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¿Es bueno o malo el Windows 11 de Microsoft? Da igual, te lo vas a tener que 'comer'

Una reestructuración inspirada en los dispositivos móviles hace que el sistema operativo más reciente de Microsoft se sienta moderno y poco original al mismo tiempo. (Glenn Harvey/The New York Times).
Una reestructuración inspirada en los dispositivos móviles hace que el sistema operativo más reciente de Microsoft se sienta moderno y poco original al mismo tiempo. (Glenn Harvey/The New York Times).

Para quienes reseñamos tecnología, examinar un nuevo sistema operativo es una especie de ritual absurdo.

Es como ser un inspector profesional de viviendas que entrega un informe que siempre dice algo como: “Esto es lo que necesitas saber sobre la casa a la que estás a punto de mudarte. Algunas partes son geniales, pero tiene problemas graves. Te vas a mudar allí de todos modos, así que tendrás que aprender a vivir con ellos”.

Eso se debe a que los sistemas operativos son, en esencia, el lugar donde se desarrolla tu vida digital. Si posees una computadora personal diseñada para que ejecute Windows, probablemente seguirás utilizando la siguiente versión del sistema operativo, sin importar cuán buena o mala sea.

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Así me sentí cuando probé Windows 11, la primera gran actualización del sistema operativo de Microsoft en seis años. La compañía lo ha promocionado como un nuevo comienzo para Windows con un diseño moderno y centrado en el usuario (no es para nada nuevo que las compañías tecnológicas nos recuerden que sus productos fueron diseñados para los usuarios y no para, digamos, mi perro). El software será una actualización gratuita para muchas computadoras personales con Windows durante la temporada navideña.

Entre las novedades se encuentran las herramientas para productividad, como, por ejemplo, la capacidad de reducir y reorganizar ventanas de manera instantánea, así como la compatibilidad con aplicaciones móviles de Android. Sin embargo, Windows 11 es en última instancia una evolución. Si bien hay mejoras, algunas partes se sienten frustrantemente familiares.

Tuve la oportunidad de probar durante una semana una versión temprana y no definitiva de Windows 11. Hay algunos aspectos positivos, como un diseño que logra que el software se comporte de manera similar a los dispositivos móviles, y algunos negativos, como el concepto desfasado de los módulos interactivos (“widgets”), que son en esencia aplicaciones en miniatura que viven dentro de un tablero en tu pantalla.

A continuación, mi informe de inspección que resume lo bueno, lo regular y lo feo.

Lo bueno

Los ejecutivos de Microsoft han denominado a Windows 11 como un nuevo comienzo de la computación personal que está centrado en las personas. El juego de palabras cursi tiene la intención de resaltar el mayor cambio de diseño en Windows: el icónico botón de Inicio, que tradicionalmente ha estado arrinconado en la esquina inferior izquierda, se ha desplazado hacia la parte inferior central. Además, el botón Inicio ya no carga una lista de configuraciones y aplicaciones, te muestra una carpeta de tus aplicaciones.

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Windows 11. Foto: EFE.
Windows 11. Foto: EFE.

Esta es la misma interfaz que utilizamos en teléfonos y tabletas de Apple y Android, que muestran una bandeja de aplicaciones importantes en la parte inferior central de la pantalla. Sin embargo, es un cambio que se agradece. En las versiones anteriores de Windows, el botón de Inicio abría una larga lista de aplicaciones y configuraciones por la que resultaba tedioso desplazarse.

El nuevo cambio de diseño más interesante es una función llamada Snap Layouts, la cual me encantó. En la esquina superior derecha de una aplicación, cuando pasas el cursor del ratón sobre el botón para maximizar la ventana, se despliega una cuadrícula que te muestra diferentes arreglos que encogen o reposicionan la aplicación de manera automática.

Entonces, si por ejemplo deseas reposicionar la ventana de una aplicación de manera que solo ocupe el lado izquierdo de la pantalla, solo debes cliquear en el icono correspondiente para cambiarlo a esa posición. Eso es mucho más rápido que mover una ventana y arrastrar una esquina hasta alcanzar el tamaño deseado.

Lo regular

Muchas de las adiciones a Windows 11, incluyendo la compatibilidad con aplicaciones Android, fueron diseñadas para que las personas mantengan su propio ritmo en sus máquinas, afirmó Yusuf Mehdi, ejecutivo de Microsoft. Por ejemplo, cuando pides un Uber, ya no tienes que levantar un teléfono Android para solicitar el auto, sino que puedes hacerlo de manera directa desde la aplicación Uber en la máquina con Windows.

Sin embargo, muchas de las nuevas funciones no me mantuvieron precisamente en mi ritmo.

Windows 11. Foto: EFE.
Windows 11. Foto: EFE.

Una de ellas es la capacidad de crear varios espacios de escritorio, algo que Microsoft llama Vista de Tareas. La idea es que puedas tener una pantalla de escritorio para cada aspecto de tu vida. Un escritorio podría estar dedicado al trabajo y mostrar accesos directos a tus aplicaciones de correo electrónico y calendario. Otro podría enfocarse en tu vida personal y mostrar accesos directos a todos tus juegos.

Todo esto suena bien, pero el hecho de dividir mi vida en diferentes pantallas de escritorio pronto me resultó fastidioso. Cambiar a una pantalla específica y buscar la aplicación correcta a abrir tomó mucho más tiempo que utilizar la herramienta de búsqueda para encontrar y abrir con rapidez una aplicación.

Windows 11 también restituye los módulos interactivos, un concepto que los sistemas operativos de Apple y Google han utilizado durante mucho tiempo. Se trata básicamente de una aplicación liviana que siempre permanece abierta, como una aplicación meteorológica, un calendario o un indicador de cotizaciones, para que puedas ver de inmediato información importante. Para ver los módulos interactivos, debes cliquear un botón que muestra un tablero con todos ellos ejecutándose uno al lado del otro.

Nunca adquirí el hábito de utilizar “widgets” en ninguno de mis teléfonos o computadoras porque se sienten superfluos y lo mismo sucede con ellos en Windows 11. Los “widgets” muestran una cantidad pequeña de información, como, por ejemplo, una vista limitada de tu calendario que solo exhibe la fecha actual y tu próxima cita. Pero cada vez que revisaba el “widget” de mi calendario, terminaba por querer abrir la aplicación completa de todos modos para poder ver mis eventos del mes.

Microsoft tiene planeado permitir que los usuarios de Windows 11 tengan acceso a la tienda de aplicaciones de Amazon para descargar aplicaciones de Android. Esto aún no estaba disponible en la versión que probé, pero predigo que podría arruinar tu relación con los “widgets”. Supongamos que te encanta una excelente aplicación de Android para elaborar listas de tareas pendientes. Si la misma aplicación no está también disponible como “widget”, no podrás ver tu lista de tareas pendientes en el panel de “widgets”. Entonces, ¿para qué molestarse en tenerlos?

Lo feo

Todavía es temprano, ya que Windows 11 se lanzará de manera oficial durante la temporada navideña y gran parte del software está sujeto a cambios. Pero uno de los problemas que muy probablemente persista es que, por razones de seguridad, las computadoras personales deben, como mínimo, tener chips bastante recientes de Intel y AMD para poder instalar Windows 11.

Eso significa que millones de computadoras que corren Windows 10 en hardware más antiguo, incluidas algunas que no tienen muchos años, no podrán ejecutar Windows 11. Por lo tanto, en algún momento, esos usuarios tendrán que comprar nuevas computadoras para poder obtener los mayores beneficios de seguridad y nuevas funciones en el sistema operativo.

En otras palabras, a diferencia de las actualizaciones anteriores que han sido gratuitas, Windows 11 podría sentirse como si tuvieras que pagar por un camión para poder mudarte a una casa muy parecida a la tuya, con algún nuevo decorado en las ventanas.

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© 2021 The New York Times Company