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Los restos maories robados por un taxidermista austriaco vuelven a Nueva Zelanda

Sídney (Australia), 28 sep (EFE).- Los huesos y calaveras de unos 64 maoríes, la mayoría expoliados a final del siglo XIX por un taxidermista austriaco, se encuentran en su viaje de regreso a su hogar en Nueva Zelanda donde llegarán el domingo.

Estos restos humanos proceden del Museo de Historia Natural de Viena y al menos 49 de ellos fueron "robados" entre 1877 y 1889 por el naturista Andreas Reischek, un "notorio expoliador de tumbas" y "principal coleccionista de restos humanos neozelandeses", según lo describe el Museo de Nueva Zelanda en Wellington.

"Estos antepasados fueron robados por aquellos que no tenían en cuenta las comunidades maoríes a las que pertenecían”, apunta profesor Sir Pou Temara, presidente del Panel Asesor de Repatriación, en un comunicado de la institución oceánica.

Los restos expoliados partieron el martes desde la capital austriaca y se espera que lleguen este domingo a Wellington, donde serán bienvenidos con una ceremonia maorí.

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Una vez lleguen al museo neozelandés serán conservados en un "lugar sagrado" (o "wahi tapu") mientras los expertos determinan la localización de la que fueron exhumados para devolverlos a su tribu (o "iwi"), quien decidirá su lugar de descanso final.

EXPOLIADOR DE TUMBAS

A lo largo de los 12 años que vivió en Nueva Zelanda, Reischek apuntó minuciosamente en sus diarios y manuscritos -recopilados y publicados por su hijo en 1924- su expoliación de tumbas sagradas y como era consciente de traicionar la confianza que jefes maoríes habían depositado en el explorador austriaco.

"En las anotaciones de su diario, Reischek se jacta de eludir la vigilancia maorí, saquear lugares sagrados y romper 'tapu' (restricciones en el sacrosanto): sabía exactamente lo que estaba haciendo. Sus acciones fueron incorrectas y deshonestas", apostilla en el escrito el presidente del Panel Asesor de Repatriación.

Reischek amasó la "colección más grande de material etnológico y de historia natural llevado de Nueva Zelanda a Europa", incluidos restos humanos y más de 3.000 especímenes ornitológicos de Nueva Zelanda.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Nueva Zelanda y los representantes maoríes iniciaron su campaña para repatriar los restos expoliados por Reischek y otros exploradores.

Pero no fue hasta 1985 cuando se produjo la primera devolución, que procedía del Museo de Etnología de Viena y que ya incluía parte de la colección de Reischek.

FUTURAS REPATRIACIONES

Desde entonces las autoridades neozelandesas han completado decenas de repatriaciones procedentes de colecciones públicas y privadas en países como Australia, Inglaterra, Francia, Alemania, Suecia, Estados Unidos, Canadá o Argentina.

En mayo de 2003, el gobierno de Nueva Zelanda redobló sus esfuerzos para recuperar su legado expoliado al crear el programa Karanga Aotearoa con el objetivo de formar un órgano oficial que negociara y coordinara las repatriaciones de los ancestros maoríes.

Cerca de 800 restos ancestrales han regresado al país oceánico desde la creación de este programa gubernamental, del que forma parte el Museo de Nueva Zelanda.

La mayor repatriación tuvo lugar en julio de este año, en la que el Museo de Historia Nacional de Londres devolvió 111 restos de esqueletos maoríes.

"Si bien hemos visto un aumento en las conversaciones sobre la repatriación de restos humanos, todavía queda mucho trabajo por hacer para traer a casa a todos nuestros antepasados”, remacó Te Arikirangi Mamaku-Ironside, director interino de Repatriación del Museo de Nueva Zelanda y que ha trabajado en esta última devolución.

Entre 1769 y 1970 miles de restos ancestrales maoríes fueron comerciados como mercancías, curiosidades y objetos de interés científico, entre ellos cabezas tatuadas momificadas (o "toi moko"), especialmente durante inicios de siglo XIX.

(c) Agencia EFE