Regalar dinero a los ciudadanos tiene un efecto positivo: ¿más cerca de la renta básica universal?

A finales de 2016 se anunciaba que este año Finlandia se convertiría en el primer laboratorio mundial sobre la Renta Básica Universal. Desde enero pasado, dos mil finlandeses de entre 25 y 58 años, estén empleados o no, estén capacitados o no, han empezado a recibir una suma de dinero por parte del estado.

Se trata exactamente de 560 euros (unos 608 dólares) mensuales para cada una de las personas escogidas, y durante dos largos años, como parte de un programa piloto sobre esta inusual forma de retribución que inquieta a algunos y emociona a otros, pero que no deja a nadie indiferente.

“Para revolucionar algo tan grande, tan tradicional y tan fundamental como son las retribuciones hay que experimentar primero”, señalaba en diciembre Roope Mokka, cofundador de Demos Helsinki, el primer think tank independiente de los países nórdicos.

Cinco meses más tarde ya empiezan a aparecer los primeros resultados. Y son positivos.

Efectos de la medida

De acuerdo con Marjukka Turunen, jefa de la unidad jurídica de la agencia de la seguridad social de Finlandia y una de las responsables del seguimiento a este experimento, la Renta Básica Universal, además de reducir la burocracia y de hacer frente a la pobreza, está teniendo efectos indirectos positivos en la salud mental de las personas.

Cuenta la especialista que las personas que quienes reciben desde enero la renta básica han experimentado niveles más bajos de estrés, tan solo porque se han sentido capaces de satisfacer sus necesidades básicas.

“Una señora declaró que tenía miedo cada vez que sonaba el teléfono, por si eran los servicios de desempleo ofreciéndole un trabajo”, relató Turunen a Kera News.

“Ella no podía aceptar ningún trabajo porque debía cuidar a sus padres ancianos en casa -abunda la encargada-. Este experimento realmente está reduciendo los niveles de estrés de la gente y mejorando su salud mental”.

La Renta Básica Universal “sustituye a las prestaciones por desempleo básicos, las prestaciones de enfermedad y las prestaciones parentales en este experimento”, explicó Turunen.

Impacto en el mercado laboral

A tratarse de una suma decente pero no suficiente, se ha demostrado que su entrega no desincentiva la búsqueda de trabajo en quienes gozan de esta retribución.

Turunen señaló que la cifra escogida es fundamental para no distorsionar el mercado: “Si usted da a la gente 1.450 euros -advierte-, no habría ningún incentivo para buscar trabajo porque muchas personas podrían subsistir fácilmente con esa cantidad en Finlandia”.

“Tratamos de averiguar la cantidad precisa para que las personas encuentren cierta seguridad, pero a la vez sigan buscando empleo en lugar de quedarse en casa sin hacer nada”, explicó.

“La idea es que den por seguros esos 560 euros al mes” -insistió.

“Queremos ver si este tipo de mecanismo reduce la burocracia. Por ejemplo, cuando cambia el estado de la gente – cuando tienen un bebé o comienzan a estudiar o lo que sea – ellos no tienen que solicitar otro tipo de remuneración. Pero, sobre todo, la renta básica universal sustituye la prestación básica de desempleo”.

Experimentos similares a este se han estado llevando a cabo en otros puntos del mapa. Las autoridades de Ontario, en Canadá, anunciaron que probarían este método con 4.000 de sus ciudadanos; mientras en la ciudad estadounidense de Oakland y en la holandesa de Utretch se estudia entregarle a un grupo de sus ciudadanos cantidades de dinero similares a las de Finlandia.

La razón de ser de esta idea

La idea de la renta básica universal y por qué algunos gobiernos se plantean ponerla en marcha responde definitivamente a la necesidad de hacer menos honda la brecha entre los ricos y los pobres, la diferencia en los ingresos anuales de los hogares que más ganan y los que menos reciben, un tema al que nos referimos ya esta semana.

Fenómenos como la robotización de la economía y los efectos de la globalización han provocado en los últimos tiempos la desaparición de miles de empleos. Se estima que cerca del 38% de los empleos en Estados Unidos podrían estar en alto riesgo de automatización para inicios de 2030 (las profesiones con más riesgo de desaparecer).

Aunque tal vez para esa fecha ya sea demasiado tarde para implementar la Renta Básica en muchos país.