Este es el pueblo de México donde se encuentra la tumba de “La Llorona”

La han escuchado en el pueblo de Coyoacán, en la Ciudad de México; algunos otros, aseguran haberla visto en el estado norteño de Chihuahua; los que eran escépticos, les pareció oírla en Puerto Progreso, en Yucatán. De norte a sur y de este a oeste, la mujer conocida como “La Llorona” ya forma parte de la cultura popular mexicana.

Según la leyenda, “La Llorona” es una mujer que deambula en las calles en busca de sus hijos, a los que aseguran, ella misma asesinó una noche cuando estaba enloquecida. Las personas que la han visto o la han oído, destacan que el evento ha ocurrido cerca de un río y que está vestida de blanco.

En lo que también coinciden los que han podido presenciar este supuesto evento paranormal es en el grito largo y aterrador: “¡Ay, mis hijos!”.

Sobre el origen de la leyenda, rezan varias versiones; sin embargo, la más popular data del periodo de la Colonia en México, entre 1521 y 1810. Según las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, “La Llorona” era una mujer indígena –amante de un caballero español– que, cuando ella le sugirió formalizar la relación, él se negó porque pertenecía a una clase social privilegiada.

La mujer, de acuerdo con el relato de Díaz del Castillo, huyó de su casa esa noche acompañada de sus hijos –un niño y una niña– y los llevó al río. Ella, al sentirse decepcionada y cegada por el coraje, cogió un puñal y los asesinó.

Recientemente, una noticia acaparó las redes sociales, pues internautas compartieron imágenes de la supuesta tumba de “La Llorona”, la cual está ubicada en la Hacienda Siete Reales, en la carretera Guanajuato-Dolores Hidalgo. Se trata de un monumento que fue erigido para que la mujer dejara de espantar a los pobladores.

Según historiadores, la estructura se talló en septiembre de 1913; aunque algunas personas aseguran que, de acuerdo con los testimonios de generaciones anteriores, los lamentos de la mujer se escuchaban desde 1850.

Cabe mencionar que el pueblo de Dolores Hidalgo fue visitado por religiosos del Vaticano para hacerle un exorcismo, pues la presencia de “La Llorona”, tuvo en vilo durante muchos años a los guanajuatenses.