OPINIÓN: Ante posible proceso a Trump, muchos de sus seguidores piden desaparecer a la 'Gestapo'- FBI

La violencia en la elección de medio término, el 8 de noviembre, parece inevitable.

El expresidente Donald Trump y sus seguidores pasaron del desdén y el cinismo al coraje por el sorpresivo cateo del FBI a su residencia de Mar-a-Lago.

Pero envueltos y motivados por sus fantasías y nuevas mentiras, declararon ya una guerra política contra la realidad, las leyes, el gobierno demócrata del presidente Joe Biden; contra el Departamento de Justicia, FBI y la comunidad de inteligencia que dijeron, desaparecerán, si los republicanos asumen el control del Congreso a finales de año y la Casa Blanca, en 2024.

Y es que acorralados por la verdad, Trump y sus incondicionales respondieron al cateo de Mar-a-Lago con una guerra asimétrica violenta y peligrosa, lanzando una campaña de distorsión y mentiras, -exactamente como hizo para desvirtuar la investigación sobre la colusión de su equipo de campaña con Rusia.

Ahora, Trump y sus seguidores tratan de invertir los papeles eximiéndolo, para presentarlo como un “perseguido político” y convirtiendo al procurador Merrick Garland y a Christopher Wray, director del FBI, en los “villanos”.

Nunca, un candidato presidencial de Estados Unidos triunfó con mentiras y Trump, desde su primera declaración falsa en su primer día en la Casa Blanca, ha mentido impunemente en más de 30 mil ocasiones.

Los republicanos explotan el vacío generado por falta de información porque, siguiendo reglas y protocolos, Garland y Wray no pueden dar explicaciones del operativo en Mar-a-Lago, hasta el fin de la investigación, lo que explotó Trump distorsionando hechos, al sugerir que “ante la falta de pruebas, el FBI pudo plantar evidencia para incriminarlo”.

Ahora, Trump está consciente del riesgo que corre a causa de la vertiginosa y creciente investigación en torno suyo, que revela cómo, ante el fracaso del golpe de Estado, tanto la Casa Blanca, el Pentágono, Departamento de Seguridad Interna y el Servicio Secreto, destruyeron una gran cantidad de documentos y registro de comunicaciones, sobre la insurrección del 6 de enero de 2021, que culminó con el asalto al Capitolio, para tratar de impedir la certificación del presidente Biden.

Aun cuando la mayor parte de la información ha sido revelada en entrevistas y testimonios de cercanos colaboradores de Trump, los republicanos se niegan a aceptar la verdad e insisten, sin fundamento, que “se trata de ataques políticos, para impedir la reelección del expresidente”.

De acuerdo con la congresista republicana Liz Cheney, uno de los dos republicanos que integran el Comité Selecto J6 del Congreso, el peligroso momento que vive Estados Unidos, no permite que Trump “vuelva a estar cerca de la Oficina Oval” y obliga a que sus crímenes sean severamente castigados, para mantener un estado de derecho, mostrando que nadie puede estar encima de la ley.

Las investigaciones han hecho crecer el temor de los republicanos tras las órdenes para que legisladores de ese partido comparezcan a declarar, el decomiso de sus teléfonos celulares de quienes se comunicaron con el expresidente los primeros días de enero de 2021 y otros procedimientos.

Durante la administración de Trump, los republicanos callaron y permanecieron pasivos ante la manipulación del Departamento de Justicia, el FBI y otras agencias que el expresidente uso contra sus enemigos políticos, pero ahora, tras cateo de Mar-a-Lago atacan al procurador Merrick Garland, calificando al FBI de “corrupto”, de ser la “KGB americana”, o la “Gestapo demócrata” o una agencia “tiránica,” en un discurso que podría generar confrontación física con muy graves consecuencias.

En los ataques acusan también al presidente Joe Biden de “haber aprobado esa acción”, de planear “confiscar armas y municiones de los patriotas” y de “preparar grupos paramilitares, para atacar a americanos”, instando a la gente a “preparar sus armas, abastecerse de municiones y levantarse contra el abuso de poder”.

En esa misma línea las cadenas Infowars, NewsMax, OEN y la version de Twitter de Trump, calificaron la redada, como “el peor ataque contra la República en los tiempos recientes”.

Y acusan al gobierno demócrata de “ser una dictadura marxista del tercer mundo” en la que “se abusa del poder para eliminar a enemigos políticos”, asegurando que en Estados Unidos “ya no existe el orden constitucional”.

Otros, han externado su temor de que “Donald Trump sea asesinado”, como un argumento más, para hacer aparecer al expresidente como “una víctima del sistema”.

Los republicanos y su aparato propagandístico invitan a “no retirarse, sino a recargar,” en previsión de “una lucha contra el gobierno gangsteril y tiránico”.

Algunas encuestas señalan que uno de cada 3 republicanos simpatizantes de Trump, considera que la violencia estaría justificada para defender “la integridad de la elección”.

Información que circula en redes sociales frecuentadas por republicanos radicales destacan que con impresoras de 3D, las pistolas Glock se pueden convertir en armas automáticas con capacidad de disparar hasta 15 proyectiles por segundo.

Trump prepara así su ambicionado retorno a la Casa Blanca, montado en la institucionalización de la mentira para tratar de “justificar” su aplastante derrota en la elección de 2020, y ahora abrazada por la gran mayoría de candidatos republicanos que tratan de asegurar un lugar en el Congreso.

Legisladores republicanos y candidatos a legisladores apoyados por Trump, respaldan sus declaraciones, asegurando que las acciones legales y el procedimiento que se sigue “son motivados políticamente e intentan reducir sus posibilidades de volver a la Casa Blanca en 2024”.

Muchos de los legisladores, cuyo futuro depende de Trump, le urgieron a anunciar su candidatura para 2024 … sin embargo, asesores del expresidente parecen haberlo convencido de que lo anuncie después de la elección de medio termino, conscientes de que pudiera impactar negativamente a los republicanos.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.