La polémica persigue a Nestlé: por qué es una de las empresas más boicoteadas del mundo
Todos en casa amamos algún producto de Nestlé. A mis hijas les encanta el Nestea, yo de vez en cuando caigo en la tentación de un KitKat y a mi esposo le gusta los nuevos sabores de las cápsulas del Nescafé.
Cuando disfrutamos algunos de esos productos nunca habíamos imaginado que esa gigante corporación suiza fundada en 1866 con 275 mil empleados, más de 2.000 marcas y presencia en 180 países, también tiene una larga historia de polémicas que la convierten en una de las firmas más rechazadas y boicoteadas del planeta.
En sus inicios, al farmacéutico Henri Nestlé se le ocurrió la idea de vender un cereal hecho a base de leche de vaca, harina de trigo y azúcar para alimentar a los infantes que no podían ser amamantados por sus madres. La llamada fórmula para bebés fue un total éxito y en menos de una década, el afortunado emprendedor pudo vender su compañía en un millón de francos.
Entretanto, tres hermanos estadounidenses habían creado la firma Anglo-Swiss Condensed Milk Company con un producto para entonces innovador y peculiar: una crema espesa y dulce que obtenían al deshidratar leche de vaca y mezclarla con azúcar. Ellos también tuvieron una gran receptividad porque ofrecían una alternativa segura a la leche fresca.
Las dos empresas fueron competidoras acérrimas hasta que en 1905 se fusionaron y sentaron las bases del conglomerado multinacional que vende caramelos, chocolates, café, alimento para mascotas, agua embotellada y una amplia variedad de productos alimenticios.
El innegable que Nestlé es una historia de éxito empresarial, así como también es cierto que desde sus orígenes ha enfurecido a sus adversarios, que la acusan de incurrir en prácticas comerciales poco éticas.
Las ganancias de la guerra
A comienzos del siglo, Nestlé ya había comenzado su expansión internacional y había establecido su primera fábrica en Estados Unidos. Eso le permitió conseguir jugosos contratos gubernamentales por el suministro de chocolate y leche condensada para alimentar a las tropas cuando irrumpió la Primera Guerra Mundial.
Sus beneficios fueron aún mayores cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. En ese momento, Nestlé decidió mantenerse neutral al vender provisiones a ambos bandos del conflicto. La firma ganó un contrato para alimentar al ejército alemán en Europa y en América vendía Nescafé al ejército de Estados Unidos, según un informe del New York Times.
Muchos años después, en 2000, la compañía acordó pagar 14,6 millones de dólares para indemnizar a las víctimas del Holocausto. La demanda señalaba que alguna de sus compañías usaron mano de obra esclava en las plantas que funcionaban en países que estuvieron bajo el dominio de Nazi.
Nestlé argumentó que las compañías que incurrieron en esos actos fueron adquiridas después del fin de la guerra. Pero señaló en un comunicado que "como sucesora legal de tales corporaciones, Nestlé acepta su responsabilidad moral de ayudar a aliviar el sufrimiento humano”.
Recientemente, las autoridades ucranianas instaron a Nestlé a suspender sus operaciones en territorio ruso. La decisión de la firma de permanecer en Rusia ha sido criticada en varias manifestaciones en Ucrania.
La fórmula en la mira
Nestlé enfrentó serios problemas a mediados de la década de 1970 por la comercialización de fórmulas infantiles en los países pobres. El principal alegato de los activistas es que la agresiva comercialización de productos de alimentación infantil por parte de Nestlé y otras empresas tenían un impacto negativo en la salud de la infancia.
Las madres escuchaban anuncios publicitarios que aseguraban que la fórmula era un producto estupendo para alimentar a los niños pequeños. El problema radicaba en que al no tener acceso a agua potable esterilizada y no poder leer las instrucciones porque no conocían el idioma o por analfabetismo, las mujeres con frecuencia mezclaban el polvo con agua sucia o diluían tanto la fórmula que los bebés permanecían en estado de desnutrición.
Según datos de UNICEF, un niño alimentado con fórmula que vive en un condiciones de insalubridad tiene entre 6 y 25 veces más probabilidades de morir de diarrea y cuatro veces más probabilidades de morir de neumonía que un niño amamantado.
87 organizaciones laborales, religiosas y de salud en 10 países organizaron continuas protestas durante siete años para boicotear los productos de Nestlé.
Mano de obra infantil
El tráfico de niños que eran usados como mano de obra esclava en las plantaciones de cacao fue otra seria polémica que salpicó a Nestlé.
En ningún momento se dijo que la firma traficara directamente con menores. Pero un informe de la Unicef de 1998 reveló una elaborada trama en la que los traficantes llevaban a niños de Mali y Burkina Faso a trabajar a Costa de Marfil, el principal exportador de cacao del mundo. Luego esas cosechas de cacao eran vendidas a los grandes fabricantes de chocolate del mundo, entre los que se encontraba Nestlé.
El Fondo Internacional de Derechos Laborales presentó una demanda contra Nestlé y otros fabricantes de chocolates en nombre de tres niños de Mali. La demanda alegaba que los niños fueron traficados a Costa de Marfil, obligados a ser esclavos y golpeados con frecuencia en una plantación de cacao.
En 2010, un tribunal estadounidense determinó que las corporaciones no eran responsables por tales violaciones del derecho internacional y desestimó la demanda, una decisión controvertida que ha sido apelada en varias oportunidades. Algunos críticos señalan que aunque Nestlé no fuera legalmente responsable de estos abusos, sí tuvo algún tipo de responsabilidad moral.
Un informe del auditor independiente, Fair Labor Association (FLA), señaló en 2012 que encontró "múltiples violaciones graves" del propio código de proveedores de la empresa y que Nestlé no había realizado controles contra el trabajo y el abuso infantil.
Desde entonces Nestlé ha puesto en marcha programas de certificación y sostenibilidad para garantizar que sus proveedores se adhieran a prácticas laborales éticas.
El agua embotellada
Nestlé es el mayor productor de agua embotellada del mundo. Por ese motivo, la empresa ha sido duramente criticada por la presunta extracción de agua en zonas donde hay escasez hídrica. Diversas comunidades en los estados de Maine, Michigan y Florida han presentado querellas por el impacto que las operaciones de Nestlé tendrían en su acceso al agua potable y el ambiente.
La empresa ha refutado todas las acusaciones y asegura que sus operaciones cumplen con todos los requisitos legales, además de que trabajan activamente para mejorar la gestión sostenible del agua.
Aunque Nestlé se ha esforzado por desestimar todas las acusaciones de las que ha sido objeto a lo largo de su historia y por aplicar prácticas éticas en todas sus líneas de negocio, no sé si la próxima vez que saboree un KitKat tendrá para el mí el mismo dulzor que he atesorado desde mi infancia.
Fuentes: Nestlé, NYTimes, Unicef, Zmescience, BBC, EthicalConsumer, Corp-research, Independent
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO
¿Qué es el greenwashing?