"¿Por qué el río está bajo?": murales reflejan histórica bajante del Paraná en Argentina

Por Lucila Sigal

SAN NICOLÁS DE LOS ARROYOS, Argentina, 24 sep (Reuters) - El mural gigante de un niño que extrae una flor autóctona del río juega con uno de una niña cuya imagen también se refleja en el agua para invitar a la reflexión sobre las causas de la histórica bajante del Paraná, que aún impacta sobre la economía y la vida social de Argentina.

Los dos murales, de unos 40 metros de alto en dos edificios de San Nicolás de los Arroyos, una ciudad ubicada en el norte de la provincia de Buenos Aires sobre el río Paraná, pertenecen al muralista argentino Martín Ron (@ronmuralist), considerado uno de los 10 mejores del mundo por medios especializados.

Ron, quien lleva pintados más de 400 murales en Argentina y países como Inglaterra, Estados Unidos, Australia, España y Rusia, busca vincularse con temas de actualidad o con historias de la zona donde pinta para dejar una huella en sus obras.

"Cuando vine a San Nicolás me llamó la atención la bajante histórica del río Paraná (...) Estos personajes que utilizo siempre interactúan con un aspecto del lugar en el contexto donde pinto y me pareció oportuno retratar en el reflejo este mensaje ecológico relacionado con la bajante del río Paraná", dijo Ron en una entrevista reciente con Reuters en San Nicolás.

"Cuando uno ve un mural se hace preguntas. Entonces que se pregunten qué están rescatando, por qué se reflejan. Eso lleva a la reflexión y a la investigación de por qué el río está bajo y cuáles son las causantes. En éste particular, es ecológico", agregó.

El segundo río más grande de Sudamérica registró su nivel más bajo en casi 77 años por una profunda sequía en Brasil, donde nace, lo que impactó en los ecosistemas, el comercio y los medios de vida a lo largo de la vasta zona que atraviesa Brasil, Argentina y Paraguay.

El río es la principal vía de exportación de granos de Argentina, uno de los mayores proveedores globales de alimentos, por lo que la bajante tuvo repercusiones internacionales.

Los murales de Ron, de 40 años y formación autodidacta, embellecen las paredes de San Nicolás y de otras con imágenes que van de una niña colocando legos como si contruyera un edificio hasta el retrato del futbolista Carlos Tévez.

"En una figura fuerte como Carlitos Tévez en el Fuerte Apache, en el lugar donde vivió, frente al potrero donde él se esforzó para lograr lo que logra y siendo un ícono de inspiración para todos esos chicos que siguen jugando en esa canchita, lo considero muy importante. Es pintar a un famoso al servicio de mejorar el mundo", contó sobre el mural del astro.

Sus obras se resignifican con el paso del tiempo y así un mural que pintó frente a un importante hospital de Buenos Aires como homenaje a los médicos que atendieron a las víctimas del atentado a la mutual judía AMIA en 1994 volvió a cobrar relevancia con la pandemia de coronavirus.

"Se convirtió en un homenaje a los médicos que hoy siguen peleando", contó Ron, quien pinta entre 10 y 12 murales en edificios por año, durante 8 horas diarias, con un ayudante.

El estilo de Ron mutó desde el surrealismo urbano al "hiperrealismo mágico", para el que emplea la técnica del fotorrealismo.

Aunque pasa gran parte de su vida subido a grúas y andamios, el artista confiesa tener miedo a las alturas.

"Tenemos una relación medio tóxica porque soy muy miedoso a las alturas, paradójicamente, así que en cada proyecto es como que tengo tres días en los que me tengo que aclimatar a la altura", contó el muralista que lleva una vida nómade por la diversidad de proyectos que aborda en distintas ciudades.

Pese a la nostalgia que siente al abandonar sitios a los que ya no regresará, Ron considera que los murales cobran vida cuando se va. "Es arte callejero porque es arte que está en la gente, en el inconsciente colectivo", concluyó.

(Reporte de Lucila Sigal; Editado por Nicolás Misculin)