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Pablo Guidotti: “La idea de que el Fondo acepta cualquier cosa es un poco naíf”

Pablo Guidotti: "Yo argumenté que era una mala idea para el Fondo hacer un acuerdo muy liviano con la Argentina, que era un acuerdo que no le servía a ninguno de los dos, y está claro que no sirvió"
Pablo Guidotti: "Yo argumenté que era una mala idea para el Fondo hacer un acuerdo muy liviano con la Argentina, que era un acuerdo que no le servía a ninguno de los dos, y está claro que no sirvió" - Créditos: @Santiago Cichero/AFV

Estudió Economía en la Universidad Católica Argentina (UCA) e hizo el doctorado en la Universidad de Chicago; fue economista del FMI (1987-1992), director del Banco Central (1994-1996) y secretario de Hacienda y viceministro de Economía (1996 y 1999), con Roque Fernández; es profesor plenario de la Universidad Di Tella

El economista Pablo Guidotti trabajó en el sector público y en organismos multilaterales; también se desempeñó como asesor de empresas y hoy está en la actividad académica.

–¿Puede no devaluar el Banco Central, dado el nivel de reservas que tiene?

–Es un error pensar en la disyuntiva entre devaluar y no devaluar. El Banco Central está devaluando. En este momento lo hace a una tasa de 90% por año. La pregunta relevante es si devalúa antes o durante un período de tiempo más largo, y quizás devalúe más, eventualmente. El problema de alguna manera excede simplemente esa pregunta. Hoy la política cambiaria y monetaria es claramente inconsistente y eso se refleja en la brecha creciente que hay entre los dólares financieros y el dólar oficial, que es algo que en la medida en que persista en estos niveles no se va a resolver, irá empeorando. Obviamente que, para enfrentar el problema cambiario y monetario, la primera cosa que hay que tener en claro es el déficit fiscal: si uno no toma medidas contundentes en lo fiscal, la verdad es que no se puede aconsejar mucho sobre lo monetario y lo cambiario. Con respecto a lo fiscal, sería un error continuar con el sendero que se planteó en el acuerdo con el Fondo, creo que la Argentina no tiene que ir gradualmente a un equilibrio primario, tiene que ir a un superávit primario bastante rápido. La Argentina debería plantear no solo cumplir con la meta del Fondo de este año, que será complicada porque ya pasó la mitad de 2022 y fueron en dirección opuesta, sino que debería plantear un superávit primario de dos puntos para 2023.

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–¿Está hablando de hacer un shock de ajuste en el gasto?

–Sí, la Argentina está quebrada, no tiene financiamiento externo ni interno, entonces no le queda otra que resolver el desequilibrio fiscal.

–¿Cómo se logra pasar de un déficit de 3% del PBI a un superávit de 2% en un año y medio?

–Se me ocurre la frase de Sergio Berni [secretario de Seguridad de Buenos Aires], cuando dijo que el que trajo al borracho, se lo lleve. Bueno, el que aumentó el gasto público 20 puntos durante los últimos 20 años, que los reduzca 10. Hay muchas cuestiones que se pueden hacer. El gasto público tiene mucho de corrupción, entendida en una manera amplia: hay mucha gente que vive del Estado, que nunca aportó nada. Será necesario reformar el sistema previsional, porque es completamente obsoleto. No se trata solamente de subir o bajar jubilaciones; hoy los jubilados siempre son el pato de la boda, y eso obviamente tiene que ver con un sistema que no está funcionando, que no está generando los incentivos para que la gente trabaje y aporte. Hay montones de cosas que tienen que hacer, no tiene ningún sentido tener empresas públicas, como Aerolíneas Argentinas, con déficit monumentales.

–¿Es viable hacerlo, desde el punto de vista político?

–Es responsabilidad del Gobierno hacerlo políticamente viable. Lo que no es viable hoy es esta permanente consulta tripartita. No entiendo por qué incluso decisiones menores, como reemplazos o nombramientos de funcionarios, tienen que ser consultados con la vicepresidenta, que no forma parte del Poder Ejecutivo y que no tiene ningún rol en ese tema. Así está funcionando el Gobierno. Evidentemente, no está funcionando, incluso en la dinámica política.

–Supongamos que el Gobierno avanza con un fuerte ajuste, ¿cree que contaría con el acompañamiento de los gobernadores y de la oposición?

–Hoy la situación fiscal de las provincias está mejor que en otros momentos de la historia, no veo por qué no estaría acompañado por los gobernadores, dado que una mejor situación macroeconómica a nivel nacional, obviamente que los va a beneficiar también a ellos.

–¿Ve predisposición en el Gobierno para avanzar rápido con el ajuste?

–Cuando asumió Silvina Batakis, independientemente de que duró muy poco tiempo, lo primero que dijo es que necesitamos ordenar las cuentas públicas. Uno asume que la entrada de Sergio Massa al Gobierno es para hacer algo razonable, no para terminar de chocar el tren. Creo que también en su primer discurso mencionó el tema fiscal. Lo que pasa es que, quizás por el hecho de que no es un economista, necesita entender la gravedad de la situación, y que no solamente se trata de cumplir este año la meta con el Fondo. El programa es inconsistente y lo era desde el momento en que se firmó. En esto no solamente tuvo responsabilidad Guzmán, sino también el Fondo. Las metas de 2,5% de déficit y de 1% de financiamiento monetario generaban una emisión de deuda en el mercado doméstico que no estaba en condiciones de ofrecer. Eso estaba claro desde el principio y por eso se generó una crisis en el mercado de deuda, porque simplemente el Gobierno, o Guzmán, no entendió cómo funcionaba el mercado. El Fondo, lamentablemente, cometió el error de avalar un programa que no era consistente. Las metas fiscales no pueden seguir siendo las mismas. Este proceso que estamos viviendo, en el cual el Banco Central compra los títulos en pesos, es emisión. Hablar de adelantos transitorios como la cuenta de financiamiento directo del Banco Central al Tesoro es una parte de la emisión.

Pablo Guidotti: "El que aumentó el gasto público 20 puntos durante los últimos 20 años, que ahora lo reduzca 10; hay muchas cuestiones que se pueden hacer"
Pablo Guidotti: "El que aumentó el gasto público 20 puntos durante los últimos 20 años, que ahora lo reduzca 10; hay muchas cuestiones que se pueden hacer" - Créditos: @Santiago Cichero/AFV

–Cierran la puerta, pero dejan abierta la ventana...

–Exacto. Hoy hay una emisión que está ocurriendo y que se espera que ocurra, que es mucho más grande que simplemente mirar la cuenta de adelantos transitorios. El Fondo lo sabe. Esta cuestión de tomarse el acuerdo con la letra y decir que cumplimos una cosa, pero que pusimos al lado algo que no se había previsto, es algo que no funciona. En mi opinión, el acuerdo con el Fondo está caído y tiene que ser renegociado íntegramente. En esta renegociación, lo mejor que podría hacer el Gobierno es plantearse por qué estaba mal el primero y plantear metas que sean efectivamente sostenibles en el tiempo.

–Los economistas del FMI dijeron ante inversores que cerraron el único acuerdo que se podía, que no le podían exigir más al Gobierno. ¿Hizo bien el Fondo en cerrar el acuerdo o tendría que haber mandado a la Argentina al default?

–Yo argumenté que era una mala idea para el Fondo hacer un acuerdo muy liviano con la Argentina, que era un acuerdo que no le servía a ninguno de los dos, y está claro que no sirvió. El programa no generó absolutamente ninguna confianza, sino todo lo contrario; el riesgo país aumentó desde que se firmó. En realidad, fue una mala decisión, que puso al Fondo entre la espada y la pared, y aceptó un programa liviano para no ser visto como el culpable.

–¿Usted cree entonces que el Fondo sabía que este programa no iba a restituir la confianza en los mercados, o pensaban que tal vez había una posibilidad?

–Yo tiendo a pensar que ellos sabían, porque los técnicos del Fondo tienen mucha experiencia.

–¿Por qué firmaron el acuerdo entonces?

–Porque se encontraron con una situación en la cual el gobierno argentino insistía en este programa y eso permitía posponer el problema, refinanciando vencimientos muy importantes que había durante este año. Eso lo pueden hacer una vez. Ahora, los próximos vencimientos importantes empiezan en septiembre y me resultaría muy raro que mantengan vivo este programa. Yo creo que es mala política desde el punto de vista del Fondo, porque esto genera precedentes con otros países y con el mercado de capitales. De hecho, hoy en día, que los países lleguen a un acuerdo con el Fondo no es una garantía de que el mercado reaccione positivamente. Para ser críticos con el Fondo, yo creo que cometió el error durante la pandemia de fomentar abiertamente los crecimientos de los endeudamientos en muchos países, que en realidad no son sostenibles en el tiempo. Y hoy, como siempre, cuando descubrimos que las deudas son altas, sale el Fondo a decir que la deuda es alta, pero en realidad ellos la estimularon y no cumplieron con el rol que se espera que tengan. Porque hay muchas instituciones multilaterales y cada una tiene su función, pero el Fondo tiene que cuidar las políticas macroeconómicas, tiene que ser la voz de la prudencia.

Pablo Guidotti: "El Fondo tiene que cuidar las políticas macroeconómicas, tiene que ser la voz de la prudencia"
Pablo Guidotti: "El Fondo tiene que cuidar las políticas macroeconómicas, tiene que ser la voz de la prudencia" - Créditos: @Santiago Cichero/AFV

–¿Se imagina un FMI más agresivo en una eventual renegociación del programa en septiembre?

–No sé cuál será la postura del Fondo, que generalmente consultaba muchas voces fuera del Gobierno, pero en la práctica dejó de hacerlo, lo cual también es bastante significativo. Lo hizo, evidentemente, a pedido del Gobierno. No sé cuál es la postura que va a tener. Ilan Goldfajn, que está a cargo del Departamento del Hemisferio Occidental, es una persona con mucha experiencia, es un buen economista. Me sorprendería que avale un programa que no funciona.

–¿Pero no lo hizo ya en el inicio del año?

–Estaba recién llegado al Fondo. Ese programa no fue negociado por él. Él entró justo cuando estaba por definirse. En ese momento anunciaron cambios importantes en cuanto a la gente que iba a estar negociando con la Argentina. Veremos. Creo que la idea de que el Fondo acepta cualquier cosa es un poquito naif. El Fondo comprende la dinámica política y acepta muchas veces cosas que por ahí no serían lo óptimo desde el punto de vista de ellos, pero tampoco aceptan cualquier cosa. De hecho, suspendió el programa con Argentina en 2001. No es imposible que el Fondo diga hasta acá llegamos.

–¿El tipo de cambio oficial está atrasado o no?

–Creo no es la pregunta relevante. Cuando hay crisis financieras, la medida de tipo de cambio real histórica no tiene valor, porque el tipo de cambio puede moverse muy rápidamente, puede estar muy depreciado, pero no ayuda a entender la dinámica monetaria. Cuando los gobiernos en general usan esa medida, en estas condiciones, para decir que el tipo de cambio está bien, ¿qué significa? Porque los precios también se mueven. Si uno tiene una crisis monetaria y el nivel de precios sube, que es lo que estamos viendo en la Argentina, ¿qué significa que está bien? Esa medida en este tipo de situaciones no es relevante.

–¿Qué explica la brecha cambiaria arriba del 100%?

–Que básicamente el precio del dólar está más parecido a los valores de los dólares financieros y que la política cambiaria del Gobierno está manteniendo un dólar irreal.

–El precio del dólar paralelo, ¿qué refleja?

–Es el impacto de la emisión monetaria. Cuando el Banco Central emite un montón de dinero, y ahora compra títulos en el mercado, mete una cantidad de pesos que la gente no quiere tener. Eso genera que vayan a comprar dólares, porque la percepción es que el dólar oficial está subsidiado. Después vemos que el Banco Central empieza a restringir las importaciones, lo que tiene entonces un efecto negativo sobre la actividad económica. Mantener una brecha en este nivel mata cualquier crecimiento económico.