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OpenAI quiere intensificar la carrera tecnológica por la inteligencia artificial

Los altos ejecutivos de OpenAI, de izquierda a derecha: Mira Murati, directora de tecnología; Sam Altman, director ejecutivo; Greg Brockman, presidente; e Ilya Sutskever, científico en jefe, en la sede de la empresa en San Francisco el lunes 13 de marzo de 2023. (Jim Wilson/The New York Times)
Los altos ejecutivos de OpenAI, de izquierda a derecha: Mira Murati, directora de tecnología; Sam Altman, director ejecutivo; Greg Brockman, presidente; e Ilya Sutskever, científico en jefe, en la sede de la empresa en San Francisco el lunes 13 de marzo de 2023. (Jim Wilson/The New York Times)

SAN FRANCISCO — Hace cuatro meses, una pequeña empresa de San Francisco se puso en boca del sector tecnológico al presentar un nuevo chatbot en línea capaz de responder a preguntas complejas, escribir poesía e incluso imitar las emociones humanas.

Ahora la empresa vuelve con una versión nueva de la tecnología que impulsa sus chatbots. El sistema hará que la carrera en Silicon Valley por adoptar la inteligencia artificial se intensifique y decidirá quién será la próxima generación de líderes de la industria tecnológica.

OpenAI, que cuenta con unos 375 trabajadores, pero ha sido respaldada con miles de millones de dólares de inversión de Microsoft y personalidades del sector, declaró el martes que había lanzado una tecnología que denomina GPT-4. Está diseñada para ser el motor subyacente que alimenta los chatbots y todo tipo de sistemas, desde motores de búsqueda hasta tutores personales en línea.

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La mayoría de las personas utilizarán esta tecnología a través de una nueva versión del chatbot ChatGPT de la empresa, mientras que las empresas la incorporarán a una amplia variedad de sistemas, como programas empresariales y sitios de internet de comercio electrónico. La tecnología ya impulsa el chatbot disponible para un número limitado de personas que utilizan el motor de búsqueda Bing, de Microsoft.

El desarrollo de OpenAI ha situado, en apenas unos meses, a la industria tecnológica en uno de sus momentos más impredecibles en décadas. Muchos líderes del sector creen que el progreso en IA representa un cambio tecnológico fundamental, tan importante como la creación de los navegadores en internet a principios de la década de 1990. El rápido avance ha dejado atónitos a los informáticos.

El GPT-4, que aprende sus habilidades analizando enormes cantidades de datos extraídos de internet, mejora en varios de los aspectos que hacían posible el funcionamiento del ChatGPT original. Es más preciso. Por ejemplo, puede aprobar el Examen Uniforme de Acceso a la Abogacía, calcular al instante las obligaciones fiscales de una persona y proporcionar descripciones detalladas de imágenes.

Jakub Pachocki, a la izquierda, y Nick Ryder, investigadores de OpenAI, en la sede de la empresa en San Francisco el viernes 10 de marzo de 2023. (Jim Wilson/The New York Times)
Jakub Pachocki, a la izquierda, y Nick Ryder, investigadores de OpenAI, en la sede de la empresa en San Francisco el viernes 10 de marzo de 2023. (Jim Wilson/The New York Times)

No obstante, la tecnología nueva de OpenAI sigue teniendo algunos de los defectos extrañamente humanos que han irritado a los conocedores del sector y desconcertado a quienes han trabajado con los chatbots más recientes. Es un experto en algunos temas y un aficionado en otros. Puede sacar mejores notas en los exámenes estandarizados que la mayoría de la gente y ofrecer consejos médicos precisos a los doctores, pero también puede equivocarse en aritmética básica.

Las empresas que apuestan su futuro a esta tecnología pueden (al menos por ahora) tener que aguantar imprecisiones, que durante mucho tiempo fueron tabú en una industria construida desde cero sobre la premisa de que los ordenadores son más exigentes que sus creadores humanos.

“No quiero que suene como que resolvimos el razonamiento o la inteligencia porque, en efecto, no es así”, afirmó Sam Altman, director general de OpenAI, en una entrevista. “Pero es un gran paso respecto a lo que ya existe”.

Es probable que otras empresas tecnológicas incluyan las funciones de GPT-4 en toda una serie de productos y servicios, como el software de Microsoft para realizar tareas empresariales y los sitios de comercio electrónico que quieren ofrecerles a los clientes nuevas maneras de probar sus productos virtualmente. Varios gigantes de la industria, como Google y la empresa matriz de Facebook, Meta, también están trabajando en sus propios chatbots y tecnología de IA.

ChatGPT y tecnologías similares ya están modificando el comportamiento de estudiantes y educadores, que intentan comprender si estas herramientas deben adoptarse o prohibirse. Dado que los sistemas pueden escribir programas informáticos y realizar otras tareas empresariales, también están a punto de cambiar la naturaleza del trabajo.

Incluso los sistemas más impresionantes tienden a complementar a los trabajadores cualificados más que a sustituirlos. Los sistemas no pueden utilizarse en lugar de médicos, abogados o contadores. Todavía se necesitan expertos para detectar sus errores, pero pronto podrían sustituir a algunos asistentes jurídicos (cuyo trabajo es revisado y editado por abogados calificados), y muchos expertos en IA creen que sustituirán a los trabajadores que moderan los contenidos en internet.

“No cabe duda que existe una alteración, lo que significa que desaparecerán algunos puestos de trabajo y se crearán otros nuevos”, señaló Greg Brockman, presidente de OpenAI. “Pero creo que el efecto final es que se reducen los impuestos comerciales y aumenta la productividad de los expertos”.

El martes, OpenAI empezó a vender acceso a GPT-4 para que las empresas y otros desarrolladores de software pudieran crear sus propias aplicaciones sobre ella. La empresa también usó la tecnología para crear una nueva versión de su famoso chatbot, que está disponible para cualquiera que adquiera acceso a ChatGPT Plus, un servicio de suscripción con un precio de 20 dólares al mes.

Al igual que otras tecnologías similares, el sistema nuevo a veces “alucina”. Genera información completamente falsa sin previo aviso. Si se le pregunta por sitios web que expongan lo último en investigación sobre el cáncer, quizá proporcione varias direcciones de internet que no existen.

GPT-4 es una red neuronal, un tipo de sistema matemático que aprende habilidades mediante el análisis de datos. Es la misma tecnología que utilizan asistentes digitales como Siri para reconocer comandos de voz y los automóviles autónomos para identificar a los peatones.

Alrededor de 2018, empresas como Google y OpenAI comenzaron a construir redes neuronales que aprendían de enormes cantidades de texto digital, incluidos libros, artículos de Wikipedia, registros de chat y otra información publicada en internet. Se llaman grandes modelos de lenguaje, o LLM, por su sigla en inglés.

Al localizar miles de millones de patrones en todo ese texto, los LLM aprenden a generar texto por sí solos, incluidos tuits, poemas y programas informáticos. OpenAI introdujo cada vez más datos en sus LLM. La empresa esperaba que, al obtener más datos, tendrían mejores respuestas.

El ChatGPT original se basó en un gran modelo lingüístico llamado GPT-3.5. El GPT-4 de OpenAI aprendió de cantidades de datos mucho mayores.

Los ejecutivos de OpenAI no quisieron revelar la cantidad de datos de los que había aprendido el nuevo chatbot, pero Brockman dijo que el conjunto de datos era “a escala de internet”, lo cual significa que abarcaba suficientes sitios web como para proporcionar una muestra representativa de todos los angloparlantes de internet.

Es posible que las nuevas capacidades de GPT-4 no resulten obvias para el usuario promedio que utiliza la tecnología por primera vez, pero es probable que se hagan evidentes con rapidez a medida que los legos y los expertos sigan usando el servicio.

Si se le pide que resuma un artículo extenso de The New York Times, el robot ofrecerá un resumen preciso casi siempre. Si a ese resumen se le añaden unas cuantas frases al azar y se le pregunta al chatbot si el resumen revisado es preciso, señalará las frases añadidas como las únicas inexactitudes.

GPT-4 también puede responder a imágenes. A partir de una fotografía, un gráfico o un diagrama, la tecnología puede proporcionar una descripción detallada de la imagen y responder a preguntas sobre su contenido. Podría ser una tecnología útil para personas con deficiencias visuales.

Los directivos de OpenAI aseveraron que la empresa no va a hacer pública de inmediato la parte de la tecnología relativa a la descripción de imágenes porque no están seguros de cómo se podría hacer un uso indebido.

Construir y alimentar chatbots es sumamente costoso. El nuevo chatbot de OpenAI aumentará los costos de la empresa porque se entrena con cantidades de datos aún mayores. Mira Murati, directora de tecnología de OpenAI, dijo que la empresa podría restringir el acceso al servicio si generara demasiado tráfico.

Pero a largo plazo, OpenAI tiene previsto construir y desplegar sistemas que puedan hacer malabares con múltiples tipos de medios, incluidos el sonido y el video, así como el texto y las imágenes.

“Podemos tomar todas estas habilidades de conocimiento de uso general y extenderlas a todo tipo de áreas diferentes”, concluyó Brockman. “Esto lleva la tecnología a un ámbito completamente nuevo”.

c.2023 The New York Times Company