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Cuando la renta apresura las relaciones

Xin-rui Lee y Addison Bale, que unieron sus recursos para encontrar un departamento juntos, en Nueva York, el 17 de junio de 2022. (Hilary Swift/The New York Times)
Xin-rui Lee y Addison Bale, que unieron sus recursos para encontrar un departamento juntos, en Nueva York, el 17 de junio de 2022. (Hilary Swift/The New York Times)

Al principio, Xin-rui Lee no quería vivir con su pareja.

Llevaban juntos un año y ocho meses, pero tras una prueba de siete semanas de convivencia durante un viaje reciente a Ciudad de México, Lee recuerda que se fue de ahí con la fuerte sensación de que no quería que la situación fuera permanente.

“Al final, sentí que no me sentía lo suficientemente cómoda viviendo con una pareja como para poder mostrar mi versión más tonta”, comentó Lee, de 26 años y especialista en comunicaciones. “Una noche probé un comestible de marihuana porque estaba cansada del trabajo, pero él estaba allí todo el tiempo, y yo no quería que nadie me viera en absoluto. Me sentí muy cohibida”.

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Su deseo de vivir sola fue cambiando a medida que se iban imponiendo las realidades del actual mercado de alquiler. Su casero le anunció que su renta actual subiría 300 dólares y, tras una rápida búsqueda en internet, Lee pensó que mudarse con su pareja podría ser la opción correcta después de todo. Así que empezaron a buscar un departamento juntos con la esperanza de encontrar un nuevo lugar para el final del verano.

Como las rentas en todo Estados Unidos se han disparado en los últimos meses, muchas parejas se están mudando juntas antes de lo previsto para poder tener departamentos, presentar solicitudes de alquiler más sólidas o vivir en sus barrios ideales. Con la flexibilización de las restricciones por la pandemia y el regreso de la gente a las ciudades, el mercado de alquileres no ha seguido el ritmo de la demanda. En mayo, la renta promedio en el barrio neoyorquino de Manhattan alcanzó un nivel récord de 4000 dólares, según informó la correduría Douglas Elliman. A nivel nacional, el precio de las rentas aumentó un quince por ciento en mayo con respecto al año anterior, según Redfin, la empresa de bienes raíces.

Muchas parejas están emocionadas ante la idea de dar el siguiente paso en sus relaciones, pero también hay nuevos temores y preocupaciones que surgen al estar vinculados financiera y geográficamente a una persona antes de lo esperado.

’¿Dónde está el botón de escape de emergencia?’

El aumento de las rentas en todo el país ha motivado a algunas parejas jóvenes a mudarse juntas antes de lo previsto. (Richard A Chance/The New York Times)
El aumento de las rentas en todo el país ha motivado a algunas parejas jóvenes a mudarse juntas antes de lo previsto. (Richard A Chance/The New York Times)

Aunque Lee está nerviosa por algunos aspectos de la vida con su pareja, espera poder reunir recursos para construir una casa más agradable.

“Quiero tener un lugar lindo y acogedor, y eso podría ser posible si estamos juntos. Elegiremos alfombras asombrosas. Nuestra selección de arte será genial”, comentó Lee. “Me preocupa darnos espacio para extrañarnos, pero también confío en que podremos encontrar un ritmo que nos funcione.

“Me pone un poco ansiosa o temerosa que eso tenga un impacto negativo en nuestra relación, pero también podría ser simplemente maravilloso”, opinó Lee.

Esa ansiedad podría estar bien fundada. Arielle Kuperberg, profesora adjunta de Sociología y Estudios de Género en la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, señaló: “Cuando te mudas con alguien, es mucho más difícil romper con él. Tendrías que buscar un nuevo departamento. Podrías tener que romper un contrato de alquiler o incluso quedarte incómodamente en el mismo lugar con tu ex”. Estas barreras añadidas a la ruptura significan que ciertas cualidades o desacuerdos que podrían haber acabado con la relación anteriormente se convierten en cosas que la pareja tendrá que tolerar o superar, explicó Kuperberg.

Si vives con tu pareja, “probablemente estés compartiendo la cama con esa persona. ¿Dónde está el botón de escape de emergencia?”, dijo Sharon Sassler, coautora de “Cohabitation Nation” y profesora de Sociología en la Escuela de Política Pública Brooks de la Universidad de Cornell.

El mercado ha trastocado los planes incluso de las parejas que ya planean vivir juntas. Jennifer Gamarra, de 25 años, y Michael Kaplan, de 26, llevaban dos años saliendo juntos y planeaban mudarse a un nuevo departamento cuando su contrato de alquiler finalizara este mes de julio. Querían vivir en el Upper West Side de Manhattan en un piso de dos habitaciones con comodidades, posiblemente un gimnasio y un espacio para guardar las bicicletas, así que pusieron las notificaciones en StreetEasy y comenzaron la búsqueda.

“Esperaba que la combinación de nuestros presupuestos nos permitiera subir de categoría”, aseguró Kaplan, ingeniero de software. Pero pronto descubrieron que no sería así. “Muchos otros lugares, incluso los de más de 5000 dólares que miramos, no tenían una bonita zona de estar, y no había un buen lugar para trabajar desde casa”, reveló Kaplan.

La pareja decidió que Gamarra se mudaría al departamento de una habitación de Kaplan, donde el alquiler pasó de 2200 a 3000 dólares.

Aunque están contentos de compartir una casa como esperaban, hay algunas preocupaciones que surgieron al mudarse al departamento de Kaplan, en vez de encontrar un nuevo departamento juntos.

“Queríamos mudarnos a un nuevo lugar para hacerlo nuestro, pero ahora me mudo a su departamento, y parece que voy a vivir en su lugar, no en nuestro lugar”, afirmó Gamarra, estudiante de doctorado. “Tratar de lograr que el departamento se sienta como nuestro primer hogar juntos va a ser más difícil para mí”.

The New York Times entrevistó a una pareja que decidió no participar más en este artículo después de darse cuenta de que no estaban de acuerdo sobre por qué se mudaron juntos en primer lugar. Ambos tenían empleos en trabajos de servicio de alimentos. Mientras que uno dijo que el alto precio de la renta fue un factor determinante para mudarse juntos, el otro dijo que creía que era el siguiente paso en su relación.

“No estar de acuerdo no es la mejor receta para el éxito o la satisfacción de una relación. Si en un año, una persona que lo vio como el paso correcto quiere comprometerse y la otra no, ¿qué sucede?”, se preguntó Sassler.

Pero, si la relación es fuerte, vivir juntos podría ser una gran decisión, agregó Sassler. “Pueden despertar juntos, ver si te hacen el desayuno en la cama o te traen café. Los compañeros de cuarto tienden a no hacer eso”, dijo.

Esa cercanía romántica adicional es exactamente lo que esperaba Kenneth Yeung, un gerente de producto de 23 años que vive en Brooklyn.

Yeung y su novio llevaban saliendo menos de un año, pero la pareja quería quedarse en su barrio de Williamsburg, donde el alquiler promedio de una habitación subió un 25 por ciento en el último año. Yeung ganó la lotería de la vivienda asequible, y los dos planeaban compartir un departamento de una habitación por 2700 dólares al mes a partir de julio. Soñaban con comprar una mesa de café Noguchi y diseñar su propia casa.

“Nos hubiera gustado tener la flexibilidad de esperar, al menos, hasta llegar al año de nuestra relación”, comento Yeung. “Pero con este mercado de renta y lo mucho que queríamos quedarnos en este barrio, pensamos que tiene mucho más sentido vivir juntos”.

Pero, desde su entrevista inicial con el Times, Yeung y su pareja decidieron finalizar su relación.

“Esa presión de la fecha para mudarnos juntos realmente nos hizo reevaluar si esto es algo bueno en este momento”, señaló Yeung. “Nos puso mucho estrés para que las cosas funcionaran”.

Ahora Yeung se mudará solo al departamento de una habitación, y sin alguien con quien compartir la renta, está planeando hacer un presupuesto meticuloso con sus ingresos. “Menos comida para llevar, quizá comer fuera solo un día a la semana y no pedir café”, añadió. “Voy a intentar recortar todos esos lujos cotidianos para poder pagar la renta”. También se está despidiendo de la mesa de café Noguchi.

Y, de todos modos, es posible que no vivir con una pareja romántica sea lo mejor. “Con la ciudad que por fin se abre, sentía que tenía mucha vida por vivir. Me preocupaba que, si vivía con mi pareja, estaría perdiendo esa nueva libertad”, aseguró Yeung. “Creo que eso hizo que tuviéramos que comprometernos el uno con el otro de una manera muy rápida”.

© 2022 The New York Times Company

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