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La riesgosa jugada de Massa: calmó al dólar en el corto plazo pero al costo de tasas más altas y "ruido político"

En el intento por superar una crisis financiera, el Gobierno adoptó un riesgo tal vez mayor: que se le genere una crisis política -lo cual, a largo plazo, también puede derivar en un mayor temor de los ahorristas-. El canje de bonos para controlar la suba del dólar paralelo se hizo por la vía de echar mano de uno de los últimos "colchones", que respalda el sistema jubilatorio, y los pases de facturas no se hicieron esperar.

Desde el punto de vista de la oposición, la solución encontrada por Sergio Massa y su ideólogo, el viceministro Gabriel Rubinstein, equivale a una segunda apropiación de los fondos de los jubilados, luego de la histórica estatización de las AFJP en 2008.

Y el hecho de que esto ocurra a pocos días de que se haya aprobado una moratoria previsional que permitirá jubilarse a más de 800.000 personas que no cuentan con los años de aportes suficientes, terminó de completar el argumento como para que la oposición esté dispuesta a hacerle pagar un "costo político" al Gobierno.

Una de las más filosas, como siempre, fue la precandidata del PRO Patricia Bullrich, quien cargó contra el peronismo: "Por segunda vez, Massa y Cristina meten mano en los fondos de la ANSES. Primero robaron a la gente los fondos de las AFJP, después lanzaron la bola de nieve de las Leliq y la emisión descontrolada. Ahora cambian por papelitos sin valor los fondos de la ANSES. Todo para llegar como sea a las elecciones. ¿No se les ocurre gastar menos y terminar con la corrupción?".

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En tanto, el diputado Martín Tetaz planteó la medida como una muestra de la desesperación del equipo económico ante el descontrol de los indicadores: "Digámoslo en criollo, las medidas de Massa son por pánico a la híper; quieren darle liquidez al CCL para evitar que una corrida de depósitos explote la brecha, en el contexto de una sequía que le restará 20.000 millones de dólares a la economía".

Pero deja entrever su escepticismo, al afirmar que el mayor riesgo de la hiperinflación no está en la emisión sino en un desplome de la demanda de dinero, ante la expectativa de una escapada del dólar.

Sergio Massa junto a los banqueros y brokers del mercado de capitales: declaraciones optimistas que contrastan con la desconfianza del mercado
Sergio Massa junto a los banqueros y brokers del mercado de capitales: declaraciones optimistas que contrastan con la desconfianza del mercado

Massa junto a los banqueros y brokers: declaraciones optimistas que contrastan con la desconfianza del mercado

"Digo esto porque la mejor manera de despejar la expectativa de una devaluación es, paradójicamente, devaluando, pero la política, en el peronismo, no te deja devaluar en año electoral y por eso Massa, desesperado, rifa los bonos en dólares de la ANSES (cuasi reservas)", agrega el diputado de Juntos por el Cambio.

Economistas críticos como Diana Mondino eligieron la ironía y la metáfora futbolera para expresar su descreimiento en la nueva medida: "La venta forzosa de bonos en dólares agrava la ya frágil situación. En breve sabremos qué pasaba si el Dibu no atajaba la pelota del minuto 123".

En tanto, Carlos Rodríguez, ex viceministro de economía y ex rector de la Ucema, también recurrió al sarcasmo: "Massa, por segunda vez, va a saquear a los jubilados. Primero las AFJP, ahora el FGS. En realidad, esa plata no era de la ANSES. Era plata robada a los depositantes de las AFJP. Massa pensó ‘el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón’, y se la robó a ANSES.

Desarmando el FGS: otro golpe al relato K

En realidad, algunas de estas críticas pueden tener un daño apenas menor en el Frente de Todos y no faltará incluso quien las considere una forma de elogio involuntario. A fin de cuentas, se sigue recordando la estatización de las AFJP en 2008 como un logro en favor de los intereses populares y uno de los hitos fundantes de la mística kirchnerista.

Cristina Kirchner suele recordar que ese dinero, que antes engordaba los balances de los bancos gracias a las comisiones del sistema de capitalización, pasó a ser utilizado como herramienta contracíclica, por ejemplo para otorgar créditos a la industria automotriz que gracias a esa asistencia pudo sostener proyectos durante la recesión de 2009 sin suspender personal.

En cambio, otra cosa muy diferente es que ahora se ponga en duda la defensa sobre el Fondo de Garantía de Sustentabilidad -es decir, el monto de dinero que antes administraban las AFJP y que luego quedó en la órbita de la ANSES-.

Ocurre que uno de los argumentos con los que castigó la oposición es que el FGS se verá forzado a desprenderse a precio de liquidación de sus activos más valiosos -los nominados en dólares, parte de ellos emitidos bajo legislación extranjera- y recibirá los nuevos bonos del Tesoro en pesos.

Ese sí es un argumento que hiere el "relato K", porque supone que ese dinero ahora dejará de respaldar el sistema jubilatorio y pasará a formar parte de la especulación financiera, con una jugosa comisión para los bancos y brokers involucrados en la operatoria.

Diego Bossio, ex titular de la Anses durante la gestión kirchnerista, fue uno de los más críticos de la medida de Massa y dijo que supone un golpe a la valorización del Fondo de Garantía de Sustentabilidad
Diego Bossio, ex titular de la Anses durante la gestión kirchnerista, fue uno de los más críticos de la medida de Massa y dijo que supone un golpe a la valorización del Fondo de Garantía de Sustentabilidad

Diego Bossio, ex titular de la ANSES durante la gestión kirchnerista, fue uno de los más críticos de la medida de Massa

La acusación duele más cuando proviene de algún ex compañero de ruta, como es el caso de Diego Bossio, quien precisamente dirigió la ANSES durante el final de la gestión de Cristina Kirchner.

"Están especulando con el patrimonio de los jubilados", se quejó Bossio, y agregó: "Dicen que es para estabilizar la economía, pero están jugando a la ruleta con los ahorros de los trabajadores y futuros jubilados argentinos".

Y apuntó directamente contra Fernanda Raverta, la directora actual de ANSES -y dirigente de confianza de Cristina Kirchner-, por no proteger debidamente al FGS. "El deber de ANSES es defender los activos que los laburantes aportan mes a mes, para que en el futuro nuestros jubilados tengan un haber digno. La acumulación de deuda pública en dólares fue clave para que atravesara las recurrentes devaluaciones sin dañar su patrimonio".

Bossio trazó una comparación entre su propia gestión y la de Raverta. Y recordó que entre 2009 y 2015, los bonos en dólares pasaron de representar un 10% de la cartera del FGS a un 45%. Pero que, ahora, con la decisión de Massa y Rubinstein, "fuerzan a que el patrimonio de los futuros jubilados apueste al peso en un contexto grave de pérdida de valor de la moneda".

De hecho, Raverta estuvo entre las funcionarias más mencionadas de la jornada. Muchos le recordaron una contradicción -y hasta una posible infracción legal-, con la ley de Defensa de los Activos del FGS, sancionada en 2020, que prioriza el uso de ese fondo para inversiones con  impacto directo en la economía real, y limita las operaciones financieras con los títulos del fondo.

Las críticas estuvieron potenciadas por el hecho de que Raverta suele jactarse de que la valorización del FGS tuvo tres etapas bien diferenciadas: una en la que creció 179% durante la gestión kirchnerista, otra en la que cayó un 47% en el período de Maurio Macri y, finalmente, una recuperación de 62% en el actual Gobierno. La funcionaria, claro, no aclara que esa medición está hecha tomando como parámetro el dólar oficial y no el paralelo.

En todo caso, esa postura previa de defender la estrategia de valorización del FGS podría entrar en contradicción con la medida que acaba de anunciarse. De todas maneras, desde la ANSES ya dejaron entrever, extraoficialmente, cuál será el argumento para contestar las críticas.

La Anses quedó en el foco de la polémica política: la oposición advierte sobre su descapitalización pero en el Gobierno afirman que ahora tendrá menos volatilidad
La Anses quedó en el foco de la polémica política: la oposición advierte sobre su descapitalización pero en el Gobierno afirman que ahora tendrá menos volatilidad

ANSES, en el foco de la polémica: la oposición advierte sobre su descapitalización pero en el Gobierno afirman que ahora tendrá menos volatilidad

La justificación es que los nuevos bonos serán más estables, en comparación con los Bonar de ley argentina y los globales de ley neoyorquina, que tienen más volatilidad. Pero, sobre todo, señalan que al recibir a cambio bonos duales, el FGS quedará simultáneamente cubierto del riesgo inflacionario y del devaluatorio.

Pero los críticos no lo ven de la misma manera: afirman que el FGS tendrá una mejora teórica en su valorización, producto de que los bonos son anotados a su precio nominal, pero que si en los hechos tuviera que desprenderse de esos títulos, se encontrará con la realidad del valor de mercado.

El costo oculto del alivio

Es allí donde entra el otro debate: el de si este canje fue un mal negocio desde el punto de vista financiero para el Estado.

El cuestionamiento apunta a que con la venta de esos títulos dolarizados, el Gobierno se termina endeudando a una tasa que podría llegar al 47% en dólares, dado que les venderá a los inversores títulos que hoy cotizan a paridades de menos de 25% en el mercado y que se deben pagar a su valor nominal más el cupón de 4% en siete años.

En principio, los economistas se han mostrado pesimistas: "Siguen quemando stocks, no hay que darle muchas más vueltas. Siempre encuentran uno más que quemar para intentar sostener un rato más estos enfoques insustentables a los que siempre nos llevan", definió Gabriel Caamaño Gómez, economista jefe del Estudio Ledesma.

Más drástico, el diputado Luciano Laspina, castigó con una comparación inquietante: "El truco de financiarse emitiendo deuda en dólares en el contado con liqui’ a tasas astronómicas lo inventó Hugo Chávez hace años. Así le fue a Venezuela".

Y no faltaron quienes hicieron la comparación entre el bajo precio de los bonos de hoy y el que había en enero, cuando el Estado compró más caro. El ex ministro Alfonso Prat Gay reclamó que el ministro Massa sea citado por el Congreso para explicar los resultados de esa recompra de deuda. "¿Cuántas reservas gastaron? ¿Cuántos dólares perdieron? Además de turbios, los trucos de Massa cuestan demasiado caro…"

En definitiva, una situación muy incómoda políticamente, para un gobierno cuyo presidente hizo campaña con la consigna de que había que favorecer a los jubilados y no a los bancos que se habían enriquecido con la especulación financiera.

Massa respiró aliviado en el test del primer día: las cotizaciones del mercado paralelo retrocedieron tras una seguidilla de aumentos
Massa respiró aliviado en el test del primer día: las cotizaciones del mercado paralelo retrocedieron tras una seguidilla de aumentos

Massa respiró aliviado en el test del primer día: las cotizaciones del mercado paralelo retrocedieron tras seguidilla de aumentos

¿Hasta cuándo aguanta?

El encargado de responder con argumentos técnicos fue el ideólogo de la medida, el viceministro Rubinstein, quien prefirió presentar el tema como parte de una política de "desendeudamiento", dado que los bonos que venda el FGS al propio Gobierno serán deslistados.

Pero, sobre todo, Rubinstein fue al centro de la controversia de los últimos días: el nerviosismo del mercado cambiario. Y aseguró que, con esta medida, "el Estado irá ganando capacidad de actuación en los mercados del dólar financiero, lo que permitirá evitar subas disruptivas del CCL y MEP, factor clave para el despliegue de medidas que fortalezcan el orden macroeconómico.

Desde esa óptica, se podría afirmar que el test del primer día fue aceptable para Massa y compañía: se registró un leve retroceso del "contado con liqui" y también del blue. Además, ante un nuevo vencimiento de bonos, pudo "rolear" todo el volumen y quedarse con un financiamiento neto de 13%.

En cambio, los bonos soberanos sufrieron caídas, pero queda el consuelo de que fue una jornada complicada para los mercados internacionales por el recorte de tasas de la FED estadounidense.

Claro que lo que resta dilucidarse ahora es los grandes interrogantes del mercado: ¿alcanza con esta medida para compensar la escasez aguda de dólares? Y suponiendo que se logre una estabilidad en el dólar paralelo, ¿cuánto tiempo durará?

Ya hay quienes adelantaron su pronóstico negativo. Como Caamaño Gómez, que escribió: "Con los pesos que consiguen cubren el agujero en pesos que genera la salida en el programa financiero. Igual no alcanza para todo el año".

No faltaron quienes le enrostraron a Rubinstein su propio "archivo" personal y le recordaron que hace dos años se mostraba escéptico con la estrategia cambiaria del entonces ministro Martín Guzmán.

En un tuit de aquella época, Rubinstein había escrito: "Guzmán confía en que la brecha seguirá bajando, pero la forma de hacerlo, colocando bonos al 18% anual y usando reservas no es sustentable".

Las próximas jornadas financieras, por lo pronto, darán la pauta de qué tan efectiva ha sido la medida: ante una situación de escasez aguda de divisas, y con un año marcado por el nerviosismo electoral, muchos en el mercado prevén que Massa y Rubinstein deban apelar a nuevos golpes de efecto para evitar la temida corrida de los ahorristas hacia el dólar.