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En un raro 25 de Mayo, empezó de hecho la interna opositora entre Macri y Rodríguez Larreta

Fue un 25 de Mayo extraño: en la previa, se esperaba el "relanzamiento" de la gestión de Alberto Fernández y alguna eventual proclama del sector K, pero finalmente el protagonismo de la jornada patria fue íntegramente para la oposición, que en los hechos dio su señal de inicio de las PASO, convencida de que en 2023 habrá un recambio de partidos en la Casa Rosada.

Así, el Presidente -que canceló su plan original de trasladarse hasta la base Esperanza en la Antártida- se limitó a escuchar el tradicional TeDeum en la catedral, donde el arzobispo Mario Poli aludió indirectamente a las tensiones en la dirigencia política y llamó a la unidad.

A la salida, pasó un momento incómodo cuando familiares de personas fallecidas por covid le increparon su festejo clandestino en la residencia de Olivos en plena cuarentena y su oferta de pagar una compensación económica.

Luego, en un locro realizado en Florencio Varela, rodeado por las organizaciones piqueteras amigas del Gobierno, fue el propio Alberto Fernández quien habló de unidad, aunque el léxico utilizado dejó en claro que persiste un indisimulable resentimiento con Cristina Kirchner.

El tuit de Cristina Kirchner fue interpretado como una continuidad de la tensión interna en la coalición gubernamental
El tuit de Cristina Kirchner fue interpretado como una continuidad de la tensión interna en la coalición gubernamental

El tuit de Cristina Kirchner por el 25 de Mayo  fue interpretado como una continuidad de la tensión interna en la coalición gubernamental

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"Lo primero que necesitamos es respetarnos en la diversidad. No tenemos que ser todos iguales, ni tenemos por qué pensar todos del mismo modo, ni todos tenemos por qué obedecer a una misma lógica. Podemos tener una lógica diferente y podemos estar unidos", fue la frase del Presidente, que coronó su festejo patrio cantando, guitarra en mano, el clásico de Litto Nebbia "Sólo se trata de vivir".

De hecho, lo más cercano que hubo a un "relanzamiento" fue el debut del nuevo eslogan oficial, "Primero la gente", que reemplazará a "Argentina unida", todo un mensaje codificado para los analistas que gustan de leer entrelíneas en plena interna.

Claro que a esa hora, el ámbito político ya comentaba otros dos hechos que opacaron al acto presidencial. El primero, casi una confirmación de que no hay reconciliación dentro del Frente de Todos, fue el tuit de Cristina Kirchner, donde celebra el 25 de mayo "aún en momentos tan difíciles para nuestro pueblo", sin mención de apoyo alguna al Presidente.

Un virtual lanzamiento de Rodríguez Larreta

Y el segundo hecho relevante fue otro locro, pero organizado por la oposición. Horacio Rodríguez Larreta fue el protagonista de un acto organizado por el radical Martín Lousteau. Y hubo gestos políticos contundentes de sintonía con la Unión Cívica Radical.

Para empezar, la propia presencia de ambos dirigentes compartiendo escenario y el mismo tono discursivo dio lugar a la especulación sobre la alianza para apoyarse en sus mutuas aspiraciones de postularse, respectivamente, a la presidencia nacional y a la jefatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Rodríguez Larreta se cuidó de no mencionar su candidatura, pero todos los ingredientes estuvieron allí: habló de los equipos programáticos que están preparando las medidas en cada área de gestión, machacó en el concepto de "plan", hizo un amplio llamado a la unidad y al consenso -marcando un matiz claro con Mauricio Macri-. Y, sobre todo, intentó transmitir la confianza propia de un candidato ganador: "Juntos vamos a ganar la elección nacional de 2023; ¿estamos convencidos o no?", le preguntó el jefe de gobierno porteño a un grupo de dirigentes que ya se siente en carrera.

Martín Lousteau y Horacio Rodríguez Larreta compartieron un acto en el que se lanzó virtualmente la candidatura del jefe de gobierno porteño
Martín Lousteau y Horacio Rodríguez Larreta compartieron un acto en el que se lanzó virtualmente la candidatura del jefe de gobierno porteño

Martín Lousteau y Horacio Rodríguez Larreta compartieron un acto en el que se lanzó virtualmente la candidatura del jefe de gobierno porteño

Primer round opositor en TV

Pero el verdadero "silbato inicial" de las PASO de Juntos por el Cambio tuvo lugar en las pantallas televisivas: casi en simultáneo, mientras Mauricio Macri era entrevistado en la señal A24 por Viviana Canosa, Rodríguez Larreta dialogaba con Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano en TN.

La entrevista del ex presidente pareció más guionada. Primero, por el hecho de haber sido grabada al mediodía, mientras la de Rodríguez Larreta fue emitida en vivo. Pero, sobre todo, porque la vehemente postura antigubernamental de la entrevistadora Canosa no dejó mucho margen para que el ex mandatario pudiera incomodarse con preguntas sobre errores de su gestión.

Macri tampoco dijo con todas las letras que será candidato. Es más, por momentos pareció insinuar que preferiría no serlo, cuando hizo referencia al sacrificio que implicó su experiencia 2015-2019 para su vida familiar y cómo su esposa, Juliana Awada, le pide explícitamente que se mantenga al margen de la contienda.

Sin embargo, todo el resto de su comunicación fue la propia de un candidato en campaña, que recordó su promesa hecha a los militantes que lo saludaron en el último día de su gestión, sobre que "no los iba a abandonar y que iba a luchar hasta el último día por la República y el bienestar de todos".

También dio algunos indicios sobre cómo imagina el próximo período de gobierno y sobre "la narrativa" que el futuro mandatario debería realizar para explicar los cambios -de hecho, se autocriticó el haber hablado poco durante su gestión-. "Necesitamos una revolución" fue una de sus frases destacadas.

Pero su disposición a candidatearse quedó en claro cuando insinuó que no había contendientes en el espacio opositor mejor preparados que él. Hasta se permitió cierta ironía sobre cómo en épocas de furor de las redes sociales, "los egos" hacen que algunos dirigentes fantaseen con poder ocupar cargos que superan sus posibilidades, en vez de contentarse con formar parte de un proyecto colectivo ocupando responsabilidades de menor rango, como la de ministro.

No mencionó a nadie, pero pareció un indisimulable mensaje a los otros postulantes del espacio opositor, incluyendo a su correligionaria Patricia Bullrich, que hoy preside el PRO.

Cuando se le preguntó explícitamente por los aspirantes a ser candidatos, dijo que tienen un año para "demostrar que entienden la profundidad del cambio que el país necesita y que van a tener el coraje de llevarlo adelante, porque ahora, a diferencia de 2015, los argentinos entienden que no se trata sólo de un cambio político sino de un cambio global".

Sonó como un desafío a definirse en temas controversiales, sobre todo a dirigido a Horacio Rodríguez Larreta, que ha sido más ambiguo cuando se le preguntó sobre medidas concretas de su eventual plan de gobierno. De hecho, el jefe de gobierno eludió definiciones tajantes cuando le preguntaron por temas como la reforma laboral, el sistema jubilatorio y las retenciones a la exportación agrícola.

A pesar de cierta ambigüedad declarativa, Macri dejó en claro que no abandonó su aspiración a la postulación presidencial en 2023
A pesar de cierta ambigüedad declarativa, Macri dejó en claro que no abandonó su aspiración a la postulación presidencial en 2023

A pesar de cierta ambigüedad declarativa, Macri dejó en claro que no abandonó su aspiración a la postulación presidencial en 2023

Estrategias divergentes

Lo cierto es que la sensación que se instaló en el ambiente político es que la interna oficialista ya empezó. Y que será un partido que no sólo se juegue en las encuestas de imagen -donde Macri tiene una desventaja respecto de sus oponentes- sino también en la evaluación política de los liderazgos, donde la situación aparece más pareja.

Es claro que uno de los ítems de la competencia es la de criticar con mayor dureza al kirchnerismo y a las políticas de Alberto Fernández. En ese aspecto, Macri parece llevar la delantera, como queda evidenciado, por ejemplo, en que, en los medios de comunicación afines al Gobierno, las declaraciones del ex presidente tienen mucho más rebote que las de Rodríguez Larreta.

Por caso, sus dichos sobre el eventual cierre de Aerolíneas Argentinas o sus referencias a la independencia del poder judicial fueron ampliamente analizadas, editadas y comentadas en C5N, El Destape, Página 12 y las redes sociales.

Esa situación parece traslucir que en el comité de estrategia del macrismo siguen apostando a que la confrontación abierta con el kirchnerismo es la táctica más redituable en términos electorales. En cambio, en el entorno de Rodríguez Larreta, si bien también la crítica a las políticas oficiales forma parte del discurso, se interpreta que hay un hastío de la opinión pública con "la grieta" y que el concepto a enfatizar es el del consenso nacional.

El jefe de gobierno porteño dejó en claro también el tono de su discurso respecto de Macri: reivindicará los intentos reformistas de su gestión pero lo caracterizará como parte del pasado. Y, sobre todo, al machacar sobre la amplitud que debe tener la próxima coalición de gobierno, estará haciendo un diagnóstico sobre la debilidad de Macri, que parece menos dispuesto a aceptar matices que "licúen" su programa.

Falta más de un año para las PASO 2023, pero tanto en el espacio oficialista como en el opositor, la urgencia de la agenda nacional llevó a adelantar los tiempos. Los precandidatos ya están jugando la carrera: de ahora en más, el debate político será más intenso y con un marcado clima electoral.