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Mundial Qatar 2022: el tenso cruce entre Xherdan Shaqiri, Granit Xhaka y los jugadores serbios, con tintes de geopolítica

Xherdan Shaqiri festeja su gol para Suiza frente a Serbia pidiendo silencio; el partido tuvo un significado personal muy fuerte, tal como ocurrió cuando se enfrentaron los mismos equipos en Rusia 2018
Xherdan Shaqiri festeja su gol para Suiza frente a Serbia pidiendo silencio; el partido tuvo un significado personal muy fuerte, tal como ocurrió cuando se enfrentaron los mismos equipos en Rusia 2018 - Créditos: @Justin Setterfield

Desde el momento en que el sorteo del Mundial de Qatar emparejó a Suiza y Serbia de nuevo en el mismo grupo, se intuyó un choque que iba a dar que hablar. Cuando se supo también que iba a ser el partido que cerrara la zona, se intensificaron aún más los recuerdos de Rusia 2018. Y cuando llegó el día, el encuentro no decepcionó: el conjunto de los Alpes se impuso tal como hace cuatro años, y también se repitió otra imagen: la de Xherdan Shaqiri y Granit Xhaka, jugadores de origen albano-kosovar, provocando a los jugadores serbios (en aquel momento festejaron sus goles haciendo gestos del águila bicéfala albana) y generando reacciones intensas de los rivales.

Fue un guiño del destino que Shaqiri fuera el encargado de abrir el marcador. El ex Bayern Munich y Liverpool recibió un pase de Djibril Sow para sacar un fuerte remate de zurda y, cuando la pelota entró en el arco, volvió a encolerizar a los hinchas serbios: se llevó el dedo a la boca en gesto de silencio, se acercó a la parcialidad balcánica y les mostró el apellido en su camiseta, reavivando el conflicto político con el país de sus orígenes, Kosovo, aún no reconocido por Serbia desde que se independizó en 2008.

Más tarde, llegaría el turno del desquite serbio. Aleksandar Mitrovic conseguiría la igualdad con un fuerte cabezazo a los 26, y ocho minutos más tarde Dusan Vlahovic pondría a su selección en ventaja, redoblando también la apuesta con respecto a lo de Shaqiri. El delantero de Juventus no solo se llevó el dedo a la boca al igual que su rival, sino que además se llevaría la mano a la ingle en un gesto mucho más obsceno. Es necesario aclarar también que Vlahovic también cargaba con otros inconvenientes relacionados a su vida personal, pero es imposible separar aquel festejo de su contexto.

Dusan Vlahovic festeja su gol con un gesto polémico.
Dusan Vlahovic festeja su gol con un gesto polémico. - Créditos: @Martin Meissner

Aquella acción no pasaría desapercibida entre los jugadores suizos, que en el segundo tiempo conseguirían volver a ponerse en ventaja en lo que ya era un partido apasionante desde lo futbolístico, pero que seguía levantando temperatura por lo periférico. Entrado el segundo tiempo, con el resultado ya 3-2 para los helvéticos, apareció el otro gran protagonista del antecedente en Rusia, Granit Xhaka. Al capitán suizo se lo vio discutiendo con el arquero suplente serbio, Predrag Rajkovic, y la situación escaló cuando el volante repitió el gesto grosero de Vlahovic, haciendo referencia a los rumores de infidelidad que involucran a ambos jugadores. El partido se detuvo momentáneamente dado que el resto de los suplentes saltaron en su defensa, pero aún faltaría el pico de las discusiones.

Sobre el final, se supo que Camerún sorprendía a Brasil en el otro partido, por lo que un gol más de Suiza le otorgaría la cima del grupo G, de modo que los alpinos redoblaron sus esfuerzos en el ataque ante una fuerte resistencia serbia. Y tras pelear una pelota dividida, Xhaka volvió a tomar parte de una pelea, en esta ocasión con el central Nikola Milenkovic, pero que en esta ocasión se intensificó e involucró a muchos más jugadores, con los serbios furiosos por lo que les gritaba el jugador de Arsenal. El enojo fue tal que incluso el arquero Vanja Milinkovic-Savic llevó su mano al cuello de Xhaka, una acción que no llegó a advertir el árbitro argentino Fernando Rapallini, que jamás pudo tomar el control de los incidentes en una noche de máxima tensión, a pesar de repartir nueve tarjetas amarillas.

El bagaje de Shaqiri y Xhaka

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Estos encontronazos remitieron inmediatamente a lo que pasó cuando Serbia y Suiza se enfrentaron por última vez, mientras compartían grupo en Rusia 2018. Tenían que enfrentarse en la última fecha para definir quién pasaba a octavos de final, y a pesar de que Mitrovic puso en ventaja a los balcánicos, el resultado fue remontado, justamente, gracias a goles de Xhaka y Shaqiri, en tiempo de descuento. Cuando cada uno de ellos marcó, eligieron festejar juntando sus dos manos para simular el símbolo del águila bicéfala, que adorna la bandera de Albania. El festejo les costó a cada uno una multa de 10 mil euros por parte de la FIFA, que castiga gestos explícitamente políticos.

Es una victoria para la familia, para Suiza, Albania y Kosovo. El gesto fue para la gente que siempre me apoyó, no estuvo dirigido contra nuestro adversario”, aseguró al final de aquel encuentro Xhaka, que en el pasado difundió una carta en la que expresaba su deseo de jugar para Kosovo, pero explicaba que no podía porque ya había representado a Suiza en torneos oficiales. En una entrevista en el diario Kosova Sot, en abril de 2011 (antes de su estreno con Suiza en junio), Granit remarcó que su objetivo siempre había sido jugar con Albania, pero que la Federación no había mostrado ningún interés en él. Su hermano Taulant, de 27 años, debutó en el seleccionado albanés en 2014. Ya en 2016 hicieron historia al ser los primeros hermanos que se enfrentaron en la Eurocopa.

Granit Xhaka también ensayó en el festejo el símbolo del águila albanesa
Granit Xhaka ensayó en el festejo el símbolo del águila albanesa en Rusia 2018

Shaqiri, por su parte, nació en la ciudad kosovar de Gnjilane y emigró a Suiza con un año. Permanentemente reitera su compromiso con la identidad nacional de sus padres. De hecho, en 2012 no celebró un gol frente a Albania. Una situación muy diferente a la que atravesó contra Serbia. Previo al Mundial de Rusia posteó la imagen de sus botines, con banderas de Suiza y Kosovo. La instantánea tuvo más de 10.200 comentarios, muchos de ellos de serbios indignados. Lo entendían como una provocación. Y por supuesto, el hoy futbolista de Chicago Fire de la MLS reeditó la misma imagen en su talón.

Kosovo, territorio que está en Serbia, proclamó su independencia en 2008 y los serbios no la aceptaron. Los albanos, por su parte, promueven la independencia de Kosovo, que fue aceptada por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, aunque no por las Naciones Unidas. Así, muchos de los jugadores suizos que protagonizaron el partido en Kalinigrado cuentan con historias particulares y proceden de familias que huyeron de la guerra que desintegró Yugoslavia y que aún marca su identidad. Por ejemplo, el padre de Xhaka fue preso político durante tres años y medio en la antigua Yugoslavia por participar en manifestaciones contra el gobierno. Tras salir de la cárcel, la familia se exilió a Suiza, donde nació Granit en 1992.