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El retorno a la inflación de tres dígitos: una consecuencia de este "modelo" económico

Febrero finalmente marcó el retorno de Argentina a los tres dígitos de inflación. La última vez con una inflación de tres dígitos fue en el año 1990, 33 años atrás. El mes de febrero cerró con una inflación de 6,6% mensual y 102,5% interanual. Para el corriente mes de marzo esperamos un incremento del 7,0% mensual y 103,0% interanual.

Pero el retorno a los tres dígitos de inflación no debería sorprender dado que el actual modelo económico es inflacionario: economía cerrada con mucho gasto público, todo financiado con maquinita, siempre terminó igual: estancamiento económico e inflación.

 

En 2002 la sociedad argentina decidió en democracia retornar al actual modelo económico inflacionario, copia calcada de todos los errores y frustraciones de su propio pasado. Síndrome de Estocolmo en clave económica.

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En 2002 volvió el control de precios, el control de cambios, el control de importaciones, los cupos a las exportaciones, las retenciones, cerrarse al mundo y mucho gasto público financiado con maquinita.

 

Esta receta para el fracaso es el modelo económico que Argentina insiste en aplicar desde 1930 a la fecha. Salvo la década de 1990, único intento genuino de abandonar estas prácticas contraproducentes, tal como advierte cualquier manual de economía.

En definitiva, al margen de la pausa en los años ‘90, Argentina abandonó las ideas liberales con la crisis del 1930 y abrazó este modelo económico que la jerga apoda "Estado presente". Las consecuencias no demoraron en llegar y Argentina rápidamente empezó a caer como un piano en el ranking mundial del PBI per cápita.

Al calor de las nuevas ideas, para 1945 Argentina llegaba a los dos dígitos de inflación. En 1975 llegaba a los tres dígitos de inflación, también bajo un gobierno peronista. Los radicales, discutiendo siempre las formas pero no el modelo, llegaron a los cuatro dígitos en 1989, con el récord de 5.000%.

Desde 1940 a 1990, en sólo medio siglo la sociedad argentina no sólo conoció el estancamiento económico y el avance de la pobreza, también pasó de inflación cero a hiperinflación. El colapso económico y social llevó a aceptar la idea de apagar la maquinita por primera vez en décadas y volver a vivir 10 años con un dígito de inflación durante los noventa. Pero en 2002 se prendió nuevamente la maquinita. Para el año 2005 ya se retornaba los dos dígitos de inflación y en 2023 somos testigos del retorno de los tres dígitos de inflación.

La represión al comercio exterior es uno de los puntales del modelo inflacionario, argumenta Ramiro Castiñeira
La represión al comercio exterior es uno de los puntales del modelo inflacionario, argumenta Ramiro Castiñeira

La represión al comercio exterior es uno de los puntales del modelo inflacionario, argumenta Ramiro Castiñeira

Recalculando....

La crisis del 2001 fue un nuevo punto de inflexión en la historia argentina. Tras el porrazo que implicó la crisis de la convertibilidad, la sociedad aceptó la propuesta de volver a las viejas ideas del pasado, que para esos tiempos ya sólo se encontraban entre los escombros del muro de Berlín.

Al grito de "ALCArajo" (2005) se rechazaba toda idea de apostar al comercio internacional como motor de crecimiento. España tiene una población similar a la Argentina (47 millones de habitantes), pero dispone menos de 1/5 del territorio comparado a la extensión de Argentina. Igualmente España exporta casi seis veces más que Argentina. Cada español exporta más de u$s10.000 anuales. Cada argentino exporta menos de u$s2.000 por año. A precios constantes, hace más de una década que Argentina no incrementa sus exportaciones.

 

El actual modelo siempre tiene su primavera mientras el campo consiga dólares. En ese contexto, el Estado le expropia los dólares al campo con brecha y retenciones, que luego los reparte a precio subsidiado a unos pocos favorecidos en el mercado local. El importador consigue dólares subsidiados, para vender en el mercado interno a precio libre. Negocio depredado para el exportador y asegurado para el importador.

Esta peculiar forma de administrar la economía ya no existe entre países libres y democráticos. No sólo porque el negocio para pocos choca con el derecho al comercio que otorga la Constitución Nacional para todos, sino por el sesgo antiexportador del propio modelo económico, que lleva a que se estanquen las exportaciones.

Cuando ya no ingresan nuevos dólares para repartir, usualmente el burócrata culpa a "la restricción externa", cuando es claro que la restricción es del propio modelo económico que fomenta la importación, pero no la exportación.

Castiñeira advierte que el modelo está ingresando en la fase en la que toda expansión del gasto público se convierte en inflación
Castiñeira advierte que el modelo está ingresando en la fase en la que toda expansión del gasto público se convierte en inflación

Castiñeira advierte que el modelo está ingresando en la fase en la que toda expansión del gasto público se convierte rápidamente en inflación

Modelo agotado

Cuando las exportaciones se estancan por el propio sesgo antiexportador del modelo económico, todo el negocio de importaciones administrado por el Estado entra en crisis y la economía entra en recesión.

Acorralado entre la realidad de que no hay más dólares y las próximas elecciones, el burócrata de turno cree que puede reanimar la economía con gasto público, usualmente financiado con emisión monetaria o deuda pública, o una combinación de ambas.

Pero la estrategia no cambia la realidad: se agotaron los dólares y todo el gasto público rápidamente se transforma en inflación, agravando el cuadro de situación. Ahora no sólo se tiene una economía estancada llena de controles, sino con creciente inflación. En fin, se tiene una Argentina.

La decisión que se tomó en 2002 de reanimar el viejo modelo donde reina el corporativismo estatal con pleno control de la economía por parte de un puñado de burócratas, se asegura el estancamiento económico por su gen antiexportador y sólo tiene su primavera hasta agotar el saldo comercial, las reservas o la deuda externa, o todo junto. Ahí estamos hace ya 12 años.

 

Argentina se hizo grande exportando y colapsó cuando se alejó del comercio exterior. El estancamiento llegó cuando hizo carne el "vivir con lo nuestro", el "Estado presente" y coquetear con el "Che". Cuando cambió las exportaciones como motor de crecimiento por el placebo del gasto público.

Para retomar el crecimiento, Argentina sólo tiene que soltar este modelo de cepos y prohibiciones, volver a girar 180 grados y trotar sobre pasto pisado. No es necesario inventar nada, todo lo contrario, sólo se tiene que seguir las huellas que dejaron los países libres y democráticos que ya triplican o cuadruplican la distancia medida en PBI per cápita. No intentarlo no sólo asegura estancamiento económico, también asegura retornar a los cuatro dígitos de inflación.