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En el Mundial de inflación, apareció un rival inesperado para Argentina que le disputa su lugar

La última fecha del Campeonato Mundial de inflación que concluyó a fines de agosto tuvo un claro ganador: Zimbabwe, con el 285% anual. Más abajo se ubicaron Libano, con el 168% y Venezuela con el 153%. Argentina ocupó el séptimo lugar con el 83%, pero imprevistamente ve peligrar ese lugar de "privilegio" a manos de un país que viene subiendo a pasos agigantados: Turquía, ya que en el acumulado de los últimos doce meses marcó una suba del 80%.

Este fuerte aumento de los precios al consumo, sin precedentes desde julio de 1998, es la consecuencia del derrumbe de la lira turca, que perdió este año la mitad de su valor, y se produce tras una nueva baja de las tasas de interés del banco central, que la redujo del 13 al 12% anual.

Para peor, el indicador correspondiente a septiembre señala que la inflación en Turquía superó el 83% anual, por lo que se ubicaría apenas por debajo de la argentina, que rondaría el 85 por ciento.

¿Qué viene sucediendo en Turquía?

Turquía padece una inflación de dos dígitos sin interrupción desde principios de 2017, pero nunca llegó a los niveles actuales desde la llegada al poder del presidente Recep Tayyip Erdogan en 2003. La disparada de los precios, que no tiene precedentes desde julio de 1998, es en parte la respuesta natural al experimento de política monetaria del Banco Central de ese país que provocó una estampida de los inversores extranjeros, con el natural impacto en la cotización de la lira.

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De hecho, la decisión de reducir drásticamente la tasa de interés erosionó el valor de la lira, que perdió el 56% de su valor en el último año. De esta manera, su política monetaria va en dirección contraria a lo que sucede en la mayoría de los países, en los que las tasas de interés están subiendo en forma agresiva para controlar los aumentos de precios.

Si se desagrega la suba de los precios, la delantera la lleva los correspondientes a la energía, con el 133%, en tanto que el transporte subió casi el 120% en igual período.

El indicador correspondiente a septiembre indica que la inflación en Turquía superó el 83% anual

Inflación en Turquía: qué medidas tomará Erdogan

Como suele suceder en otras latitudes, para el gobierno la culpa los actuales niveles de inflación la tiene la invasión rusa a Ucrania, que impulsó la suba de las materias primas, incluyendo la energía y alimentos, pero niega enfáticamente que sea el resultado de los errores de su política monetaria.

Los funcionarios turcos rechazan las críticas de que los aumentos desenfrenados de los precios son el resultado de errores de la política monetaria y, en cambio, culpan a la invasión rusa de Ucrania por un repunte mundial de los productos Intentando aliviar el dolor de los turcos de bajos ingresos antes de las elecciones previstas para junio próximo, el gobierno aumentó el salario mínimo nacional dos veces en un año.

A pesar del incesante aumento de la inflación, Erdogan dijo la semana pasada que aconsejó al banco central que continúe recortando su tasa de interés en sus próximas reuniones. Así, espera que las tasas bajen a un solo dígito a finales de año. El mandatario asegura que las tasas de interés son "la madre de todos los males" e insiste en bajarlos.

En tal sentido, la próxima reunión de fijación de tasas será el 20 de octubre y una semana después el Banco Central publicará su cuarto informe de inflación.

J.P. Morgan dijo que la inflación probablemente se mantendrá en el rango anormalmente alto hasta que las políticas se vuelvan ortodoxas, y añadió que prevé que el ciclo de flexibilización continúe hasta que no pueda más.

Sobre este punto en particular, los analistas de Goldman Sachs estiman que el Banco Central recortará su tasa de interés en 100 puntos base cada mes hasta el final del año.

En el último año, el Gobierno turco ha aumentado en dos ocasiones el salario mínimo

Turquía: desconfianza de los mercados

Si bien la mayoría de los economistas de su país recomiendan que las tasas se equilibren con la inflación, porque de lo contrario los intereses pasan a estar en negativo, el presidente turco considera todo lo contrario, por lo que ha despedido a tres jefes del Banco Central en los últimos tres años en un intento de imponer su visión de la economía.

Sus intervenciones en el organismo han provocado una gran desconfianza en los mercados y la lira se ha depreciado un 39% respecto al dólar en lo que va de año y un 80% en los últimos cinco años. Sin embargo, Erdogan ha insistido esta semana en su política: "Mi batalla principal es contra los intereses. Mi principal enemigo son los intereses".

Si bien en el último año, el Gobierno turco ha aumentado en dos ocasiones el salario mínimo hasta 5.500 liras (unos 300 euros) para dar un respiro ante la galopante inflación, aunque sigue siendo insuficiente para muchas familias.

Según la Asociación de Derechos del Consumidor de Turquía, más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Cerca de la mitad de los trabajadores con contrato laboral en Turquía cobran el sueldo mínimo y su aumento no se ajusta al incremento de los precios en el mercado.