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Producción de carne: ¿hubo estancamiento o cambio y adaptación?

Hace 60 años que la ganadería está estancada, lo que explica que frente al crecimiento demográfico cada vez hay menos carne para consumir, una frase que, en boca de las máximas autoridades de la Nación, no solo es inadmisible, sino que genera una descalificación innecesaria hacia el sector que puede mostrar con hechos una situación totalmente positiva.

Efectivamente, y tal como se menciona, hace 50 años la Argentina contaba con aproximadamente 50 millones de cabezas de ganado y producía alrededor de 2,7 millones de toneladas. De las cuales exportaba cerca del 20% y consumía un 80% que, en función de la población, equivalían a cerca de 85/90 kg por habitante y año. Este volumen al que le sumaban entre 7 y 10 kg de las otras carnes le permitía alcanzar un consumo total de carnes cercano a 100 kg.

Durante los 50 años ocurrieron cambios extraordinarios en la producción agropecuaria que permitieron transformar los mejores campos ganaderos en producción agrícola a partir de sistemas sustentables y amigables con el medio ambiente, entre los que se destaca el desarrollo argentino de siembra directa, reconocido en todo el mundo. Tal fue el avance de la agricultura que en 50 años pasamos de cosechar 14 millones de hectáreas a mas de 37 millones en la actualidad que, lógicamente y en su enorme mayoría, se restaron de la superficie destinada a la producción ganadera.

Buenas Prácticas Ganaderas: en sintonía con las exigencias que plantea el mundo de hoy

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Pese a la enorme dificultad que le generó la brutal reducción de sus mejores tierras, la producción de ganado vacuno alcanza hoy un stock 10% superior y una producción 15% más alta que en el pasado. En paralelo y merced a la capacidad de reinventarse, la agroindustria incrementó la producción de las otras carnes un 1200% gracias, entre otras cosas, al crecimiento en la producción de granos que hoy permite más que duplicar la producción de las carnes. Hay un consumo promedio de 115 kg de carnes por año sin contar los aproximadamente 5 kg de pescado que le posibilitan liderar el consumo de carne a nivel global.

Impacto

A esta altura de la nota me dirán, si, ¡pero la ganadería vacuna sigue estancada! Permítanme mostrarle un par de números que demuestran lo contrario. Para ello parto de una base conservadora de estimar que cada uno de los 23 millones de hectáreas de los mejores suelos ganaderos que pasaron a la agricultura permitían mantener, con criterio conservador, un animal vacuno adulto a lo largo del año por hectárea. La cuenta simple permite explicar que de no haber cedido la superficie a la actividad agrícola posibilitarían contar hoy con 23 millones de vacunos adultos más.

Para expresarlos en producción anual de carne, es importante considerar que la tasa de extracción anual (cabezas a faena sobre stock adulto) alcanza en promedio el 35%, por lo que en la producción potencial de los 23 millones de hectáreas cedidas a la agricultura hubieran permitido producir anualmente alrededor de 1,85 millones de toneladas adicionales que, sumada a la producción actual, alcanzarían cerca de los 5 millones de toneladas reconocidas por el propio Gobierno como un objetivo extraordinario.

La breve descripción de los hechos, cuyos datos surgen de las estadísticas oficiales, sirve para afirmar que la producción de carnes argentinas, lejos de estar estancadas, han mostrado una capacidad de cambio, adaptación y resiliencia extraordinarias, generando 100% más de producción de carnes y un 1400% más de producción de granos transformándose en uno de los sectores más destacados de la economía argentina.

El autor es consultor ganadero