Randy Arozarena se va del Clásico en Miami con la frente en alto y el amor de todo México y Cuba

Randy Arozarena se va con la frente en alto. Acarreó a México de Arizona a Miami y lo tuvo muy cerca de pasar a la gran final del Clásico Mundial de Béisbol, pero al final las botas con sus poderes que suele utilizar como motivación no pudieron catapultarlo al juego contra Estados Unidos.

Japón, con su juego metódico y fundamentado, sin pánicos ni estridencias, fue más que México y todo el impacto emocional de Arozarena para imponerse el lunes en la noche 6-5 a los aztecas, delante de 35,933 aficionados en el loanDepot park de Miami.

Un doble de Munetaka Murakami sirvió para dejar tendidos en la novena entrada a una escuadra mexicana que batalló de manera encarnizada y que tuvo la posibilidad de la victoria a solo tres outs de extender la historia más bonita de este torneo.

“Gracias Dios por esta gran aventura ,mi sueño no se acaba acá ,esto recién comienza y volveremos más fuertes’’, escribió Arozarena en redes sociales. “Gracias México por tanto cariño a mi y a mis compañeros. Gracias familia y amistades que vinieron a apoyarme y a los que no pudieron y lo hicieron de algún lugar en este mundo. Nos vamos con la frente en alto de como lo dije antes dejaríamos todo en el terreno y nos ganó un tremendo equipo’’.

Arozarena partirá ahora a completar el campamento primaveral con Tampa Bay, pero su impacto en esta versión del torneo será recordada por siempre y muy seguramente volverá a vestir el uniforme de su patria adoptiva para la venidera edición del 2026.

“Randy es un gran personaje y creo que todo el mundo estará de acuerdo en que es un excelente jugador de béisbol’’, comentó el manager Benji Gil.

“Es excelente para el béisbol. Excelente para Cuba. Excelente para México. Donde quiera que juegue lo van a admirar. No importa el lugar. Corea puede ver este juego y él sería popular. En todo el mundo’’.

El impacto de Arozarena se hizo sentir en todos los juegos, pero en este particularmente sus huellas se vieron desde los jardines a la caja de bateo, porque el muchacho de Pinar del Río realizó varias atrapadas espectaculares y fue bujía ofensiva.

Con el juego empatado a tres, Arozarena se dio a la tarea de ponerle freno a la crecida japonesa y pegó un doblete por la pradera derecha antes de que Alex Verdugo le siguiera con una conexión de similares dimensiones por la banda derecha que le devolvió a México la ventaja en la séptima entrada.

“Ese batazo de Randy fue muy importante porque nos dio la oportunidad de remontar’’, agregó Gil en alusión al momento en que Masataka Yoshida pegó un cuadrangular de tres carreras.

“Randy inició el rally, peleamos y volvimos a tomar ventaja como los guerreros que somos’’.

Quizá la crónica de este partido habría sido otra si Arozarena no hubiera vuelto a brillar a la defensiva con dos jugadas espectaculares, sobre todo la primera en la cuarta entrada cuando le robó un jonrón a Kazuma Okamoto saltando por encima de la cerca del jardín izquierdo.

Una entrada más tarde, el estelar pelotero de los Rays de Tampa Bay fildeó un peligroso batazo de Ketsuke Kondoh cuando Japón amenazaba con hombres en segunda y tercera, mientras los aficionados mexicanos coreaban su nombre de manera incesante.

“No hay palabras para describir lo que significa Randy para este equipo’’, apuntó el abridor de México, Patrick Sandoval, quien realizó una gran labor. “Es increíble la manera en que juega. Da gusto verlo. Somos afortunados de tenerlo. Verlo jugar es divertido’’.

Arozarena se marcha como el segundo jugador nacido en Cuba con más anotadas en un Clásico (ocho) empatado con Yuli Gurriel (2006) y el tercero que lidera un evento como este en dobles (seis), junto con José Lopez (en la edición del 2017) y Jong Beom Lee (2006).

Elegido el Más Valioso del Grupo D de Arizona, Arozarena se robó el corazón de millones de aficionados con su sombreo de charro y sus botas altas de cuero, dejando en claro siempre que su amor en el béisbol va para México por encima de todo.

“Fue un placer tenerlo en el equipo desde todo aspecto’’, agregó Gil, que se va después de uno de esos encuentros donde nadie mereció perder, por más común que sea la frase.

“Su personalidad es contagiosa. Es muy bueno para este juego’’.