Reyal Urbis, nuevo gigante inmobiliario derrumbado por la crisis en España

El promotor inmobiliario Reyal Urbis, que carga con una deuda de 3.600 millones de euros, declaró este martes un concurso de acreedores, el segundo más importante de la historia de España, cinco años después del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Su logotipo naranja, azul y blanco está asociado a algunos de los proyectos más emblemáticos de la crisis en España, precipitada por el paro repentino en 2008 de su motor de crecimiento, el sector de la construcción.

Valdeluz, una localidad de nueva construcción al noreste de Madrid prevista para 30.000 personas, que durante años pareció más a una 'ciudad fantasma' tras la inauguración de los primeros edificios en 2007. La Muela, donde un único inmueble se erguía sobre una colina pelada cuatro años después del lanzamiento de la construcción prometida de 5.000 viviendas... En ambos casos, Reyal Urbis era el principal promotor.

"Es el último coletazo de la crisis", analiza Robert Tornabell, especialista de finanzas de la escuela de administración de empresas ESADE. "Podría ser ya lo último que queda porque ya han caído casi todos", añade.

Desde 2008, varios grandes nombres del sector inmobiliario presentaron un negro abanico de expedientes de bancarrota, entre ellos el otro gigante del endeudamiento, Martinsa Fadesa, protagonista de la mayor quiebra de la historia de España, con un pasivo de 7.200 millones de euros.

Hasta el pasado otoño, Reyal Urbis había logrado negociar aplazamientos con sus acreedores. Ahora, el grupo acordó "llevar a cabo las actuaciones necesarias a efectos de presentar ante el juzgado competente la solicitud de concurso voluntario de acreedores, ante la inminencia del transcurso del plazo (previsto por la ley) sin haber alcanzado un acuerdo de refinanciación", anunció este martes.

En octubre, Reyal Urbis, cuyo presidente y principal accionista es Rafael Santamaría, afirmó haber entablado negociaciones para refinanciar su deuda, de 3.610 millones de euros, dada su "grave situación de tesorería".

Nacida en 2007 de la fusión de dos sociedades inmobiliarias españolas, Inmobiliaria Urbis y Construcciones Reyal, Reyal Urbis poseía a final de 2012 ocho millones de metros cuadrados de terrenos edificables. En el tercer trimestre, su último resultado disponible, sufrió una pérdida de 257 millones de euros.

El martes, el grupo, que emplea a 420 personas, recordó que a mediados de 2011 había alertado al mercado de sus dificultades "ante el deterioro continuado de la situación general del sector inmobiliario".

Tras cinco años de crisis, el panorama es sombrío: cerca de un millón de viviendas no encuentran comprador, según los expertos. El Gobierno contabiliza 675.000 viviendas nuevas aún vacías pese a una caída de precios de casi el 25%.

Desde que estalló la crisis, las acciones de Reyal Urbis se derrumbaron: en junio de 2008 se cotizaban a 9 euros mientras que el título, suspendido provisionalmente este martes, solo valía 12,4 céntimos de euro el lunes al cierre.

Sus directivos se declaraban, sin embargo, convencidos de poder encontrar una solución definitiva que permitiese evitar la suspensión de pagos. Para evitar que se declare la quiebra, sus acreedores deberían acordar un plan de financiación. Reyal Urbis informó este martes de que debe 400 millones de euros al Tesoro, que sería prioritario. Otro acreedor prioritario es la SAREB, el 'banco malo' creado en 2012 para gestionar los activos inmobiliarios tóxicos que lastran los balances de los bancos.

Siguen algunos grandes nombres de la finanza española, como el Santander, a quien Reyal debe 550 millones de euros, según los medios españoles. "La mayoría de los bancos esto ya lo tienen provisionado, eso ya lo han pasado como pérdidas en la cuenta del 2012", afirma Tornabell.

Para salir de la asfixia, Reyal cuenta con una cartera de activos inmobiliarios valorada en 4.194 millones a finales de junio por el gabinete Jones Lang, según el grupo. Pero es difícil vender en España, donde los bancos conceden pocos créditos. Es "una situación inextricable" porque el grupo "tiene un problema de liquidez y de tiempo", subraya el experto. "Es muy difícil que pueda salir de este concurso de acreedores", concluye.