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Ricardo Carciofi: “El desempeño exportador es pobre; se crece por precios, no por volumen”

Ricardo Carciofi: "La negocación comercial es vital para abrir mercados, y no alcanza solo la relación bilateral; por eso, es importante el acuerdo con Europa; es lo que va a dar seguridad en el acceso y lo que hará que no respondan con antidumping o aplicación de cuotas"
PATRICIO PIDAL/AFV

Es licenciado en Economía (UBA), tiene un máster en Desarrollo Económico (Universidad de Sussex, Gran Bretaña); fue asesor regional de la Secretaría Ejecutiva de la Cepal, y entre 2005 y 2013 fue director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal) del BID; es docente universitario e investigador en el IIEP-UBA

“El desempeño exportador es pobre” , dice el economista Ricardo Carciofi, al analizar la evolución del intercambio comercial de la Argentina en los últimos años. Más allá de que en 2021 las ventas al exterior totalizaron casi US$78.000 millones, según los datos del Indec, el economista advierte que el crecimiento se explica centralmente por una mejora en los precios. “Pero en el mediano plazo hay que ver las cantidades exportadas, y están relativamente estancadas. Es una suerte de serrucho, pero básicamente estás en niveles de 2011, que fue el mejor año, y a lo largo de toda una década se mantiene. Entonces, la cuenta en dólares da bien, pero hay trayectoria al estancamiento ”, plantea Carciofi, especialista en desarrollo económico y exdirector del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal) del BID.

–¿Y a qué se debe?

–Hay diversos factores. Hay un trípode de políticas que inciden. Por un lado están los desequilibrios macro, en el sentido amplio, que impactan en la cuestión comercial y tienen incidencia negativa sobre las exportaciones. El ejemplo paradigmático es el de las retenciones a las exportaciones. Hay una necesidad fiscal imperiosa y esa decisión tiene un sesgo anticomercio claro. O el uso que se hace de la administración del comercio; ahí, más allá de los controles a la importación, hay un racionamiento de acceso a las divisas, y eso te limita las exportaciones, la claridad y el horizonte de largo plazo. Otro factor es un conjunto de políticas que tiene que ver con la política comercial; por ejemplo, toda la relación que tenemos con el Mercosur y particularmente con Brasil, que es muy complicada y debe reconducirse. Y en tercer lugar están las políticas sectoriales y el impacto específico de estas decisiones, que intentan corregir problemas.

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–¿A cuáles se refiere?

–Hay marcos especiales para minería o para la promoción de la economía del conocimiento, que hace exportación de servicios. Son regímenes especiales que tratan de compensar un poco los efectos de la macro, pero no necesariamente lo logran.

–Mencionó las retenciones, ¿cómo evalúa ese instrumento y cómo ve el debate actual?

–Estamos discutiendo el tema en una particular coyuntura internacional, porque una situación es el comportamiento de los precios de los mercados agrícolas en una situación relativamente normal, y otra es el trauma desde febrero. Es una situación anómala. El país tiene una historia con las retenciones mucho más larga. Somos exportadores netos de este tipo de productos agrícolas, que cotizan en los mercados internacionales. Somos tomadores de precios, que fluctúan entre ciertas bandas y ahora están sometidos a un shock extraordinario. Si dejamos eso de lado, las retenciones son derechos a la exportación, que pueden razonarse como un impuesto o como un tipo de cambio diferencial, y la diferencia es quién se queda con los recursos, en un caso es el Tesoro y en el otro es el Banco Central. En estas circunstancias, el efecto principal, del cual es muy difícil prescindir a corto plazo y que requiere un programa integral, es la necesidad fiscal.

Combine harvesters Agricultural machinery. The machine for harvesting grain crops.
COSECHADORA CEREALES
SHUTTERSTOCK


La última cosecha de trigo fue récord en el país con 22,1 millones de toneladas. (SHUTTERSTOCK/)

–¿Sirven como instrumento para mitigar la suba de precios?

– El desacople funciona de manera muy acotada, porque las retenciones caen sobre el primer eslabón, que son los cereales o las oleaginosas, pero la agroindustria da lugar a toda una cadena de producción. Y la formación de precios en esta economía inflacionaria no se guía solo por costos primarios. En el caso del pan, el trigo es el 8% del precio. Se puede moderar eso pero, ¿qué pasa con el 90% restante? Y si uno está preocupado por los precios de los alimentos, se puede pensar en subsidios a la demanda y no ir por el lado de la oferta. Esa es la discusión. Y al pensarlo como tipo de cambio diferencial hay que ver también la preservación de un tipo de cambio real que le sirva a sectores que no tienen la extraordinaria competitividad de otros. Y una cosa es el sector de cereales y oleaginosas, en el que recae el grueso de las retenciones, y otra la actividad de la agroindustria, como la fruticultura, la vitivinicultura, que no tienen retenciones y necesitan también una salida exportadora.

–¿Cómo ve la situación del tipo de cambio y la competitividad?

–Si uno mira el dato del tipo de cambio real multilateral que publica el Banco Central, hay ahí un relativo atraso cambiario. Si se toma como punto de partida el comienzo del Gobierno, desde enero de 2020 hasta ahora, hay un atraso cambiario del 10% o 15 %. Pero eso no toma en cuenta lo que ocurre con el precio de nuestras commodities. Los términos de intercambio mejoraron mucho al cierre de 2021; contra 2019 hay un aumento de 15% y en el primer trimestre de este año siguió la tendencia. Por el impacto del contexto internacional, hay que tener en cuenta que el dólar se está apreciando y las monedas latinoamericanas se devaluaron. Son un conjunto de factores que hacen a la competitividad. El Gobierno se comprometió a mantener el tipo de cambio real o a no dejarlo empeorar. Pero cuidado, porque por un lado afecta la competitividad de las exportaciones, pero aún sectores que son altamente competitivos con productividad alta, como la agroindustria, también importa mucho, porque tienen insumos. Y la pregunta que hay que hacerse es a qué precios entran esos insumos, cuando juegan las expectativas y dudas con el acceso a divisas. Entonces no es al tipo de cambio oficial de importación, sino a una mezcla entre ese y el libre. Eso está todavía mucho más claro en la cuestión de los sectores manufactureros. A todos estos temas hay que resolverlos. Una economía no puede funcionar así. Paradójicamente estamos con superávit de comercio y con dificultades para acumular reservas.

Ricardo Carciofi: "Hay marcos especiales para la minería y para la economía del conocimiento, que exporta servicios; son regímenes especiales que tratan de compensar un poco la macro, pero no necesariamente lo logran"
PATRICIO PIDAL/AFV


Ricardo Carciofi: "Hay marcos especiales para la minería y para la economía del conocimiento, que exporta servicios; son regímenes especiales que tratan de compensar un poco la macro, pero no necesariamente lo logran" (PATRICIO PIDAL/AFV/)

–¿Por qué se da esa situación?

–Porque hay una recuperación del nivel de actividad que fue muy importante, y digo fue, porque quisiera ver qué ocurre a futuro. Hay niveles altos de importación, con incertidumbre acerca del acceso a divisas, y también la gente apura importaciones. Todo eso genera una demanda de dólares adicionales vía expectativas.

–¿Qué sectores tienen capacidad para crecer en exportaciones?

–Las oportunidades son muy claras y hay que mirar los complejos exportadores. Está todo el conjunto de la agroindustria, que no es solo oleaginosas y cereales; hay que sumarle el sector de la carne, por ejemplo, el frutícola, o el complejo pesquero. La pesca tuvo exportaciones por más de US$2000 millones. También está todo el sector hortícola y forestal. La Argentina no es monoproductor, no es que exporta petróleo o cobre, sino que hay una canasta compleja. Todo el complejo industrial tiene posibilidades, pero algunos productos que tienen mayor valor agregado y que no son commodities tienen problema de acceso a mercados, vía aranceles del otro lado, o cuotas. La minería, por su parte, puede generar inversiones y empleo, con todo el potencial del litio, que es un insumo crítico en el mundo que viene. Tenemos industria automotriz, que es crucial, pero cuidado porque hoy las cuentas nos dan negativas; en conjunto importa más de lo que exporta.

–¿A quién le cabe ese rol de generar mercados en el mundo, al sector privado o público?

– La negociación comercial es vital para abrir mercados , y no alcanza solo la relación bilateral. Por eso, es importante el acuerdo con Europa. Eso es lo que va a dar seguridad en el acceso, y que no respondan con antidumping o la aplicación de cuotas. Hay otra cuestión que es la reducción de cupos a la exportación. El ejemplo es la carne, que fue incluso preguerra: se limitó la exportación de carne por un tema de control interno, cuando se podría haber tenido otra solución, y se le entrega una ventaja a tu competidor. Ninguno de nuestros socios del Mercosur aplica estas medidas. Tengo la idea de que quién más se benefició de nuestro manejo de los cupos exportadores en carne fue Uruguay.

–¿Qué observa con respecto al sector energético?

–Es clave. La Argentina no es un país rico en recursos energéticos, pero es un país con recursos energéticos y no es poca cosa . Hay que dar señales de cómo se organiza el negocio, básicamente en la formación de precios y en la disponibilidad. El recurso gasífero está y puede generar inversiones. Quizás eso no sea para exportar, pero sí para sustituir importaciones, que es ahorro de divisas. Pero eso depende de ir ordenando el régimen cambiario.

–¿Puede crecer un país con cepo?

–No. Hay que regularizar la situación. No se puede flotar con este nivel de desequilibrio y dominancia fiscal, porque se va a ir toda la demanda de dinero por el lado de la cuenta externa. Hay que tener un programa que ordene todo, lo fiscal, el régimen cambiario y demás.

Ricardo Carciofi: "Hay que mejorar el diálogo con Brasil"
PATRICIO PIDAL/AFV


Ricardo Carciofi: "Hay que mejorar el diálogo con Brasil" (PATRICIO PIDAL/AFV/)

–¿Cómo ve la situación del Mercosur y su futuro?

–Es un instrumento clave de nuestra política comercial y de nuestra inserción internacional, y la agenda tiene que ver con dos cuestiones esencialmente. Una es el funcionamiento del comercio intrazona y otra, las negociaciones comerciales con terceros mercados. El comercio intrazona en gran parte está liberado, pero hay campos en los que se pueda hacer un enorme avance, porque el territorio aduanero intra-Mercosur dista de ser un mercado de tránsito fácil. No tenemos una zona fitosanitaria común ; recordemos que se lo define como una unión aduanera imperfecta y el foco está en lo imperfecto. El Mercosur no tiene un arancel externo común, no es que los bienes ingresan y circulan en la región, como en el modelo europeo. La cuestión fitosanitaria común es un tema, porque los países son exportadores netos de alimentos, la región es una potencia en materia de exportaciones de agroindustria hacia terceros mercados, y allí hay mucho por hacer.

–Y en cuanto a la negociación externa, ¿cómo se puede avanzar?

– El Mercosur siempre fue muy demorado en su apertura de mercados. La firma del acuerdo con Europa se trabó, en parte por la pandemia, pero una razón es el resurgimiento de los intereses proteccionistas de Europa. Hay una preocupación ambiental, sobre todo respecto de Brasil. Fue una suerte de coincidencia desafortunada, porque viene la pandemia y el plan de recuperación europea pone el centro en la agenda verde y la transición ecológica, y eso obviamente impacta para dar curso a un acuerdo con el Mercosur, donde un país tiene en materia ambiental algunos problemas. Pero el Mercosur podría y debería hacer un esfuerzo para una mayor diplomacia comercial destinada a tratar de liberar ese tema. De hecho, es noticia a propósito del impacto de los precios de los alimentos, que Europa se da cuenta de que acá puede tener una fuente de provisión no solo de alimentos, sino también en parte de energía . Quizás haya una reevaluación, pero en parte la tarea empieza por casa.

–¿Por dónde, exactamente?

– Hay que mejorar el diálogo con Brasil. A partir de febrero de este año, posiblemente Uruguay reevalúe su posición respecto al acuerdo con China, pero esa posición, que es de mayor apertura y de mayor acceso a mercados, se podría atender dinamizando esa agenda de negociaciones.