ocurrió decírtelo?,” dijo en un sentido tributo en Facebook. “Siempre admiré tus valores y sabemos que no eres de los que corren, sin imaginar que hoy, preferiría que hubieras huido.”

Contactado por el Herald por teléfono, un pariente que pidió no ser identificado dijo que los miembros de la familia no estaban en condiciones de hablar con la prensa. “Estamos todos devastados”, dijo la persona.

Michel Rodríguez Román, de 20 años, otro recluta que trabajaba como bombero, fue reportado entre los probables fallecidos por dos periodistas de medios estatales y algunos familiares.

“Con solo 20 años se convierte en héroe, engrosando la lista de nuestros gloriosos mártires”, escribió el periodista José Luis Guzmán Cuza.

Un CDR en Santa Cruz, una urbanización costera a medio camino entre La Habana y Matanzas, publicó fotos de un homenaje a Michel Rodríguez Román, de 20 años, un recluta del servicio militar que se encuentra entre los 14 bomberos que probablemente fallecieron en un incendio que devastó una instalación de almacenamiento de petróleo en el puerto. de Matanzas.

Su tío Alexis Román publicó una foto en Facebook de un homenaje en memoria de su sobrino. Entre las flores, había una pelota de baloncesto con mensajes de sus amigos.

En uno de ellos puede leerse: “Para que puedas jugar donde sea que estés”.

¿Cómo murieron?

Hasta el momento, las autoridades cubanas han confirmado la muerte de dos bomberos, Juan Carlos Santana Garrido, de 60 años, y Elier Correa Aguilar, de 24 años. Este último había sido reportado en estado crítico “con quemaduras incompatibles con la vida”, dijo el Ministerio de Salud Pública. Correa Aguilar fue sepultado en Bayamo el jueves.

Según testimonios de periodistas de medios estatales, bomberos y personal de la Cruz Roja que sobrevivieron, los 14 desaparecidos probablemente fallecieron luego de que uno de los dos tanques en llamas se agrietara y colapsara en algún momento entre las 4 a.m. y las 5 a.m. del sábado.

Fotos tomadas por el fotógrafo Vladimir Zayas y publicadas por la revista Bohemia la mañana del sábado capturaron lo que la publicación dijo eran imágenes exclusivas “del viernes, antes de la segunda explosión en la base de Supertanqueros en Matanzas”.

Las imágenes han sido ampliamente utilizadas por funcionarios y medios estatales para ilustrar la valentía de los bomberos que inicialmente lucharon para contener las llamas, llamándolos “héroes”.

Pero las imágenes también muestran lo peligrosamente cerca que estaban de las llamas.

Bohemia identificó a Andy Miguel Ramos Sotolongo como uno de los bomberos de las imágenes. Él también está entre los desaparecidos.

“Segundos antes del colapso del primer tanque, percibí que las llamas estaban creciendo, había aumentado un poco la velocidad del viento y eso me llamó la atención,” narró a Bohemia Zayas, fotógrafo y bombero voluntario de La Habana.

“Aproveché para hacer algunas fotos porque con las llamas tan vivas salían mejores imágenes, pero de pronto vi que el tanque que estaba combustionando empezó a rajarse y a emanar el combustible de él,” continúo. “El nivel de las llamas aumentó terriblemente y los jefes dieron la orden de evacuación. Todo el mundo tenía que salir de aquella área”.

Zayas dijo que comenzó a correr y se refugió detrás de un tanque de combustible a 200 metros de donde estaba tomando fotografías. Hacía mucho calor y el cielo estaba tan brillante “que parecía eran las doce del día, como si hubiera habido un sol bien fuerte”, relató.

En el medio del caos, vio a los bomberos y miembros de la Cruz Roja luchando por ponerse a salvo. Después de un tiempo, él y otros intentaron idear un plan para rescatar a las víctimas, pero las altas temperaturas lo hicieron “imposible”, dijo.

Frank Lorenzo Acosta Ferrer, jefe de compañía del uno de los comandos del Cuerpo de Bomberos de La Habana, también se encontraba en el lugar al momento de la explosión y brindó un relato similar de los hechos.

Sintió el calor cada vez mayor y vio el tanque agrietarse. Estaba a solo 20 metros, le dijo a Bohemia.

“Fue cuestión de segundos”, dijo. “Como la llama ya no estaba en el recipiente, comenzó a ganar altura y a revivirse con el oxígeno. Al ver ese volumen que empezó a abrasar el otro tanque, todo el mundo salió corriendo. Quienes estaban a 60 y hasta a 100 metros del lugar sufrieron quemaduras, imagínense los que estábamos más cerca”.

Mientras corría, vio caer a su jefe e intentó volver a rescatarlo, “pero fue imposible. Mi equipo se estaba quemando”.

En algún momento, se desmayó por la falta de oxígeno.

A las 9:30 a.m. del sábado, la oficina presidencial de Cuba reportó la desaparición de 17 bomberos. Dos fueron posteriormente localizados en hospitales, y el sábado se recuperó el cuerpo de Santana Garrido.

El viernes por la tarde, el ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, dijo que siete equipos de medicina legal ingresaron al lugar del incendio el viernes por la mañana y recuperaron “los primeros restos óseos pertenecientes a cuatro personas diferentes”.

Sigue a Nora Gámez Torres en Twitter: @ngameztorres