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¿No quieres volver a la oficina? Cómo negociarlo con tu empresa

La ansiada normalidad está cada día más cerca, con todas sus implicaciones. Poco a poco vamos a ir realizando de forma presencial muchas de las actividades que han sido virtuales todos estos meses, como trabajar.

La pandemia ha favorecido la normalización del teletrabajo: muchas empresas han podido comprobar que es posible ser igual o incluso más productivos con la modalidad a distancia. Sin embargo, también son muchas las compañías que ya han empezado a plantear el regreso a las oficinas tras más de año y medio ausentes.

Algunas están promoviendo el trabajo híbrido (la mitad de los días en el centro de trabajo y la otra mitad en casa) y otras el trabajo 100% presencial. Claro está que durante estos meses ha habido muchas personas que se han planteado el trabajar desde casa siempre. El ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos o la posibilidad de una mayor conciliación pueden ser varios de los motivos.

Ahora bien, ¿puedo negarme a volver a la oficina? La respuesta es sí: precisamente este momento de transición puede ser la mejor oportunidad para solicitar que te dejen seguir trabajando desde casa.

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El ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos o la posibilidad de una mayor conciliación pueden ser varios de los motivos para pedir el teletrabajo permanente. Getty Creative. (nensuria via Getty Images)

Consejos para pedir el teletrabajo

Lo primero y más importante que debes hacer es asegurarte de que realmente quieres trabajar desde casa. Si tus compañeros sí van a ir a la oficina, supondrá una decisión muy importante para tu empresa, ya que deberán hacer una excepción contigo.

No solo eso: trabajar en remoto no será lo mismo si el resto de la oficina está trabajando de forma presencial. Trabajar desde casa supone una pérdida del aspecto más social del trabajo: tus compañeros y jefes tendrán que hacer un mayor esfuerzo por ponerte al día, te perderás ciertas conversaciones y deberás hacer todas las reuniones por videollamada.

Si a pesar de todo el teletrabajo es lo que más te convence, debes reunir evidencias de que esta modalidad ha sido beneficiosa para ambas partes. Aunque lo prefieras por razones personales, tienes que demostrar también que trabajar en remoto ayuda a incrementar tu productividad.

En lugar de apoyarte en estadísticas generales sacadas de Google, la clave es que las elabores tú mismo. Puedes confeccionar una tabla comparativa con, por ejemplo, el tiempo medio que te llevaba completar tus tareas en la oficina y en casa, la media de horas invertidas en reuniones o un porcentaje aproximado de las veces que has acabado tu trabajo a tiempo.

Además, debes intentar explicar que la cultura del trabajo en remoto va más allá de trabajar en chándal o en pijama, y que tú encajas en ella. Se puntual en las reuniones online, actualiza tu estado en Teams o Slack siempre que estés disponible…, en definitiva, asegúrate de demostrar que no serás una 'carga' para el equipo trabajando desde casa.

¿Y si me dicen que no?

Siempre cabe la posibilidad de que tu superior se niegue a dejarte trabajar en remoto. En este caso, te tocaría volver a la oficina o tratar de replantear la pregunta: en lugar de trabajo 100% a distancia, intentar pedir la modalidad híbrida. De esta forma, podrás beneficiarte de lo mejor del teletrabajo sin dejar de lado la parte más humana.

Claro está que, si trabajar en remoto es lo único que deseas, siempre puedes valorar la posibilidad de cambiarte de trabajo y empezar a buscar empleo en remoto por todo el mundo. Ahora mismo, son miles las compañías que operan exclusivamente bajo esta modalidad, y seguramente serán muchas más en los próximos meses.

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