Yahoo Finanzas Netflix: El baile de los 41 es un prolijo retrato de la intolerancia que, por momentos, se vuelve demasiado enfático
El baile de los 41 (México-Brasil/2020). Dirección: David Pablos. Guion: Monika Revilla. Elenco: Alfonso Herrera, Emiliano Zurita, Mabel Cadena y Fernando Becerril. Fotografía: Carolina Costa. Música: Carlo Ayhllon y Andrea Balency-Béarn. Edición: Soledad Salfate. Duración: 93 minutos. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena.
El 1º de noviembre de 1901, en pleno régimen de Porfirio Díaz, se concretó en la Ciudad de México una redada en una fiesta secreta en la que casi todos los hombres allí presentes estaban vestidos de mujer. En una sociedad prejuiciosa, intolerante y decididamente homofóbica como la de entonces, el hecho -conocido como “El baile de los 41″- generó el escarnio público hacia los detenidos, muchos de ellos poderosos políticos y empresarios. Sin embargo, los participantes no fueron 41 sino 42, pero uno de ellos (Ignacio de la Torre y Mier) fue rápidamente liberado y no figuró en la lista oficial que se difundió.
Precisamente la historia de Ignacio de la Torre y Mier (Alfonso Herrera) es el eje de este nuevo largometraje del director de La vida después y la multipremiada Las elegidas. Como se aprecia en el elegante plano secuencia inicial que transcurre durante una recepción oficial, el protagonista ingresa en el selecto círculo del poder (los invitados son altos funcionarios, obispos y militares) gracias a su inminente boda con Amada Díaz (Mabel Cadena), la hija dilecta del mismísimo presidente. Ungido gracias a ese padrinazgo como diputado, el ahora yerno de Porfirio Díaz empieza con las confabulaciones políticas, desprecia de forma creciente a su sufrida esposa y empieza una doble vida que lo lleva a pasar cada vez más tiempo con su amante Evaristo Rivas (Emiliano Zurita) y en múltiples orgías.
Narrada a puro clasicismo y con suma prolijidad, El baile de los 41 ensaya una crítica abierta al machismo imperante en una sociedad muy conservadora que reservaba para la mujer un único camino: la plena sumisión ante el poder patriarcal y el deber de ser madre. No hay nada que desentone en este film de David Pablos que se estrenó en cines de México en plena pandemia y que para el resto del mundo se lanzó recientemente en Netflix. La reconstrucción de época y las actuaciones son muy solventes, pero El baile de los 41 se torna por momentos demasiado enfática y subrayada en su estructura de viñetas, sin encontrar matices y cayendo, así, en el didactismo propio de su espíritu aleccionador.
