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Nuevas agonías y alianzas mientras Fed EEUU debate plan posterior a despegue de alzas de tasas

El edificio de la Reserva Federal en Washington, sep 16, 2015. Los funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos, que tienen previsto subir las tasas de interés el próximo mes, ya están tomando posiciones para un debate que seguiría al "despegue" de las tasas. REUTERS/Kevin Lamarque (Reuters)

Por Jonathan Spicer NUEVA YORK (Reuters) - Los funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos, que tienen previsto subir las tasas de interés el próximo mes, ya están tomando posiciones para un debate que seguiría al "despegue" de las tasas. Esa discusión podría nublar las líneas que separan a los "halcones", con una visión más ortodoxa de la política monetaria, de las "palomas", tornando menos predecible la política de la Fed. Con el desempleo en franco descenso, los funcionarios de la Fed han estado esperando el retorno de un movimiento saludable de alzas de precios y salarios. Pero ese panorama se ha mostrado esquivo, llevando a algunos dentro del banco central a comenzar a dudar si sus modelos económicos todavía funcionan. Los comentarios de los responsables de la Fed en privado y en público muestran que el debate ahora se centra en si la economía estadounidense está regresando a su solidez normal, o si un crecimiento débil y la resultante inflación floja, con lentos incrementos salariales, se han convertido en la nueva realidad después de la profunda recesión de 2007-2009. Los 17 funcionarios de la Fed también están divididos sobre el tema de cuánto deberían subir las tasas y con qué velocidad. La discusión efectivamente determinará de cuánto será el diferencial de las tasas estadounidenses respecto de las de otras economías avanzadas que siguen en modalidad de alivio monetario, y cuánto podría subir el dólar, posiblemente desatando una liquidación en los mercados emergentes y afectando a las exportaciones de Estados Unidos. La incertidumbre sobre quién prevalecerá en el debate también podría sembrar confusión entre los inversores, reforzando la volatilidad del mercado. Ahora, incluso algunos de los halcones, que normalmente se preocuparían más por los riesgos inflacionarios que por la debilidad de la expansión, consideran la posibilidad de que puedan enfrentar un período largo de crecimiento debajo del potencial e inflación apagada. Otros, como la presidenta de la Fed Janet Yellen, se han aferrado al enfoque probado de tratar de evitar cualquier repunte peligroso de precios, que anticipan para el año próximo. "Algunos de nuestros supuestos fundamentales sobre cómo funciona la política monetaria estadounidense podrían tener que ser alterados", dijo el presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, un "halcón", en una conferencia este mes. Reflejando esas dudas, las minutas del encuentro de la Fed del 27 y 28 de octubre mostraron que incluso cuando se preparaban para una primera subida de tasas en una década, varios funcionarios sintieron que sería prudente planear otras formas de estimular la economía si se arraigan las tasas bajas. Los que están en el lado más ortodoxo, como el vicepresidente de la Fed Stanley Fischer, dicen que un desempleo de 5 por ciento, cercano al promedio de largo plazo, da suficiente confianza de que la inflación regresará a la meta de la Fed, de 2 por ciento, especialmente si se estabilizan los precios del crudo. Otros están preocupados de que la economía estadounidense no se esté comportándose de una manera familiar en un mundo cada vez más complejo, donde la debilidad en otras naciones amenaza con derramarse rápidamente a Estados Unidos. Este grupo está a favor de mantener bajo el costo del crédito hasta que la Fed entienda mejor cómo se forman las expectativas de precios después de la profunda recesión, y ante cambios demográficos y avances tecnológicos. Yellen, Fischer y otros en la Fed insisten en que cualquier endurecimiento de la política monetaria debería ser gradual. Los funcionarios reconocen, no obstante, que aún deben ponerse de acuerdo sobre el significado de gradualidad y esa incertidumbre se ha reflejado en un aumento de la volatilidad en el mercado de bonos del Tesoro a corto plazo en los últimos meses. (reporte adicional de Howard Schneider y Ann Saphir, editado por Gabriel Burin. LEA)