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Por qué la batalla por la temperatura en la oficina es más importante de lo que parece

Si trabajas en oficina, lo más probable es que hayas participado de algún modo en las batallas por el control del termostato.

Por lo general, los hombres suelen bajar la temperatura y las mujeres subirla.

Parecería algo muy banal pero no lo es en realidad.

En total, alrededor del 2% de las horas de oficina en el Reino Unido se desperdician en batallas por el control climático, lo que le cuesta a la economía de más de 13 mil millones de libras esterlinas cada año. En Australia, el calor sofocante hace disminuir la productividad, causando pérdidas de alrededor de 6,2 mil millones de dólares, según la BBC.

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La temperatura correcta puede aumentar la satisfacción en el trabajo, la productividad y la colaboración; lo contrario puede ralentizar a los trabajadores, o incluso enfermarlos.

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Foto: Getty Images

Y hay quienes prefieren los extremos.

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg prefiere trabajar con el termostato ajustado a 15° C (59F), mientras que el presidente Obama mantiene la Oficina Oval tan caliente, que uno de sus asesores bromeó con The New York Times diciendo que “se pueden cultivar orquídeas ahí”.

La realidad es que no existe, simplemente, una temperatura adecuada para todo el mundo.

Los estudios en ese sentido han arrojado resultados inconclusos y suelen aplicarse a pequeñas muestras de población, por lo que no resultan representativos.

Uno de ellos estableció que la temperatura ideal para una oficina es de 22° C (71.6F), para labores como llamadas a clientes y procesamiento de documentos. El estudio que arrojó esa temperatura, sin embargo, sólo se aplicó a un centenar de personas.

Pero está claro que la temperatura ambiente puede influir en la productividad; se cree que los ambientes cálidos propician el pensamiento creativo, mientras que los lugares de trabajo más fríos ayudan a mantener a la gente en alerta durante las tareas repetitivas o monótonas. Y por encima de 27° C (80.6F) no somos tan buenos en matemáticas.

Obviamente hay diferencias ostensibles entre hombres y mujeres.

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Foto: Getty Images

La tasa metabólica que actualmente controla el termostato de la oficina se basa en un hombre de 40 años de edad y 70 kg. Boris Kingma, del Centro Médico de la Universidad de Maastricht, determinó que las mujeres tienen tasas metabólicas significativamente más bajas que los hombres y necesitan que sus oficinas estén 3° C (5.4F) más cálidas.

La diferencia se explica en gran parte porque las mujeres tienen menos músculos y más células de grasa, que son menos activas y producen menos calor.

La solución a “las batallas por el termostasto” al parecer será proporcionada una vez más por la tecnología, pues la tendencia es a crear más estaciones laborales -o sea, escritorios y sillas- con su propio sistema de climatización.